La Casa de los Perros: De confrontaciones y la UAZ
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Innecesaria
La rivalidad entre el todavía inquilino temporal de La Casa de los Perros y el diputado Cuauhtémoc Calderón Galván ha quedado exhibida durante todo el sexenio, y si bien el ex alcalde de Zacatecas se mantuvo agazapado y sumiso durante tres años, esta vez tronó y enfiló sus baterías a una confrontación innecesaria.
En el PVEM, el ex candidato a gobernador mantenía un buen perfil, le dieron una diputación y la coordinación de «la bancada» al interior de la LXI Legislatura, pero la verdad nada supo aprovechar. Sólo buscaba el momento para agandallar.
Sus compañeros diputados (de todos los colores) siempre se quejaron: No cumple acuerdos, no tiene palabra, se siente superior, ósea, la última Coca Cola del Congreso. Y la verdad, su paso por la Legislatura dejó más pena que gloria, se dedicó a aprobar todo lo que el Ejecutivo le mandó convirtiéndose en un levanta dedos más. Sin propuesta ni iniciativa propia.
A pesar de llevar años ya en la política no ha aprendido nada, y cree que los berrinches pueden más que la disciplina que se practica en los partidos en los que ha militado. Ahora, se integra, a medias (aunque con chaleco puesto), a la izquierda de Morena, al feudo de los Monreal, pero seguro recibirá lo mismo. Los tibios siempre será vomitados, y eso de no renunciar al Verde, pedir una ridícula licencia «por tiempo indefinido», y hacer campaña para David Monreal solo reafirma su falta de convicción y de principios. No tiene definición.
Al final, Cuauhtémoc Calderón terminará donde empezó, haciendo hamburguesas, aunque ahora con sucursales en Estados Unidos. A Morena, solo como estrategia mediática y momentánea le sirve, pero a la larga deberán medir al diputado con la misma vara que a José Luis El Cepillo Figueroa, a quien fustigaron por haber votado a favor del empréstito y lo echaron de mala manera. El ahora verde-morena también lo hizo y fungió como tapete de Miguel Alonso Reyes para, con ello librarse varias veces de regresar tras las rejas.
Inservibles
No cabe duda que la bancada del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en la LXI Legislatura, ahora «liderados» por Héctor Zirahuén Pastor Alvarado, nunca dio una, siempre se distinguieron por ser lentos, inservibles y desechables. La falta de carácter de sus integrantes , y de sus anteriores coordinadores (Rafael Gutiérrez y José Haro) jamás sirvieron para maldita la cosa.
Y como para cerrar con broche de oro, ayer salieron a dar una especie de conferencia de prensa para, según ellos, «defender» al inquilino temporal de La Casa de los Perros de los ataques que le propinó Calderón Galván, que no dejó títere sin cabeza y hasta con la familia se metió.
De manera atropellada, sin sentido ni un discurso bien armado, Héctor Pastor dijo que su patrón Miguel Alonso no era lo que Calderón Galván decía pero, de pruebas, sustentos o evidencias nada presentaron. Puro bla bla bla.
Los zacatecanos esperan con ansias que esta Legislatura llegue ya a su fin, pues el dolor de estómago que han provocado, por la risa intensa que ocasionan, ya no se puede soportar. Sí dan pena ajena.
Universitarios
La Comisión Electoral de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), que coordina Luis Gilberto Padilla Bernal, se dice lista para lanzar con bombo y platillo la convocatoria para elegir rector, directores de unidad y consejeros universitarios. La fecha: 7 de abril.
Por ello los estudiantes, docentes de carrera –que no sean jubilados–, y que tengan vigentes sus derechos políticos como universitarios, ya alistan documentos para registrarse e iniciar campaña.
Por lo pronto, a pesar de la crisis económica, ya tienen presupuestados casi cuatro millones de pesos para «gastos electorales», lo que podría incrementarse si son muchos los tiradores.
Así, los universitarios en esta jornada electoral buscarán renovar, además de la Rectoría, que ya urge, a 30 directores académicos, cien consejeros universitarios y seis coordinadores de área.
Lo malo de esta elección es que, sin duda, se verá viciada por la elección constitucional. Los candidatos, sobre todo los que quieren ser gobernadores, meterán su cuchara hasta el fondo del lodazal en el que Armando Silva ha convertido a la UAZ.
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