La Casa de los Perros: El marido creativo
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Este día, los integrantes de la Comisión Jurisdiccional de la LXIII Legislatura presentan el dictamen que responde a la solicitud del fiscal de Justicia de Estado, Francisco Murillo Ruiseco, de desaforar al alcalde de Mazapil, Gregorio Macías. Y sí, va en contra de la petición judicial.
Resulta que hace unas semanas, el Fiscal pidió que al alcalde se le retirara el fuero del que goza para poder proceder en su contra luego de que es señalado por presunto desvío de recursos públicos, además de que no presentó la cuenta pública del ejercicio fiscal 2018, lo que hoy en Zacatecas es un delito que amerita prisión preventiva.
Pero los diputados Edelmira Hernández, Perla Martínez, Omar Carrera, Raúl Ulloa y Edgar Viramontes encontraron algunas inconsistencias en el expediente de más de dos mil fojas y decidieron emitir el dictamen en sentido negativo.
Piden que Francisco Murillo primero llame a declarar al alcalde de Mazapil, se le dé oportunidad de presentar pruebas a su favor, se respete el debido proceso, y después se pida el desafuero. Antes no.
Algunas voces al interior de la Legislatura hacen saber que este dictamen no ha gustado al diputado priista José Ma. González Nava, y que espera algo suceda en el transcurrir del día, es decir que alguien se eche para atrás, para que Gregorio Macías sea desaforado, se le encarcele y, por consiguiente, se le quiten sus derechos a participar en el próximo proceso electoral. Bien raro.
El brote de coronavirus
Con los pelos de punta andan los integrantes de la LXIII Legislatura, así como los trabajadores del Congreso del Estado, luego del brote de contagios de coronavirus que, gracias a la irresponsabilidad e impertinencia de algunos, léase diputados y funcionarios del gobierno diferente, que ya ha puesto en riesgo la salud de cientos y cientos de personas.
Algunos diputados locales, en su ignorancia, creen que el fuero que tienen incluye un escudo protector en contra del coronavirus, y que sólo los empleados del Congreso se pueden contagiar. Ellos no.
El problema estriba en que, por ejemplo, diputadas como Mónica Borrego y Navidad de Jesús Rayas acudieron a la comparecencia de la secretaria de Educación, Lula de la Rosa, tras haber sostenido estrecho contacto con Mario Delgado, futuro presidente de Morena, quien, sin cubrebocas se paseó por Zacatecas para, después, anunciar que tenía COVID-19. Ante el hecho ambas se practicaron la prueba con resultado negativo.
Pero no fueron las únicas.
Cuando las alarmas de un inminente brote en el Congreso se encendieron con varios casos en los departamentos jurídico y de administración, los diputados, apanicados la mayoría, decidieron acudir al laboratorio de la UAZ a realizarse su prueba.
El problema es que a los 30 legisladores no se les pudo el examen el mismo día y se les otorgaron citas escalonadas. Dicho laboratorio se encuentra, aunque no se quiera creer, saturado.
Fue así como el diputado de Morena, Omar Carrera, tras estar presente el pasado lunes en las comparecencias del secretario de Seguridad Pública, Arturo López Bazán –que por cierto acudió con casi un centenar de acompañantes a su cita con la Glosa–, y del secretario de Desarrollo Social, Roberto Luévano Ruiz, anunció que se hizo la prueba. Y lo hizo a través de un video grabado en su oficina del Congreso. No en aislamiento.
Además, el fresnillense, sin esperar los resultados, hizo acto de presencia ayer en la comparecencia del secretario de Obras Pública, José Luis Pedroza, y ofreció una entrevista presencial en una estación de radio del Mineral.
Ya por la noche, sin empacho, avisó que era positivo y que ahora sí se iba a aislar. Exigió además que a todo su personal también se le hiciera una prueba, claro, con cargo a los gastos de la Legislatura. De su bolsillo, obvio no.
Quien también dio positivo ayer fue la diputada del PRI, María Isabel Trujillo Meza. Ella avisó a sus compañeros del resultado. Se va al aislamiento.
