¿Y qué hará el pueblo después de la pandemia?
JACOBO CRUZ
México recibió la pandemia causada por SARS-CoV-2 a mediados de febrero, entonces había aproximadamente dos millones de desempleados y 31 millones de personas trabajando o auto empleándose en la informalidad. Hoy que estamos por regresar a la nombrada “Nueva normalidad”, vale la pena confrontar la realidad del antes y después de ser golpeados por terrible enfermedad que ha demostrado a primera vista que el gobierno y mucho menos la población está preparada para enfrentar las consecuencias inmediatas y de largo plazo, para eso baste pensar en el hambre que el confinamiento provocó en todo México por lo que los pobres han pedido el auxilio de la misma población y de la autoridad.
Esta semana ya se dan datos que alarman, por ejemplo, el Bank of América estima que México perderá 1.2 millones de empleos en el 2020, debido al confinamiento por la pandemia del Covid-19. Esto podría desencadenar –según las proyecciones– un mayor número de pobres y que a los empleados no les alcance para las necesidades básicas, rematando que durante abril se perdieron alrededor de 555 mil puestos de trabajo en el país.
Por su parte, el secretario general del Movimiento Antorchista, Aquiles Córdova Morán, en un mensaje a la nación dijo: “no va haber nueva normalidad, vamos a regresar a una situación que ya era bastante critica en materia de desigualdad, falta de servicios a la población; enfrentaremos una situación delicada, porque si crece el desempleo, si crece la pobreza, si crece el hambre, si crecen las carencias en todos sentidos de la población, la crisis económica se puede transformar en crisis social, ya lo estamos viendo en algunos países, donde han tenido que sacar al Ejército para reprimir al pueblo, porque no tienen para comer y lo tienen enclaustrado”
Por lo anterior, es momento de concientizarnos porque la pandemia pasará, pero no así la explotación desmedida del capitalismo sobre los obreros que seguramente serán sometidos a un nuevo ritmo de trabajo para lograr la máxima producción y recuperar lo perdido dado que la mayoría de industrias, empresas y negocios tuvieron que cerrar sus puertas obligados por las medidas de sanidad, de no haber sido por eso, seguirían explotando legalmente tanto los recursos naturales así como la mano de obra abaratada en México.
Ya en todos lados se dan mensajes para que los obreros regresen a sus puestos el 1 de junio a pesar del número de enfermos (28 de mayo: 81,400 contagiados, 9044 decesos, índice de letalidad superior al 11%, muy por arriba del 6.5% del resto del mundo), pero no se habla de incremento salarial, por lo que el regresar a la normalidad significa continuar con la máxima explotación de la fuerza laboral sin que signifique la mejoría de las condiciones de vida de los mexicanos, ante ello es necesario que la gente se organice y luche para obligar tanto a autoridades y patrones que se pague un salario remunerador, con lo que pueda hacer frente a calamidades como la que estamos sufriendo.
En ese sentido es de reconocer la actitud decidida, muestra de unidad y valentía de legisladores federales y alcaldes del Movimiento Antorchista Nacional, consistente en la exigencia a la federación de un programa alimentario emergente para apoyar a los municipios con fuertes índices de vulnerabilidad entre sus habitantes. A ese llamado se sumó el alcalde zacatecano César Ortiz Canizales que desde el ámbito municipal pero preocupado por los 19 mil habitantes que representa emprendió acciones de apoyo y acompañamiento a la población entregando siete mil kits sanitizantes y poco más de 15 mil apoyos alimentarios, entre otros, pero esto es insuficiente.
Entonces ¿Qué hacer después de la pandemia? ¿Cuál debe ser la postura correcta del pueblo pobre que más sufre por la falta de comida? Es un hecho que los problemas se harán más agudos a pesar de los mensajes despreocupados y engañosos del Lic. Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.
Ante esta nueva realidad es hora que se aplique el modelo propuesto por la organización antorchista basado en cuatro ejes determinantes: Se deben crear más fuentes de empleo para toda la gente en edad y con capacidad de trabajar; se debe exigir a gobiernos y patrones un incremento salarial verdadero con el que los millones de familias puedan alimentarse sanamente, curarse de sus enfermedades, tener una casa modesta pero cómoda y porque no hasta para un ahorro económico que le permita hacer frente a este tipo de contingencias; también se debe impulsar la redistribución del gasto público con énfasis en la atención de obras sociales; debe también reorientarse la carga impositiva, esto es que paguen más impuestos quienes tienen más ingresos y no siga sucediendo como hasta ahora que todos los impuestos deben ser sostenidos por los pobres, con esto se podrá hacer que México transite por mejores rumbos.
Es necesario que se tome en cuenta la opinión de Aquiles Córdova Morán, líder antorchista y destacado intelectual que llama a los mexicanos, especialmente a aquellos que sufren por la falta de atención y solidaridad gubernamental, a los trabajadores, a los ambulantes a sumarse y organizarse para crear una fuerza social que pueda conducir al país, que evite un estallido social, principalmente por la falta de alimentos y empleo, para enderezar el rumbo y proponer, entre todos, un proyecto de país que nos lleve hacia adelante porque regresar al México de antes de la pandemia es un error, sería aceptar la miseria de millones de mexicanos.