La igualdad los medios
SARA LOVERA
El ejercicio del periodismo no es más militancia que la que se conecta al corazón y la conciencia. Ningún antídoto más tremendo que tomar partido, pertenecer a un partido y creer que la denuncia ayuda a la solución de los problemas de fondo, los económicos, los históricos o los derivados de la relación desigual entre los hombres y las mujeres.
No obstante, hay una postura ética o no ética. Los medios que publicaron el cuerpo de nuestra compañera Anabel Flores fueron requeridos por la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas por los Derechos Humanos y la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU-Mujeres) escandalizados por las fotografías de su cuerpo inerte.
Eso es lo que me hace reflexionar. Hace 20 años, un 23 de septiembre de 1995, iniciamos la construcción de lo que llamamos Red de Periodistas con Visión de Género. Red perdida en el tiempo, con jóvenes, muchas que han sustituido a las fundadoras. Algo totalmente sano si su camino fuera más avanzado que el inaugural. Lamentablemente no inciden en los medios, esos que siempre he llamado reales. Pero ese no es el tema.
El tema es que algunas personas o medios, necesarios, los que dicen cosas que los demás no dicen. El asunto es que tienen en su vida profunda, interna, en su interpretación de la realidad, una actitud totalmente discriminatoria para las mujeres. Proceso, Emeequis y los portales de Carmen Aristegui donde hay fotos que muestran a la periodista “muerta y semi desnuda”, calificado de atentado contra su dignidad. Sí, su dignidad. Una cosa que deberían saber medios “democráticos” que todos los días denuncian al gobierno, a los y las políticas, al empresariado corrupto.
Ahora entro a la sospecha. Cuál es nuestra obligación. Informar, hemos dicho a las y los periodistas que hacen red en la Casa de los Derechos de Periodistas, que la mejor protección es que investiguen sus notas y no se arriesguen. Claro que eso no es suficiente. Todavía tendremos que desenredar este entuerto.
Por lo pronto en días como estos, fríos, helados, donde todo está como chicle, sobre todo el pan, cuando si no fuimos a la calle a ver a Francisco, tuvimos que reflexionar. Esto de los medios me puso muy triste, creí que trabajé por el cambio y no hay nada. Lo poco que hay es de redes sociales, muchas fantásticas e imaginativas. Pero no hay periodistas profesionales, cuya vida esté empeñada en informar, no en militar o quedar bien. Dentro de una semana hablaré de cómo se pega para que te paguen.