El problema denunciado por algunos diputados es que se han privilegiado las pruebas a ellos, pero al personal no, sólo hasta que tienen síntomas y ya han contagiado a todos. Pareciera que en el Congreso hay ciudadanos de primera y de segunda.
Sesiones virtuales
Fue la diputada del PRI, Perla Martínez Delgado, quien por cierto se hará la prueba hoy junto con la migrante Lizbeth Márquez Álvarez, la que propuso casi al iniciar la pandemia, que se aprobara una reforma para que las sesiones pudieran realizarse de manera virtual.
Algunos diputados, entre ellos José Ma. González Nava, fue de los primeros en poner el grito en el cielo. Espantado seguramente por lo que la tecnología significa, o por el hecho de que, al mantenerse los legisladores fuera de su yugo puedan votar sin presión, es quien más trabas ha puesto a que se sesione vía Internet.
Pero hoy, con el peligroso brote de contagios de coronavirus encima, parece que al panista Pedro Martínez, como presidente de la CRICP, no le quedará de otra que apresurar la promulgación de la reforma y, sobre todo, en la reunión previa entre los coordinadores de las bancadas, posponer las sesiones de hoy, porque existe la intención de hacerlo hoy dos veces, al menos en tanto los resultados de las pruebas de la mayoría de los diputados y trabajadores se dan a conocer.
De otra forma, en los integrantes de la CRICP recaerá la responsabilidad de lo que en unos días pueda suceder.
El marido creativo
Desde el momento en que Sergio Garfias tomó posesión como regidor de la capital de Zacatecas, demostró que estaba ahí no para buscar el bienestar de la población, sino para proteger los intereses familiares que representa. Nada más.
Esposo de Catalina Monreal, hija del senador Ricardo, y sobrina del todavía coordinador nacional de Ganadería, David, y del alcalde de Fresnillo, Saúl, ellos de apellidos Monreal Ávila, el regidor de gris paso por el Cabildo se puso creativo y decidió que era el momento para presentar su informe de actividades. Sí, su informe de actividades. No es broma.
Entonces, dejando ver su inexperiencia y la necesidad de ser reconocido por su trabajo y no por ser el yerno o el esposo de… optó por contratar un espectacular para resaltar su figura personal como funcionario por encima del ejercicio, función o actividad inherente a su encargo. Su intención: que todo Zacatecas lo viera en su máximo esplendor. Y sí, lo logró.
El problema del edil capitalino fue que su espectacular, con la inclusión del logotipo del partido al que dice representar: Morena; su fotografía ocupando la mayor parte de la imagen, y el no incluir ninguna acción o actividad concreta al ejercicio de la función pública es, simple y sencillamente, aquí y en China, un abierto acto anticipado de campaña.
El gusto de tener un espectacular enorme en las calles de la ciudad, en donde jamás se especifica que es regidor de Zacatecas, como tampoco la fecha en la que se realizará el supuesto “segundo informe de actividades”, le duró al regidor apenas 24 horas. Y fue justamente su suegro y su esposa quienes, molestos, pero muy molestos, le reclamaron a Sergio Garfias su impertinencia. Su falta de pericia y su ambición desmedida. No es broma.
Obviamente, los gritos y sombrerazos que el apetito de poder del regidor provocó resonaron, y fuerte. Quiere ser diputado local. Para eso ha trabajado, para eso se casó, pero calculó mal, puso “en riesgo su proyecto” porque hizo las cosas mal y por la libre, sin consultar a quien debe. Al esposo y yerno de… no le quedó de otra que aceptar que lo hizo mal y que “el Senador se había molestado”.
Hoy, sentado, eso sí no en su oficina de la alcaldía, a la que acude sólo a las sesiones de Cabildo, Sergio Garfias espera ya paciente la denuncia que, seguramente, se presentará en su contra en cuanto decida registrarse como candidato a diputado, a alcalde o a jefe de manzana. Lo que se le ocurra primero. Y no es broma.
Contagiado
El alcalde de Miguel Auza, José Alfredo González Perales, es el tercer presidente municipal que da positivo a COVID-19.
Según el propio presidente municipal, sospecha haberse contagiado en el viaje que realizó a Estados Unidos, luego de que fue a recoger el camión de bomberos que autoridades de Altesia, California, le donaron.
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