La Casa de los Perros: El pago de facturas
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
La comunidad universitaria en Zacatecas ha sido de las más golpeadas por el clima de inseguridad que actualmente se vive y que no se puede ocultar, mal se haría intentándolo siquiera.
El rector Antonio Guzmán dijo que el luto que se vive en Veterinaria, en la Preparatoria IV, en Economía, también en Derecho, en Ciencias de la Tierra y hoy, más que nunca, en la Preparatoria I, en lugar de inmovilizar debe ser el motor para que los universitarios no sólo exijan justicia, sino también para que pongan manos a la obra, su inteligencia, su juventud, sus ganas de salir adelante y así, juntos, como ayer se le vio por las calles, salvar este difícil momento por el que atraviesa Zacatecas.
La movilización de la que fueron testigos los capitalinos movió más conciencias de las que podemos imaginar, pues la rabia, el coraje de ver a los jóvenes morir en la plenitud de sus sueños es algo que nadie puede pasar por alto, que nadie debe olvidar. Y sí, ha llegado el momento en el que todos nos debemos involucrar. Cada persona desde su trinchera, desde su ámbito de actuación.
Ayer, los estudiantes, el cuerpo académico de la UAZ, los maestros, los directores, los trabajadores que participaron en la movilización arribaron enojados a la Plaza de Armas, y con toda la razón del mundo, eso es algo que no se les puede ni debe reprochar. Sus consignas fueron claras, nítidas y llegaron a La Casa de los Perros, en donde fueron escuchadas por Alejandro Tello Cristerna que reconoció que sí, que su gobierno ha sido rebasado.
Él mismo, abrumado, recordó que en tan solo unas semanas, en su escritorio se han acumulado los casos del policía estatal baleado al interior de un antro del Centro Histórico de esta capital; la penosa muerte del regidor de Ojocaliente, quien con otros dos hombres fueron maniatados, torturados y baleados; y no olvidar el atentado contra la comandancia de la Policía Municipal de Cañitas de Felipe Pescador; la ejecución de un velador en Fresnillo; el caso de la joven madre de una niña de nueve años que murió en el hospital tras recibir un ataque directo en el que su acompañante, un joven de 19 años, también falleció, entre muchos, muchos más, hasta sumar casi 600.
Son muchas cosas, muchas muertes, mucha sangre que hoy mantienen paralizada a la sociedad que, temerosa, prefiere mantenerse en su casa por el miedo a salir y no regresar con vida.
Pero la vida tiene que seguir.
El inquilino de La Casa de los Perros ayer pedía a los zacatecanos cerrar filas, hacer un frente común y, quizás no con mucho tacto, habló de dejar a un lado las descalificaciones y los señalamientos, cosa que es imposible hoy que los ciudadanos tienen en sus manos los medios para hacerse escuchar y esperan respuestas inmediatas de su gobierno. Quiere ver a su gobernador fuerte, enfrentando la situación.
El hecho de que el gobierno diferente hubiera salido con casi 24 horas de retraso a emitir un comunicado no gustó a nadie. Sin duda, una vez más, quedó de manifiesto que el deficiente manejo de la comunicación social le ha hecho mucho daño a Alejandro Tello, tanto como este clima convulso que mantiene en la zozobra a los habitantes de esta noble tierra. Es pues el gobernador quien, finalmente, ha terminado por pagar los platos rotos de un burócrata que parece jugar a las contras.
Está también el procurador Francisco Murillo Ruiseco, un joven funcionario a quien, sin duda, la inexperiencia al frente de un monstruo como lo es la Procuraduría, le ha pasado la factura, una factura que, otra vez, termina pagando el propio gobernador y, lo peor, la sociedad. Con el actuar de este funcionario queda demostrado que no es lo mismo estar detrás de un escritorio, dictar una clase, o dedicarse al estudio, que enfrentar a quienes hoy tienen de rodillas a Zacatecas.
Y no se diga del secretario de Seguridad Pública, Ismael Camberos, a quien se le disculpó en un inicio porque iba llegando, pero cuando hay una emergencia, eso, de ninguna manera, puede seguir siendo un pretexto.
El problema de Alejandro Tello no es que le caiga mal a la gente, que no lo odien, el problema es que se ha rodeado de personajes que no le ayudan, que no colaboran ni comparten su proyecto de gobierno, y que única y exclusivamente lo han exhibido. Ellos están ahí para defender sus propios proyectos personales y se han olvidado de Zacatecas, y de su jefe político.
A últimas fechas, Tello Cristerna ha comenzado a tomar decisiones que no han gustado a muchos. Él tiene un carácter afable la mayoría de las veces, al menos eso dicen los que le conocen, pero hoy ya le han colmado la paciencia. El golpe que viene estremecerá a varios.
Por lo pronto, si bien no salió a enfrentar a los manifestantes, cosa que en estos momentos hubiera sido un error, por el clima de crispación que se vive, sí ha tomado las riendas de este asunto que tanto aflige a los zacatecanos. Y se ha comprometido a esclarecer los asuntos que tiene pendientes Francisco Murillo y que no pueden esperar más.
Sabemos bien que prometer paz y tranquilidad, justicia para los muertos y sus familias ya no es suficiente, sobre todo cuando eso de comprometerse no se le da mucho a nuestro inquilino, pero el sólo hecho de verlo salir a la reunión con la comisión universitaria, libreta y pluma en la mano, y anotar, estar atento, y aportar las primeras medidas para comenzar a vencer este problema, ya es un avance.
Hoy, a las 9:00 horas, debe iniciar la mesa de diálogo con los universitarios, y Alejandro Tello ya dibujó las que podrían ser la primeras medidas urgentes a tomar como generar filtros de seguridad en los campus, otorgar garantías para que se pueda denunciar sin miedo el narcomenudeo, dar celeridad a los talleres de no violencia.
Pendiente de lo que se publicó este fin de semana en las redes sociales, que fueron implacables con el gobernador, dijo estar de acuerdo con la propuesta ciudadana de efectuar una Operación Carrusel para acompañar a los estudiantes, así como blindar los espacios de tráfico de alumnos como el puente de Derecho o el de la Plaza Bicentenario.
Las propuestas están en la mesa, pero faltan más; y aunque a muchos no les guste la idea de que se quiera involucrar a la sociedad, a los padres de familia y a los maestros en este problemón, porque creen que solucionar todo es obligación sólo del papá gobierno, ha llegado el momento de trabajar juntos, y no sólo para pedir la suspensión de clases para ir a la marcha, sino para poner cada quien su granito de arena y hacerlo por Zacatecas.
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