¿Y si apoyamos a Catón?
PEDRO DE LEÓN MOJARRO
“Si logramos que triunfe la fuerza de la política
sobre la política de la fuerza, habremos
conseguido una victoria para México”
Jesús Reyes Heroles
Catón es el seudónimo que utiliza el coahuilense Armando Fuentes Aguirre, extraordinario escritor que ha decidido que mientras Donald Trump sea presidente no visitará los Estados Unidos.
Es una decisión congruente con su forma y comportamiento, expresión de un nacionalismo basado en ideología y principios.
A la decisión de no visitar los Estados Unidos, no estaría mal agregarle lo que en las redes ha circulado profusamente; compremos productos mexicanos; gastemos en México; potenciemos a las empresas locales y regionales; generemos los empleos que nuestros hermanos migrantes se van a buscar a la unión americana y por tanto a enriquecer a un país que no es el nuestro, como ha sucedido desde hace muchos años.
No obstante, las amenazas y la retórica populista de Trump, “Del dicho al hecho hay mucho trecho”, es deseable que el ahora presidente electo se modere para bien de su país y el nuestro.
Aunque no del todo convincente, porque lamentablemente no es una persona de fiar, hay señales en los primeros días después del triunfo de Donald Trump. Veamos:
1. No nos alarmemos, el muro en la frontera ya está construido desde hace varios años, existen más de mil kilómetros de los tres mil que constituyen nuestra frontera.
¿Quién puede aceptar la peregrina idea de que nosotros pagaríamos una construcción de otro país y otro gobierno?
2. Respecto de cancelar el Tratado de Libre Comercio (TLC), no hay que perder de vista que la relación comercial entre México y Estados Unidos es de casi mil millones de dólares por día (Revista Comercio Exterior octubre-noviembre 2016); eso hace que la frontera entre México y Estados Unidos se abra o se cierre según la necesidad de empleo en el norte, ha sido una práctica común.
México es el tercer socio comercial del vecino país (14%, 15.4% Canadá y 16% China), de manera que cancelar el tratado es perjudicar a México indudablemente, pero me temo que para Estados Unidos el daño sería mucho mayor.
3. La declaración sobre la deportación de 11 millones de mexicanos ya bajó a 3 catalogados como delincuentes, a ver quién los encuentra y quien los cataloga.
Ante la necesidad de la mano de obra mexicana para los campos agrícolas de California y Texas; para la industria de la construcción y para la prestación de servicios principalmente en hoteles, restaurantes y tiendas comerciales, la deportación se vuelve en su contra.
4. Ojalá no suceda la amenaza de cancelar el programa Acciones Diferidas (DACA en inglés) orden ejecutiva de Obama para proteger a niños y jóvenes estudiantes indocumentados en las escuelas y universidades americanas, pero si así fuese, las escuelas y universidades mexicanas deben estar preparadas para recibir con calidad y calidez; sin mayores trámites burocráticos a esos hermanos mexicanos.
Si el Presidente Lázaro Cárdenas recibió a los exiliados españoles, ¿por qué ahora nosotros no hacer lo mismo con hermanos mexicanos por naturaleza?
5. Fortalecer a los consulados mexicanos para que tengan la capacidad sobre todo legal y jurídica de apoyar y de ver por los indocumentados mexicanos, en caso necesario.
No se trata de bajar la guardia y mucho menos de confiarnos ante alguien que no es de fiar, por el contrario, hay que reiterar en la Unidad Nacional, en cerrar filas y respaldar al Presidente de la República ante su factible encuentro con Trump para que tenga la fortaleza y la convicción de defender, con apego al derecho internacional lo que a México y su gente corresponde.
Y si ustedes lectora, lector queridos no tienen inconveniente nos leemos el próximo jueves.
P.D. Muy bien por los senadores del PAN, al haber decidido otorgarle la medalla Belisario Domínguez al Ing. Gonzalo Rivas Cámara, héroe de verdad, víctima de la intolerancia y la sinrazón, no de los jóvenes sino de quienes los alientan.
*Miembro de Unidos Podemos A.C. ZACATECAS
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