La Casa de los Perros: Alejarse «un poco» de Zacatecas
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Ricardo Monreal Ávila es para muchos el mejor gobernador de Zacatecas de los últimos años; pero para otros, es el culpable de engendrar una generación de políticos a los que el dinero y el poder, en ese orden, les nubló la conciencia y cuya avaricia dejó, al final, un estado en la ruina.
Este año, Monreal Ávila enfocó sus baterías en un objetivo, apoyar a su hermano David, para que alcanzara la gubernatura, y confió para ese proyecto precisamente en que esa gente a la que ayudó, impulsó y que se decían sus amigos. Ellos, harían lo mismo con el hermano. A eso se comprometieron.
Al final, la traición, acción esencial de la naturaleza del hombre –y la mujer también–, de mala cuna, se hicieron presentes y la conclusión pues todos la sabemos.
Pero como el cinismo es parte indeleble de los políticos, de ayer y de hoy, alcaldes que le dieron la espalda a Morena, a la hora buena, a pesar de haber recibido gestiones directas para ayudarse en sus municipios, han regresado a pedir cobijo.
Constructores que se quejaron amargamente de ser extorsionados y no ser considerados para ser partícipes de las obras del sexenio, también voltearon la cara, pero hoy que sus pagos no salen, reclaman otra vez auxilio.
La respuesta del titular de la Delegación Cuauhtémoc en la Ciudad de México ha sido una y contundente: Vayan al PRI.
Así, la decisión de Ricardo Monreal Ávila de alejarse «un poco» de Zacatecas tiene un sólo propósito, meterse de lleno a su proyecto en la CDMX. A ese proyecto que pocos, contados zacatecanos tendrán cabida. Ni modo.
No tengo dinero
Durante la reciente campaña electoral, una de las promesas que más se escuchó fue que la gestión sería prioridad y por ello el próximo inquilino de La Casa de los Perros ha emprendido el actuar pero más con la intención de poder sobrevivir que para alcanzar el objetivo de cumplir con esa garantía.
Tello Cristerna ha revelado a propios y extraños su enorme preocupación, sabe que al recibir las llaves de esta casa no tendrá ni para pagar sueldos ni aguinaldos. Se acerca la mera fecha de los gastos decembrinos y la cosa no pinta nada bien.
Al gobernador electo le urgen cuatro mil millones para no ahogarse en su primer año de gestión y hoy los busca hasta por debajo de las piedras.
Doble cara
El diputado electo y próximo coordinador de la primera bancada de Morena en el Congreso de Estado, Luis Medina Lizalde, siempre ha navegado con la bandera de la rectitud y la congruencia.
Pero a últimas fechas, y después de estar fuera de la nómina gubernamental durante muchos años, sabe que su momento ha llegado. Es ahora o nunca.
Para ello, ya se reunió con Alejandro Tello, con quien habría acordado su discreción, y la de sus inexpertos compañeros, en la Tribuna.
Pero todo en esta vida tiene un precio y hoy este es sólo uno: chamba en el Congreso para sus cuates.
Así, El Oso pugna para que Gustavo Jasso, un abogado que no saca un buey de la barranca, se adueñe de la coordinación jurídica a partir de este mes de cambios en el Poder Legislativo.
Para la mayoría de los morenos, este sujeto es el culpable de que a David Monreal le hubieran retirado la candidatura 15 días, y que a Soledad Luévano le corrigieran la plana en los tribunales, poniendo en peligro su triunfo. En ambos casos no supo ni por dónde. Es malito pues.
¡Qué nervios!
Hoy, finalmente el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), en su Sala Monterrey, decidirá si los zacatecanos van a nuevas elecciones en la capital, o si Soledad Luévano es ratificada como la alcaldesa electa.
La decisión la toman al mediodía los magistrados, para que ya en la tarde, en la Casa de la Cultura Municipal, Alfredo Salazar, alcalde interino, sepa a quién le entregará la estafeta. A Soledad Luévano o al Congreso que deberá designar a un encargado mientras priistas y morenos se desgarran las vestiduras en un nuevo proceso electoral que Alejandro Tello tendría que ganar sí o sí.
La esperanza de la mayoría, incluido Tello Cristerna, está en que el dictamen sí viene favorable a la morena, pero las cosas podrían cambiar en la discusión y ponerse color de hormiga.
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