Yeidckol une a todos
ENRIQUE BERNÁLDEZ RAYAS
Durante la campaña presidencial las limitaciones políticas evidentes de Yeidckol Polevnsky no fueron problema para el proyecto de transformación nacional de Morena, porque López Obrador supo acomodar estratégicamente a su equipo de trabajo.
Su decisión de colocar a Tatiana Clouthier como coordinadora de campaña fue tras evaluar muchos factores, pero el que se resalta es que cuenta con un discurso más profundo y articulado, en contraste con el ánimo camorrero de Polevnsky.
En los foros de debate con representantes de los candidatos presidenciales, la dinámica trazada fue alternar la participación de Tatiana Clouthier, Ricardo Monreal, Mario Delgado y Jesús Ramírez. Cuando en el intercambio de ideas participaban los dirigentes nacionales de los Partidos, ahí no había problema pues Yeidckol se encontraba frente a liderazgos débiles que por su estilo personal (Ochoa Reza y Damián Zepeda) era posible que dijeran incluso mayores barbaridades que ella.
Como el triunfo fue avasallante y los exabruptos de los otros dirigentes nacionales fueron superiores, Yeidckol tuvo su tiempo para perder el piso y padeció su propia borrachera electoral. En su interpretación distorsionada de la realidad, ella es la Presidenta del Partido en el poder y eso le permite ser desconsiderada y soberbia.
Pero ahora está enfrentando una severa cruda porque la realidad sin maquillaje está por alcanzarla. Su interinato culmina en otoño y si Morena no tiene el desempeño sobresaliente que esperan los analistas en las próximas elecciones, es casi seguro que la próxima temporada decembrina sea de franca nostalgia para Yeidckol.
En unos días la actitud destructiva de Polevnsky ha complicado el trámite de la elección extraordinaria de Puebla. Alejandro Armenta Mier es un político profesional, que es reconocido por su prudencia y también por su seriedad personal. Cuando supo la nominación en poblana, Armenta no estuvo presente en el anuncio y advirtió que no estaba de acuerdo en el procedimiento porque de 4 factores evaluados el salía en tres por encima de Barbosa. Aseguró que haría valer su derecho y acudir a la Comisión de Honor y Justicia denrique be Morena y que no acudiría a otra instancia, pero el escenario ha cambiado.
Pero hay una señal de alerta en el movimiento político que hizo historia al desterrar a la mafia del poder de la estructura de la administración pública federal, puesto que Alejandro Armenta informó en rueda de prensa que teme por su integridad personal y familiar, ya que el senador con licencia aseguró “Estoy revelando cosas delicadas temas que tiene que ver con negocios, con desvió de recursos y con actos presuntamente delictivos. Temo por mi vida y hago responsable al secretario de Gobernación (de Puebla, Fernando Manzanilla) y al propio Luis Miguel Barbosa, y a sus operadores si algo me sucede porque estoy dando a conocer hechos claros, concretos, de actos de complicidades”.
Esta situación de división y encono ha sido provocada por la actitud irresponsable de Yeidckol. Pero Puebla no es el único frente abierto por la incapacidad de negociar y conciliar de la lideresa nacional de Morena, en Quintana Roo ella ha optado por postular a varios personajes vinculados con el encarcelado ex gobernador Roberto Borge, en Tamaulipas le concedió candidaturas a una corriente que tradicionalmente había sido aliada del PAN, en Baja California está por consumar la postulación de un personaje vinculado a lo más rancio del priismo del Estado de México. El nerviosismo político de Yeidckol es dañino y ella se ufana en presumir: “Nada me va a detener y nada me va a espantar”. Polevnsky une pero en su contra.
Remate: En el PRI reconocen la grandeza de políticos protagonistas de la Cuarta Transformación Nacional. El Senador yucateco Jorge Carlos Ramírez Marín -, por cierto el único priista que ganó su elección en el 2018- organizó su “Escuela para Políticos” integrada por 199 jóvenes de todo el país. La cátedra magistral de esta semana para los jóvenes simpatizantes del PRI, estuvo a cargo del Senador Ricardo Monreal.
