La Casa de los Perros: Si contaminan, que paguen
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Fue el 10 de junio de 2009, cuando durante la toma de la mina Proaño, del Grupo Peñoles, en Fresnillo, fue asesinado el minero Juventino Flores Salas, de 56 años. Un grupo de choque comandado por Carlos Pavón Campos se encargó de arrebatarle la vida al hombre.
La golpiza que le propinaron no le dio oportunidad de sobrevivir. Sufrió un fractura craneoencefálica irreversible. El batazo que lo mató lo recibió en el rostro. Además, Alejandro Vega, Noé Maldonado y Felipe de Jesús Carrillo terminaron también con contusiones severas.
El desmán lo propició Héctor Mario Pavón Campos, hermano de Carlos, el líder del Sindicato de Mineros y Metalúrgicos, quien con un grupo de porros trató de impedir a toda costa que esta mina parara labores. Los directivos de esa empresa multimillonaria no se podían dar el lujo de perder ni un peso. Preferible que muriera un trabajador. El dinero es el dinero.
Esto nos recuerda que Pavón Campos, igualmente defendiendo los intereses de Peñoles, es capaz de cualquier cosa con el único propósito de no perder el cariño de sus patrones, que ejercen presión de esta manera para no pagar ni un céntimo del Impuesto Ecológico.
Ahora, recurren al cierre de carreteras y manifestaciones en las que dejan sentir que gritan fuerte, y con violencia buscan polarizar la situación en Zacatecas en donde, se debe decir claramente, no se ha explicado bien que si las mineras, que si el Grupo Modelo, que si Goldcorp, que si cualquier empresa asentada en Zacatecas no contaminan, pues no paga. Así de simple.
Por ello, si este Impuesto Ecológico castiga a quienes dañan el medio ambiente, Peñoles ni siquiera debiera preocuparse, sólo ocuparse en demostrar que cumple con las normas, que durante los procesos que diariamente lleva a cabo tiene todo en regla en lo que a remediación ambiental en la extracción de
materiales se refiere.
Igualmente, el dueño de Grupo BAL, Alberto Bailleres González, podría convocar al Sindicato a que en lugar de andar bloqueando carreteras, mejor le coayuden a demostrar que su emisión de gases a la atmósfera es mínima, y que como empresario responsable cuenta con depósitos o almacenamiento de residuos de emisión de contaminantes al suelo, subsuelo y agua.
Si todo esto está en regla, con tranquilidad podrían apersonarse ante la Secretaría del Agua y Medio Ambiente (SAMA) y restregarle en la cara al titular, Víctor Armas Zagoya, que ellos sí están interesados en el bienestar de Zacatecas. Hecho esto, hasta podrían llegar a la Secretaría Finanzas (Sefin) y decirle a Jorge Miranda que su pago será mínimo, o quizás nulo.
Pero sí, como lo señala el Frente Popular de Lucha de Zacatecas (FPLZ), que encabeza José Narro Céspedes, las mineras están acabando con el ecosistema, entonces sí tienen de qué preocuparse. Y entonces sí tienen que pagar, y bien.
Esto nos deja ver que, a excepción de Armas Zagoya, el único que ha salido a defender este impuesto, los demás secretarios también deben ponerse a trabajar y dejar la comodidad de sus oficinas, o las vacaciones en Europa, para otro día.
Y es que hasta el momento, pareciera que el inquilino de La Casa de los Perros gobierna solo, que sus secretarios están ahí sólo para cobrar y acudir a aplaudir a los eventos oficiales. Los queremos ver en acción, la gente requiere que le expliquen que no se trata de acabar con los empleos en la entidad, sino de cuidar el Zacatecas que heredaremos a nuestros hijos.
Alejandro Tello Cristerna está cargando solo con este paquete y ha llegado el momento en que, con energía, demuestre que está sentado en esa silla porque sí es un político que hace y sabe hacer política, no un contador que sólo quiera administrar una herencia maldita. Un manotazo de poder a los secretarios se hace urgente. Un plan de medios es hoy prioritario para evitar que a tuitazos o con declaraciones desafortunadas, la gente le pierda la confianza a menos de cinco meses de haber tomado posesión.
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