¿Y qué pasa si los denunciamos a la FEPADE?
SAÚL MONREAL ÁVILA
Al parecer, aquello que decía: “Denúncialo a la Fepade” no vale para el régimen cuando se les denuncia a ellos mismos o a sus allegados, según podemos ver en el despido de su titular por investigar a Emilio Lozoya Austin, que a su paso por Pemex recibió dinero de Odebrecht, (la empresa brasileña acusada de corromper gobiernos para conseguir contratos de obra) para la campaña de Peña Nieto, o de Miguel Alonso Reyes, que a pesar que estar más que documentada su corrupción en todos sentidos, anda libre y aspirando a una senaduría, para este régimen, la corrupción es un derecho propio.
Los Mexicanos no podemos ser cómplices de facto, la semana pasada fue despedido el titular de la Fepade Santiago Nieto, después de darse a conocer que el organismo abrió una carpeta de investigación para indagar si algo de los supuestos sobornos por 10 millones de dólares que habría dado la empresa Odebrecht a Lozoya habrían financiado la campaña del ahora presidente Enrique Peña Nieto, despedido exactamente un día después que el exdirector de Pemex Emilio Lozoya le envió una carta en la que pedía no inculparlo en el caso. ¿Podemos creer que es coincidencia? Absolutamente no.
Y menos si lo vemos a la luz de las declaraciones del mismo Enrique Peña Nieto, quien en una entrevista hace pocos días declarara por enésima ocasión que la corrupción es algo cultural, trivializando el papel del régimen en estas prácticas, afirmando que la corrupción es “un tema cultural”, que no es privativo de México y que se le debe hacer frente con el fortalecimiento institucional, “Me sostengo en lo dicho”, desafío ante los asistentes a la ceremonia anual de “Los 300 líderes más influyentes del país”, que año con año convoca la revista Líderes, ¿Qué podemos esperar de quien se dice presidente?
Y su solución al tema no es menos ambigua, ya que dijo: “Para hacerle frente tenemos que partir de reconocer esta debilidad y entonces a partir del fortalecimiento de instituciones que permitan combatir prácticas de corrupción, que permitan definir políticas que sirvan o que inhiban eventuales prácticas de corrupción, será como estemos avanzando realmente en la formación de una nueva cultura ética entre la sociedad mexicana”. Pontifico, aunque sin decir a detalle en qué consistiría ese fortalecimiento a las instituciones y las políticas diseñadas para tal fin, y tampoco sin precisar el por qué no las instituyo desde el inicio de su mandato.
Nosotros creemos que de alguna manera es cierto, que la corrupción se ha convertido en algo cultural, pero no es que la corrupción en México sea cultural, es una grotesca practica para enriquecerse personalmente, surgida de los gobiernos priistas y que ha llegado a la parte estructural de las administraciones públicas, salpicando todas las demas instituciones en la sociedad, está presente en todas las reglas legales, al estar condicionadas por reglas ocultas, reglas que han funcionado y que incluso han sido funcionales, pero solo para para quienes han estado detentando el poder desde la Revolución Mexicana enriqueciéndose de todas las formas imaginables.
Solo así podemos entender el despido de Santiago Nieto Castillo por un motivo tan absolutamente abstracto e irrelevante ante el enorme ambiente de corrupción gubernamental que la sociedad vemos y percibimos en toda su real magnitud, “La Procuraduría General de la República reitera su compromiso de vigilar que las actuaciones de los servidores públicos sean apegadas a la legalidad y ética institucional, así como a las disposiciones de la investigación del Sistema Procesal Penal Acusatorio, protegiendo en todo momento los derechos humanos de la sociedad en su conjunto”, dijeron, sin embargo, nada habían visto mal en la Fepade antes que se iniciara la investigación por los indicios de delito electoral perpetrado por Lozoya Austin al canalizar dinero de la empresa constructora brasileña Odebrecht para la campaña de Enrique Peña Nieto, quien ve la corrupción asunto de la sociedad, no de gobierno, según dijo, obviando por supuesto el hecho de que la cadena de corrupción lo alcanza directamente, de la forma que se le vea.
Y de la misma manera, tampoco podemos comprender, si no es a través de la misma lógica, el que Miguel Alonso Reyes, de quien se señala dejo en bancarrota al estado en tanto él se hacía de propiedades y recursos, para al término de su desastrosa y corrupta gestión, irse campante a la Ciudad de México a hacerse cargo de Fonatur, a pesar de la gran cantidad de indicios de que lo vinculan con la desviación de cuantiosos recursos, cuando al menos 24 empresas fantasma fueron usadas durante su administración para desviar recursos del Gobierno estatal, habiendo triangulado por lo menos 307.4 millones de pesos entre 2012 y 2016, según se denunció. En la lista de estas 24 empresas acusadas de simular la facturación de servicios aparecen siete que han sido señaladas por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) de estar involucradas en operaciones simuladas, indicios más que suficientes para que se le investigue.
Si alguien de la sociedad civil, o personajes no vinculados, sin complicidad con el régimen, son acusados en Fepade o en cualquier instancia jurisdiccional, se les aplica todo el peso de una ley y del régimen, pero si son del equipo o tienen complicidad, a pesar de todo no pasa nada, y se seguirán burlando de la sociedad como lo hemos visto, tanto en asuntos electorales, como de fuero común o federal es la misma. Con los 259 mil millones de pesos que presuntamente han desviado 22 ex mandatarios, incluido Miguel Alejandro Alonso Reyes, sobradamente podrían reconstruirse las zonas afectadas tras los terremotos de los pasados 7 y 19 de septiembre, ya que este monto es 29 veces mayor al Fondo de Desastres Naturales, (Fonden), que a la fecha cuenta con tan solo 9 mil millones de pesos… y otro desastre en la corrupción por la asignación de esos recursos.
¿Cómo podemos esperar que este régimen Priista cumpla con la sociedad? ¿Cómo podemos esperar que haya elecciones limpias? Están despidiendo al titular de la Fepade quien investigaba el fraude electoral de Peña Nieto que lo llevo a la presidencia de la República. Eso y más podemos esperar. Por eso hemos sostenido, como lo comprueba la historia, que solo con la participación de toda la sociedad en pleno, sin dejarse llevar por las opciones artificiales del mismo régimen, como candidatos independientes o propuestos por partidos patito. Si todos participamos, y votamos por la opción realista y progresista, con una propuesta y una trayectoria en favor de la sociedad, no de oscuros grupúsculos económicos o de poder, podremos sacar a los corruptos del gobierno, para así sentar las bases para una sociedad más justa, prospera y a favor de todos.