El valor de la historia y el cambio político en Zacatecas
MANUEL IBARRA SANTOS• Más de 384 periodos de gobiernos en 192 años en Zacatecas. La incertidumbre, el signo
• El pueblo de Zacatecas demanda de una sociedad política fuerte, honesta y con proyecto
• La historia del poder público en el Estado reclama de una nueva mística de servicio
En el mes de la patria a 205 años del inicio del movimiento de Independencia resulta relevante revisar y reflexionar sobre la importancia del conocimiento de la historia en la creación de los cimientos de una sociedad, así como de los valores que nos dan identidad colectiva, en momentos en que las fuerzas políticas de Zacatecas se encuentran en un singular frenesí, en una intensa fase de lucha sin cuartel dirigida a la conquista del poder público en la entidad.
El conocimiento y estudio de la historia tiene una serie de fines prácticos: primero, aporta elementos para el entendimiento de nuestra sociedad; segundo, construye puentes semánticos de diálogo entre pasado, presente y futuro; tercero, nos ayuda a saber de dónde venimos lo que somos ahora y hacia dónde nos dirigimos; y cuarto, define caminos de enseñanza para evitar que se reproduzcan los mismos errores, aunque hay sociedades acostumbradas a tropezar reiteradamente con la misma piedra.
En Zacatecas, de 1823 con Juan Peralta, considerado el primer gobernador de Zacatecas en la etapa post/independiente de México, a la fecha, han transcurrido 384 periodos gubernamentales, teniendo en todo ese tiempo el común denominador de la incertidumbre socio/ política.
Como elemento ilustrativo de esta misma realidad, marcada por la incertidumbre, observamos cómo sólo en la primera mitad del siglo XX transcurrieron en la entidad más de 200 periodos gubernamentales, hasta que en 1944 iniciaron las administraciones sexenales.
En los últimos 192 años de historia en nuestro Estado, sólo hemos tenido una tercera parte de ese tiempo –es decir, el 30 por ciento de los años-, con gobiernos estatales con relativa estabilidad y alejados de una continua racionalidad. Siempre se ha impuesto, en la mayoría de los casos, el choque y la ruptura entre las administraciones públicas.
Lo que ha demandado a través de los tiempos el pueblo de Zacatecas es la existencia de una sociedad política sólida, motivada por valores éticos, pluralmente fuerte, con proyecto de largo alcance, que trascienda la inmediatez de los intereses personalísimos.
Y es precisamente en esto, donde radica el valor y el conocimiento de la historia.
El ritual del Grito de Independencia: ¿La verdad histórica o la verdad histérica?
El ritual cívico del grito patriótico de hace 205 años marcó no solamente el inicio de la guerra de Independencia, sino el acto fundacional con el que surge en 1821 México como nación soberana, de acuerdo a lo que señeramente describe el contenido de nuestra historia nacional.
El “Grito de Independencia” consistió en el llamado que el cura Hidalgo en compañía de Allende, Aldama y otros próceres de su generación hicieron, la noche del 15 de septiembre de 1810, para desconocer y sublevarse contra el poder monárquico y la autoridad virreinal.
Sin embargo, todavía en la actualidad, a la distancia de más de dos siglos, no existen evidencias ni documento alguno que lo avale, ni cuál fue el contenido de la arenga ni el sitio físico en que se realizó, según lo han argumentado los estudiosos, de este acontecimiento de nuestra Patria.
Hoy cuando están tan en boga las indagaciones sobre los acontecimientos de nuestro tiempo, tan vez sería pertinente que se abriera un proceso de investigación y de peritaje, para evitar que la verdad histórica se convierta en verdad histérica, como han sucedido con muchos acontecimientos de la presente realidad mexicana. Ahí está el hecho traumático, como ejemplo, de los 43 jóvenes estudiantes de la Escuela Normal rural de Ayotzinapa, desaparecidos y presuntamente asesinados por el crimen organizado, y que ha mostrado en su procesamiento judicial diversos sesgos insospechados, mismos que han colocado en jaque al aparato de Estado.
La verdad histórica o la verdad histérica delos acontecimientos sociales
Lo que es inobjetable, es que la crónica del poder público en Zacatecas y sus fases de renovación, reclaman de una exhaustiva revisión crítica, para impedir que de forma cíclica se repitan los mismos errores. Y en ese elemento se localiza básicamente la esencia y el valor de la filosofía de la historia para una sociedad.
Conocer de dónde provenimos como pueblo, para visualizar hacia dónde nos dirigimos, resulta fundamental.