La Casa de los Perros: Sin control
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Más que los gritos, los abucheos y las mentadas de madre que ayer resonaron en el auditorio del Campus Siglo XXI, de la Universidad Autónoma de Zacatecas, no sólo en contra del inquilino de La Casa de los Perros, sino también de la titular de la Secretaría Educación, Gema Mercado Sánchez y, obviamente de José Luís Pérez Márquez, delegado especial de la sección 34 del SNTE, durante la realización del Foro de Consulta Estatal Zacatecas y el Acuerdo Nacional sobre la Educación, lo que caló hondo fueron las palabras de Jaime Valls Esponda, secretario general de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies).
Y es que, para desgracia de esta entidad, que no ve la forma de salir de este marasmo en el que se encuentra sumida, Valls Esponda reconoció que de los siete foros que se han realizado en el país, en ninguno se presentó una situación tan bochornosa como la presenciada en Zacatecas.
No cabe duda de que este penoso incidente, que orilló al gobernador Alejandro Tello Cristerna a abandonar presuroso el recinto, ante la mirada incrédula del futuro secretario de Educación federal, Esteban Moctezuma Barragán, es una fuerte llamada de atención. O se componen las cosas en el gobierno, o el final de este quinquenio será desastroso.
Más que asustarse por las muestras de inconformidad hacia la Reforma Educativa, de parte de los maestros que se encuentran agraviados y olvidados, lo que obviamente no justifica su conducta, sobre todo viniendo de quienes tienen en sus manos la educación de la infancia y juventud de Zacatecas, lo que en el gobierno diferente se tiene que hacer es ponerse a trabajar, pero ya.
Por lo pronto, en el reporte que Moctezuma Barragán entregará al presidente de la República electo, Andrés Manuel López Obrador, es que en Zacatecas no hay ni orden ni control, y tocará a Alejandro Tello, si es que quiere que los recursos fluyan hacia el sector educativo, y otros más, es demostrar que se tomarán cartas en el asunto de manera inmediata.
A Alejandro Tello, a quien gritaron “¡Fuera, fuera!”, y a Gema Mercado, a quien le recetaron sonoros chiflidos, les tocó pagar los platos rotos que ha dejado la Reforma Educativa impulsada por Enrique Peña Nieto, pero también costear la falta de control político en la entidad.
Han perdido la confianza
El presidente municipal de Zacatecas, Ulises Mejía Haro, lo ha dicho, y bien, la confianza no se hereda, de ahí que los trabajadores que gozaban de tal valor en el gobierno de la ex alcaldesa Judit Guerrero, en esta nueva administración no lo tienen. Y él, con toda la justicia de su lado, tiene el derecho de nombrar a quienes estarán a su lado durante los próximos tres años.
Los que se encuentran en la cuerda floja, y que se aferran a algo que no les corresponde, obviamente han armado un entramado de amenazas para poner contra la pared al nuevo alcalde que, firme, ha iniciado un diagnóstico de la plantilla laboral de la Presidencia Municipal. Se irán los que deban irse, los que con esas actitudes, de entrada, ya perdieron la confianza.
Actualmente, en el Gobierno Municipal de Zacatecas, al menos 260, de los mil 521 burócratas que ahí laboran, tienen el estatus de “trabajadores de confianza”, pero muchos de ellos ni nombramiento tienen.
Ulises Mejía se encontró también que otros 344 han dicho que son trabajadores con contratos por tiempo determinado, y entonces alegan que “han adquirido derechos”, en tanto otros 539 aseguran “tener base”, pero ni adscritos están a ningún Sindicato.
El recorte que sí tiene previsto Mejía Haro, que además es justo y necesario, obedece al hecho de que cada mes, el Gobierno Municipal eroga más de 20 millones de pesos en salarios que, para un municipio con escasos recursos, es una locura.
En el mismo caso se encuentra Alan Murillo Murillo, alcalde de Sombrerete, quien igualmente se encuentra en el proceso de despedir a al menos 70 trabajadores de la Presidencia Municipal.
El ex alcalde, Ignacio Castrejón Valdez, antes de dejar la administración municipal, liquidó a 37 trabajadores de primer y segundo nivel, pero esto resulta no ser suficiente para adelgazar la obesa nómina que tiene años y años engordando hasta llegar a los 740 burócratas.
Murillo Murillo, por lo pronto, al igual que el de Zacatecas, ha iniciado el duro trajinar con abogados para, con todas las de la ley, liquidar a quienes no tienen ya nada qué hacer en la administración municipal.
Las quejas de algunos de haber sido corridos sin siquiera un oficio de por medio, y que alegan tener hasta 12 años de antigüedad, son hoy en día cosa de todos los días en una apanicada Presidencia Municipal.
Dios lo hace…
Las traiciones en la política son cosa de todos los días, por ello no causó mucha sorpresa el enterarse que Raquel Ortiz Sifuentes, coordinadora de Asesores de la Secretaría General de Gobierno fuera la principal impulsora del enésimo chapulinazo de Julio César Chávez Padilla, actual presidente municipal de Guadalupe, que también laboraba en esa Secretaría al mando de Fabiola Torres Rodríguez.
Y es que mientras Chávez Padilla sostenía su engaño ante Alejandro Tello, al que aseguró una y mil veces que aceptaba la orden de no ir por la candidatura a la alcaldía de Guadalupe por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), a cambio de un par de regidurías, otro número igual de direcciones, y lo que se acumulara en su ambiciosa cabeza, en contubernio con Ortiz Sifuentes concertaban citas con los Monreal, para brincar a Morena.
Raquel Sifuentes ya hoy estrena oficina como asesora principal en Guadalupe y dejó atrás, sin empacho alguno, el desastre que dejó en la Secretaría General de Gobierno, en donde metió a Fabiola Torres en mil problemas. Cómo olvidar el desaseo con el que manejó el ilegal y violento desalojo en Salaverna.
Pero como bien dicen que Dios los hace y ellos se juntan, ahora ambos personajes se han ganado la confianza de Ricardo y David Monreal Ávila, y de la misma Verónica Díaz, delegada de Programa Integrales de Desarrollo, aunque sólo es cuestión de tiempo para que, como es su costumbre, vuelvan a las andadas.
Se bajan del barco
A unas horas de que el gobernador Alejandro Tello lleve a cabo algunos cambios en su gabinete, el nerviosismo en los pasillos de La Casa de los Perros ha hecho presa a más de dos, y es que ninguno, a excepción de la secretaria general, Fabiola Torres, quieren abandonar el barco con viaje quinquenal programado.
Ella ya tiene sus maletas preparadas, y la oficina casi entregada a Jehú Salas Delgado, al igual que Otilio Rivera, que dejará el espacio a Yadira Galván Sánchez, todavía directora del SEDIF.
Mientras que, arañando la posibilidad de mantenerse en el cargo, el secretario de Turismo, Eduardo Yarto Aponte, no sólo se reunió “en casa” con Miguel Torruco Marqués, nominado a la misma secretaría, pero a nivel federal en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, sino que presumió el cordial tuit que el futuro funcionario federal compartió en su red social.
Ambos se conocen, han trabajado juntos, son amigos, y esa ha sido la carta que Yarto Aponte ha presentado a Tello Cristerna, para convencerle de quedarse a seguir disfrutando de la buena vida que Zacatecas le ha dado.
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