La Casa de los Perros: De gobernadores que no ponen gobernadores
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Gobernador no puso gobernador
Cuando el ex gobernador Ricardo Monreal Ávila estaba por concluir su gestión inició el posicionamiento de su sucesor. Para el fresnillense solo había un hombre, y un nombre: Tomás Torres Mercado, su amigo y fiel colaborador.
Pero siempre con la firme idea de hacer creer a sus colaboradores que los tomaba en cuenta en sus decisiones, aunque la última palabra siempre ha sido de él, a Monreal Ávila se le ocurrió llevar a cabo una consulta.
Organizó pues una comida, en la casa de Pedro de León Mojarro, a la cual convocó a los alcaldes, y ahí les entregó unos papelitos en blanco y les pidió anotar el nombre del que, a su parecer, debería ser el próximo gobernador. Confiado comenzó a contar voto por voto, pero para su sorpresa, Tomás Torres no fue quien obtuvo la mayoría, ese honor se lo llevó el anfitrión de la comilona.
Molesto abandonó el lugar pero le quedaba claro, él pondría a su delfín le gustara a quien le gustara. Lo que sucedió después todos lo sabemos, una mandato cupular le dio el título de la inquilina de La Casa de los Perros a Amalia García Medina. Gobernador no puso gobernador.
Capricho
La ex gobernadora perredista tenía otros métodos a la hora de tomar las decisiones. La única voz que contaba y pesaba era la de su hija, la hoy diputada federal por Movimiento Ciudadano, Claudia Corichi García.
La en ese entonces rebelde muchacha juró y perjuró que todos los zacatecanos podrían llegar a gobernar Zacatecas, todos menos uno: Miguel Alonso Reyes. Faltaba más.
Y como la orden estaba dada, la hoy secretaria del Trabajo en el gobierno del Distrito Federal no tuvo necesidad de realizar consulta alguna y decantó a favor de Antonio Mejía Haro, quien si bien hizo su mejor esfuerzo, no le alcanzó para vencer el desencanto de la sociedad que a gritos pedía un cambio. Aunque ahora se arrepientan.
La máxima en Zacatecas se cumplió otra vez: Gobernadora no puso gobernador.
¿Caballo negro?
Fiel a las enseñanzas de su mentor, Miguel Alonso Reyes recordó la anécdota y, como para que no quedara la duda decidió emularla. Qué podría pasar.
Y así, con calma, el inquilino temporal de La Casa de los Perros convocó a los alcaldes priistas a una suculenta comida en Cienguitas, no Cieneguillas, que quede claro.
Cuando ya todos estaban ubicados y bien servidos, se repitió la misa escena de algunos ayeres y los papelitos en blanco comenzaron a circular. La orden fue la misma, anotar a discreción el nombre del que, a su parecer, debería ser el próximo gobernador.
Ya con los montoncitos en el centro inició el conteo: Carlos Peña Badillo logró un voto, del alcalde Calera, Ivanhoé Escobar. El joven secretario de Desarrollo Económico, el fresnillense Adolfo Bonilla, dos votos; cinco papelitos aparecieron en blanco.
Los nervios afloraban y la tensión de pronto se hizo silencio cuando el escrutador dijo: Seis votos para el senador Alejandro Tello. Fue entonces cuando al que ya llaman el caballo negro salió de donde nadie menos lo esperaba: Roberto Luévano Ruiz, presidente municipal en grande de Guadalupe, 15 votos.
Obviamente, como en antaño, el gobernador salió molesto por el rumbo que había tomado el ejercicio democrático.
Ahora solo queda una duda: ¿Gobernador pondrá gobernador?
Gestiones
Al Congreso del Estado llegaron los alcaldes panistas, todos urgidos de dinero, a iniciar gestiones con los diputados locales. Encabezados por Pepe Pasteles, recurrieron en primera instancia a Luis Acosta, el mero mero de la Comisión de Vigilancia, quien de inmediato se apuntó para ser el intermediario y empujar los proyectos de los gobernantes.
Entre las principales peticiones están el pago de pasivos y el flujo de recursos para mejorar los servicios públicos.
Claro que las peticiones llegaron acompañadas de la queja por el recorte presupuestal sufrido en los municipios que la Federación, en donde gobierna el PRI, sin decirles agua va. Esto puso a los ediles en serios aprietos con los proveedores y su principal acreedor, el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Una vez cumplida la misión en la sede de la 61 Legislatura, ahora buscarán que el titular del Ejecutivo los reciba, los escuche y ayude, olvidándose de colores y, sobre todo, del proceso electoral.
Hasta el próximo lunes…
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