¡Ya cállate chachalaca!

MIGUEL TORRES ROSALES

Seguramente recuerdan esta frase amigos lectores, cuando el hoy presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, exigía a Vicente Fox Quezada, no entrometerse en el proceso electoral del 2006. Frase que a la postre le costó el rechazo de miles de votantes ante la agresión a la figura presidencial.

En el actual proceso electoral la “chachalaca” es el presidente López Obrador, que no ha querido cerrar la boca para garantizar la equidad en los comicios más grandes de la historia de México, en flagrante y franca violación a las leyes electorales vigentes.

Sí, violenta esa misma legislación que el propio López Obrador promovió como eterno candidato opositor, para impedir la promoción personal de funcionarios, programas gubernamentales y aspirantes afines al oficialismo. Normas que hoy como Ejecutivo debería garantizar, respetar y cumplir.

Su perversa pretensión es disminuir a la oposición que representamos e imponer a su “corcholata” sucesora en la Presidencia de la República y a titulares del Ejecutivo en estados y municipios; así como obtener la mayoría absoluta en el Congreso de la Unión.

Que quede claro: en esta elección de Estado no hay piso parejo para que la oposición compita en igualdad de circunstancias y con las mismas posibilidades de obtener el triunfo, según el electorado apoye al que considere el mejor proyecto de nación.

Eso se debe a las constantes intervenciones y comentarios de López Obrador en el proceso electoral desde el aparador mediático que son Las Mañaneras.

Desde ahí pretende influir y dirigir la decisión de la ciudadanía para que apoye a las y los candidatos oficialistas, a fin de mantener el proyecto de nación de la transformación de cuarta, desbordado de corrupción, caprichos personales, imposiciones, abandono social y compra de voluntades.

Fiel imitador de las referidas aves parlanchinas, el morenista ha incumplido las más de 30 llamadas de atención del Instituto Nacional Electoral (INE) para callarlo, no desprestigiar a sus oponentes y dejar de mencionar a nuestra candidata presidencial del PRD, PAN y PRI, Xóchitl Gálvez.

Inaceptable en quien debiera ser un estadista, para seguir denostándola, burlonamente la apodó “Señora X” e “Innombrable”, incumpliendo los mandatos del INE. Institución que, por cierto, se negó a conceder a Xóchitl la petición de cancelar Las Mañaneras, ya que en realidad se trata de un órgano gubernamental de difusión electoral; y no un ejercicio de libertad de expresión, como lo justificó el presidente.

La “chachalaca” es Andrés Manuel López Obrador, porque ya olvidó que hace 17 años pedía una legislación electoral restrictiva. Ahora no cesa de hablar de sus candidatos y meter dinero público a las campañas de Morena, PT y PVEM.

El electorado es sabio. Por eso, la esperanza ya cambió de manos para posarse en la coalición Fuerza y Corazón por México. Por eso, en el 2021 el país le dijo que no lo quiere y le quitó la superioridad legislativa, deteniendo sus caprichos personales, gracias a Senadores y Diputados Federales de oposición comprometidos con México.

En esta elección de Estado nuestro reto como candidatas y candidatos de la oposición es mayúsculo; pero, podremos enfrentarlo.

Desde aquí le dejo su frase más conocida, “ya cállate chachalaca”, porque estoy seguro que en este 2024, los mexicanos, que somos gente de primera, le diremos que no queremos un gobierno de cuarta y lo mandaremos a La Chingada -su rancho en Tabasco-, para apoyar a una mujer “Xingona”, como Xóchitl Gálvez, que va por un México sin miedo, compromiso que un servidor le ayudará a cumplir desde la Cámara de Senadores.