La Casa de los Perros: Los riesgos de la tómbola
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
El diputado federal Alfredo Basurto Román, desde su curul en San Lázaro, hizo suyo, o al menos eso dijo, el reclamo de renuncia del inquilino en turno de La Casa de los Perros que miles y miles de estudiantes, unos ocho mil, aseguró, gritaron en las calles de Zacatecas, en donde además exigieron justicia, paz y tranquilidad luego del feminicidio que le arrancó la vida a la jovencita de 16 años, Cinthia Nallely Vázquez.
Basurto Román, un hombre para quien su mérito principal es tener mucha, pero mucha suerte, pues logró ser legislador federal gracias a que su nombre salió sorteado en la maravillosa tómbola de Andrés Manuel Lopez Obrador, y cuyos únicos logros son, supuestamente, aportar el 50 por ciento de su dieta para la conformación y operación de universidades públicas abiertas por Morena, además de haber renunciado a la cobertura médica de gastos mayores que reciben los diputados federales, se llevó la tarde al expresar: “Los hechos lamentables que vienen sucediendo, donde al gobernador Alejandro Tello le exijo desde mi curul que ya se ponga a gobernar, que se deje de hacer pendejo (sic)».
De inmediato, el priista y presidente de la Mesa Directiva, Jorge Carlos Ramírez Marín, interrumpió al nervioso legislador zacatecano que, pareciera, era la primera vez que tomaba el micrófono, y le pidió «atentamente» retirara del Diario de Debates «esa expresión», además de solicitarle moderación y respeto a las autoridades constituidas.
Obviamente, encarrerado como estaba, se negó rotundo pues, dijo: «No me puede reconvenir, señor, que la retire. Es mi derecho constitucional».
La atropellada intervención de Alfredo Basurto, a quien por cierto nunca se le ve ni por equivocación en Zacatecas, trajo de inmediato a la memoria al ex gobernador y hoy delegado de Cuauhtémoc, Ricardo Monreal Ávila, cuando también desde su curul, puso en su lugar al actual director de Fonatur, Miguel Alonso Reyes, luego del penoso incidente en que fueron robados y desalojados varios artesanos y productores zacatecanos que expondrían en la explanada de la sede del Poder Legislativo. En esa ocasión, fue Adolfo Bonilla quien salió al quite y, sin mucha suerte, se debe decir, salió a defender al entonces gobernador.
En ese entonces, la experiencia como parlamentario de Monreal Ávila hizo la diferencia al momento de la denuncia de los hechos en esa sesión. Ayer, lamentablemente, la falta de oficio político de un completo desconocido como lo es Alfredo Basurto, convirtió lo que hubiera podido ser una oportunidad de oro de llevar el caso a la Cámara de Diputados, en un circo de quinta categoría en el que un vulgar actuar sólo evidenció que urge que los zacatecanos mediten muy bien a quién le dan su voto, pues de arribistas e inexpertos ya estamos hartos.
Sólo Claudia
Por cierto, los legisladores priistas zacatecanos, Araceli Guerrero, Benjamín Medrano y Francisco Escobedo, demostraron que ocupan una curul para nada, y para nada. Guardaron silencio no sólo ante la prosaica intervención de Basurto Román, misma que la coordinadora de la bancada de Morena, Rocío Nahle, pidió que pudiera «ser modificada», sino también ante el hecho que cimbró a la sociedad de esta entidad.
De hecho, ni siquiera se supo si los tres legisladores estaban o no en la sala de sesiones. Ellos han pasado con más pena que gloria.
Sólo una voz se escuchó, la de Claudia Anaya Mota, quien señaló que efectivamente, en Zacatecas, «nos encontramos de luto» y que pues lamentaba profundamente los hechos acontecidos contra una joven universitaria.
Pero, eso sí, salió al quite y dijo que los diputados del PRI «y otros diputados», se ponían a la disposición del pueblo de Zacatecas «para trabajar, para sumar esfuerzos, para respaldar al gobernador en acciones de seguridad que ayuden a fortalecer las medidas que se han estado tomando y, de esa manera, podamos darle al pueblo zacatecano una respuesta de la que todos somos responsables, porque todos tenemos diferentes responsabilidades según los cargos que ocupamos».
Y ya entrada en el debate, pidió al de Morena que se dirigiera con respeto a los compañeros de la bancada zacatecana, a los compañeros diputados en general y «al pueblo de México, porque a este lugar venimos a servir y a demostrar quiénes somos y cómo somos».
Al final fue así, quedó demostrado quiénes y cómo son los diputados federales de Zacatecas.
Sacudida
Ayer lo decíamos, Alejandro Tello Cristerna está molesto. Ya se hartó de que al interior del gobierno diferente sean contados los que hacen su trabajo, los que sí responden a las exigencias de Zacatecas. Y la gota que derramó el vaso fue precisamente el feminicidio de Cinthia Nallely, por ello, en los pasillos de La Casa de los Perros, el viento de cambio parece llegará justamente desde la Procuraduría General de Justicia. Antes de que llegue el fin de semana se sentirá la sacudida.