La Casa de los Perros: Callejón sin salida
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
El diputado federal priista, Benjamín Medrano Quezada, lo resumió perfecto: «No permitas Gobernador que tú buena intención y amor por tu gente se vea manchada por la incapacidad de alguien que ni conocemos ni nos conoce».
Así de simple fue el manifiesto del legislador federal, vía Facebook, a la controversia que armaron los diputados locales del PRI, PVEM y Panal, la llamada «ala oficial», a un simple exhorto, de esos que cada que hay una sesión de la LXII Legislatura surgen y que son simples llamados a misa, mismos que atiende quien quiere y quien no, pues nomás los ignora y ya.
El exhorto al inquilino de La Casa de los Perros no tenía mayor significado que pedir la renuncia –la que ha pedido todo Zacatecas, ellos incluidos–, de Froylán Carlos Cruz, el titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) que de manera inexplicable se mantiene en el puesto, quién sabe por qué.
Y así como el general en retiro, con una investigación pendiente por su actuar en el caso Nochixtlán, un operativo policial en Oaxaca que dejó al menos ocho muertos y 108 heridos, de acuerdo a las cifras de la Comisión Nacional de Seguridad, continúa a cargo de la seguridad de Zacatecas, sin que nadie lo entienda, asimismo, los legisladores se metieron en un callejón sin salida sin ninguna necesidad.
Ellos mismos, en la sesión previa en la que se discutió el caso, y también en privado, reconocieron haber sido obligados por «los asesores» de Alejandro Tello Cristerna, a embrollarse en un asunto que bien podía haber pasado desapercibido y que, al final, lo único que les provocó fue quedar exhibidos ante la sociedad como títeres del Poder Ejecutivo. Papel que también, para qué negarlo, protagonizan sin rubor y se podría decir que hasta con singular alegría.
Medrano Quezada lo entendió perfecto: «La mejor forma de poder ayudarle al gobernador en materia de seguridad es pedirle la renuncia del general secretario de seguridad en el estado». Los diputados oficialistas Gustavo Uribe Góngora, Le Roy Barragán Ocampo, Carlos Peña Badillo, Adolfo Alberto Zamarripa Sandoval y Guadalupe Celia Flores, jamás lo dimensionaron y demostraron que están sentados en la curul única y exclusivamente para levantar la mano y la voz como se los ordenan.
Uno a uno, estos legisladores subieron a Tribuna, en la sesión de ayer jueves, para reconocer que Froylán Carlos Cruz debía irse, pero que, de ninguna manera, ni lo mande Dios, podían siquiera sugerirle a su jefe, que lo despidiera. Ellos están ahí sólo para repartirse gozosos sus herramientas legislativas y nadar de a muertito durante los dos años que dura su encargo.
Uno a uno, estos legisladores se contradijeron, mintieron, mostraron su incapacidad y, de paso, insultaron la inteligencia de sus pares y de toda la sociedad zacatecana al pretender defender lo indefendible con argumentos de primaria.
Gustavo Uribe, por ejemplo, dijo que no era «apropiado» solicitarle a Alejandro Tello la remoción del secretario de Seguridad Pública. Le Roy Barragán pidió de manera ilógica «respetar la división de poderes», misma dinámica que desde el Ejecutivo no cumplen. Carlos Peña con vehemencia dijo que esa decisión simple y sencillamente «no nos compete a nosotros». Guadalupe Flores se limitó a señalar: «tenemos que apoyar” al gobernador.
Los 16 diputados que votaron en contra del exhorto olvidaron que durante la comparecencia del general Froylán Carlos Cruz, ellos mismos exigieron su salida del cargo; pasaron por alto también que al momento en que se enfrascaban en una encerrona que duró unas dos horas, durante las cuales recibían las instrucciones de los asesores de su jefe Tello Cristerna, dos zacatecanos caían ejecutados: una mujer en Calera y un padre de familia en la misma capital, ante la mirada atónita de cientos de escolapios.
Ahora, estos 16 diputados deberán responder a la sociedad con la misma vehemencia con la que defendieron a Alejandro Tello que, igualmente, olvidando su gobierno diferente, demostró que requiere con urgencia que los diputados den la cara por él.
Estos 16 legisladores oficialistas lo único que consiguieron fue exhibir a su jefe como un gobernante que no es capaz de darse cuenta de la realidad, y que, por capricho, sostiene a un funcionario incapaz e ineficaz, sólo por no obedecer a presiones.
La sesión, eso sí, sirvió para evidenciar a unos diputados que no están del lado de la gente y sí de quien, dentro de poco, les dará la espalda y no los apoyará para que cumplan sus aspiraciones políticas de reelegirse o buscar una curul en San Lázaro. Ya lo verán, esto es cuestión de tiempo.
Nos vemos el lunes
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