Candidatas a Inmujeres, señas, simbolismo y alianzas
SARA LOVERA
Hay señas, mensaje, probabilidades de lograr en el gobierno entrante: despenalizar el aborto. En el gobierno que entrará en funciones el 1 de diciembre, hay indicios, como que las mujeres organizadas, las feministas, están en el primer círculo del presidente electo blandiendo igualdad y derechos de las mujeres; despenalización del aborto y derechos sexuales y reproductivos. Las que dicen tolerancia cero a la violencia. Sin duda.
Ello a pesar de que a 47 días desde que se eligió a Andrés López Obrador para la presidencia del país durante el periodo 2018-2024, el tabasqueño, con anuncios espectaculares todos los días, anuncios que son noticia, titulares y hacen temblar a tirios y troyanos, no ha dicho o anunciado nada sobre la política de género y la suerte de las instituciones y programas que se han creado en las últimas décadas.
Nada. A pesar de que la violencia contra las mujeres es una franja tremenda en un país devastado por la inseguridad, la impunidad y la debilidad de las instituciones encargadas de impartir justicia. Un país donde lejos estamos de desterrar el machismo y la discriminación.
Sin embargo, entretelones ya sabemos que se discute quién dirigirá el Inmujeres -cuatro muy claras y dos sumadas mientras esto escribo-. Van tres llamados a Foros Escucha, donde la población afectada por la violencia asiste, escucha promesas y posibilidades. De las asesinadas -7 todos los días- nada. Pero, no deja de ser muy interesante que las que quieren dirigir el Instituto encargado de la política de género, sean o bien feministas o claramente comprometidas con la igualdad. Y más, punteras que hablan de la despenalización del aborto y de profundizar la paridad.
Y no nada más sino también un grupo de congresistas electas ya elaboran su agenda a favor de la igualdad y la justicia para niñas y mujeres. No sabemos de las que llegaron por la vía del partido de extrema derecha, ni podemos adelantar cuál será el equilibrio.
Aplausos. Que el asunto se esté ventilando públicamente es una buena noticia. Me parece que es el empuje de un movimiento que estuvo apenas hace unos días en la calle, aunque no se le quiera ver, es incuestionable que laboran arduamente mujeres comprometidas, cercanas al que ya actúa como jefe del gobierno. Su elegida para dirigir la política interna, Olga Sánchez Cordero, habla sin tapujos de despenalizar el aborto; ella es además la que se encargará de diseñar la política nacional para promover la cultura de respeto a los derechos humanos de las mujeres y la erradicación de la violencia en su contra.
Son mensajes muy claros si pensamos que en la Ciudad de México ya se designó a Gabriela Rodríguez como quien se encargará de la política de género, mujer comprometida con la ILE entre otras cosas.
Si vemos a las probables para Inmujeres, tres igualmente. Y hablan claro y sin ambages. Estamos pues frente a eso, señas, simbolismos y alianzas prometedoras. Para nadie, supongo, es secreto la cercanía de Marta Lamas con los altos círculos que rodean al tabasqueño, reconocida por haber negociado, lenta, con trutú y con alianzas y relaciones la ILE en la ciudad de México.
¿Y la violencia contra las mujeres?
Interesante. No obstante las filtraciones sobre las probables para Inmujeres, nada se sabe del futuro de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim), un órgano desconcentrado de la Secretaría de Gobernación, encargado precisamente de garantizar la seguridad de mujeres y niñas, el cese de la violencia en su contra y/o eliminar las desigualdades producidas por una legislación o política pública que agravia sus derechos humanos. Comisión que además funge como el órgano de género de esa Secretaría.
Es la Conavim la encargada directa de aceptar o no aceptar la petición para declarar las Alertas de Violencia de Género contra las Mujeres, de hacer el vínculo con los tres niveles del Estado y del gobierno para frenar este horror. Hasta ahora de las 32 entidades del país, a 14 se les ha declarado la Alerta; de dos mil 400 municipios, sólo en 104 se ha declarado este mecanismo; que hay ocho donde no se declaró la alerta, entre ellos Yucatán, según información de apenas ayer. Y que se discute si se declara o no en ocho entidades más, incluida la Ciudad de México.
La persona que sea designada a Conavim tendrá que contar con los mejores atributos, porque la violencia contra las mujeres no se puede enfrentar con pensamiento del siglo XIX. Cuando ayer me enteré que quieren ir a Inmujeres, la ex gobernadora de Zacatecas, Amalia García, y la abogada con méritos internacionales, Patricia Olamendi, pensé, están creyendo que prosperará convertir al Instituto en una Secretaría de Estado, algo que suma a la biografía personal, pero en donde hay mucha tarea hecha y bien hecha, el tema es cómo enfrentar la violencia de género, cómo hacer que los abusadores de las niñas-madres sean identificados y juzgados.
O sea. La papa está caliente. No hay una propuesta sobre este gravísimo asunto, entre otras cosas porque la violencia contra las mujeres, su evidencia ha sacado el tema tremendo, de las catacumbas de antaño, es decir, del ámbito de lo privado. Las agresiones, la tortura emocional, los golpes hasta el asesinato se da en altísimo porcentaje en la casa, en los hogares dignos y santos, en las familias. Tema escabroso para un dignatario cristiano y quién ha dado muestras de que eso no lo entiende.
La violencia contra las mujeres, el feminicidio, está íntimamente unido al crimen organizado cuando hablamos de trata y tráfico de niñas y mujeres. ¿Será qué Olga Sánchez Cordero logrará hacer lo que la ley le mandatará? ¿Será qué es preferible la ILE a meterse en la familia y evidenciar al machismo emboscado y cotidiano?
La otra noche oí a Marta Lamas desestimar el tema de la trata. Y sé que lo de la violencia, como no se puede tratar “higiénicamente”, se ha dejado a las necias. Mientras todos los días tenemos noticias de asesinatos, sí, pero de acoso en las universidades, en el transporte, en las oficinas públicas, en la escuela, en la calle, en las fiestas familiares; oímos de violaciones –más de 20 mil denunciadas anualmente- tantas como más de 54 al día, o sea más de dos cada hora. Veremos.