Zacatecas: promesas sin rostro en búsqueda de desaparecidos

Zacatecas, Zac.- Zacatecas, tierra fracturada por la violencia, intenta hoy maquillar su crisis humanitaria con un «Programa Estatal de Búsqueda» anunciado con bombo mediático, pero cuyos datos revelan la insuficiencia crónica del Estado frente a la desaparición forzada. El gobierno de David Monreal Ávila presume una «metodología innovadora» sustentada en cinco ejes —prevención, búsqueda, identificación, atención familiar y evaluación—, pero la letra pequeña de las cifras exhibe un sistema que sigue fallando a las víctimas.

La paradoja de las cifras: menos desapariciones, más impunidad

El fiscal Cristian Paul Camacho Osnaya celebra una «reducción del 34 por ciento en desapariciones» en el primer trimestre de 2024 respecto a 2023. Sin embargo, omiten mencionar que Zacatecas acumula más de tres mil desaparecidos desde 2006 (según datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas), y que sólo en 2023 se realizaron 195 brigadas de búsqueda —un aumento frente a las 63 del año anterior—, pero con resultados marginales: apenas 206 cuerpos identificados (156 entregados) gracias al convenio con el INE. En 2025, solo 51 identificaciones y 57 restituciones. ¿Dónde están los demás?

El teatro de la colaboración internacional

Mientras Maximilian Murck, de la ONU, anuncia un presupuesto de cinco millones de dólares para identificación humana en México, en Zacatecas el avance es lento: el cotejo de huellas dactilares con el INE —que en 2020 solo cubría tres estados y hoy llega a 26— arrojó seis mil 429 coincidencias en 2023 de 13 mil 524 cadáveres revisados. Es decir, el 47.5 por ciento de los casos siguen sin nombre. Natalia Barreto (UE) y Alan García (ONU-DH) hablan de «estrategias colaborativas», pero los colectivos denuncian que las mesas de trabajo siguen sin traducirse en acciones concretas.

La simulación pericial: brigadas sin resultados

El gobierno estatal alardea de un despliegue de cinco mil 600 servidores públicos en brigadas, pero no explica por qué, pese a recorrer municipios, la mayoría de las fosas clandestinas siguen sin excavarse.

La Fiscalía de Desaparición Forzada —creada en 2022— no ha logrado vincular a cárteles con los crímenes, y la promesa de una «cédula única de identidad» (ahora respaldada por Claudia Sheinbaum) es un espejismo: en un estado donde el 60 por ciento de los cuerpos en fosas comunes no están identificados, la burocracia sigue siendo un muro.

Rituales de papel, dolor sin fin

Zacatecas repite el guion de otros estados: anuncios grandilocuentes, presupuestos opacos y familias abandonadas. Los colectivos exigen autopsias expeditas, bases de datos unificadas y fiscalías autónomas, pero el gobierno insiste en talleres y «rendición de cuentas» sin transparencia. Mientras, cada cuerpo no identificado es la prueba de que, en México, desaparecer sigue siendo un crimen perfecto.

LNY/Redacción