Votar, «eso es todo y nada más»
JACOBO CRUZ
Andrés Manuel López Obrador, actual presidente de México, dedicó unos doce años para convencer a los mexicanos, que el problema de nuestra patria se debía a la corrupción de los gobernantes emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI), del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD), luego se ofreció como el único personaje capaz de terminar con eso, pero desde el poder de la nación.
Durante los años de campaña se dedicó a cuestionar todos los actos de gobierno, acusó de corrupción, de abuso de poder, represión y autoritarismo a los gobernantes como una estrategia política que a la larga le dio el resultado esperado. Desde la oposición, se creyó el iluminado redentor que curaría todos los problemas sociales de México.
En el año 2006, el curandero social encabezó la toma de la avenida Reforma del Distrito Federal denunciando que el Instituto Federal Electoral (IFE), le había hecho fraude para favorecer a Felipe Calderón, candidato postulado por el PAN y quien le ganó con una diferencia mínima de 0.56%, pero le ganó.
López Obrador y seguidores consideraron que esta era una elección robada y fue entonces cuando se hizo célebre la demanda “voto por voto, casilla por casilla”, después se proclamó presidente legítimo de México y bautizó como espurio a Calderón.
En el 2011 constituyó la asociación civil Movimiento de Regeneración Nacional, que le sirvió de nueva plataforma electoral y defensa del voto. En 2012 fue candidato por la coalición Movimiento Progresista perdiendo ante el tricolor Enrique Peña Nieto. Ya se sabe que pasó, nuevamente vinieron las acusaciones de compra masiva de votos, uso ilegal de recursos económicos y mediáticos en favor del priista.
Siempre haciéndose la víctima, poco a poco logró el apoyo de más de 31 millones de votantes que lo llevaron a la presidencia de México en 2018; fue arropado por políticos que por décadas ocuparon cargos públicos por el PRIANRD, muchos de ellos acusados de corrupción, pero una vez renunciaron a su antiguo partido, quedaron libres de culpa por obra y gracia del transformador.
López Obrador ofreció el oro y el moro a los mexicanos, y las clases adineradas comprendieron que era una buena opción para descargar la presión social que había en el país, lo hicieron candidato y ganó; pero ya estando del otro lado, él, junto con quienes antes denunciaban abusos se convirtieron en todo lo peor que despreciaron.
Ahora que Morena y aliados tienen el poder acusan, persiguen y reprimen a todo aquel que se atreve a cuestionarlos, especialmente a los antorchistas que son quienes siguen demandando justicia social; que se respete a las instituciones y se reparta la riqueza social mediante hospitales, carreteras y escuelas para la gente empobrecida del campo y la ciudad.
Pero los solicitantes reciben sólo desprecio, se les acusa de intermediarios, corruptos y sinquehacer, para convencerlos de que es malo estar organizados, en seguida se sugiere que los rijosos merecen la horca y cuchillo por su atrevimiento, pues la actividad política es una tarea que le corresponde al gobierno, desconociendo que luchar por su propio bienestar es una acción propia de la sobrevivencia humana, que por tanto se ha convertido en un derecho humano irrenunciable. López Obrador y sus correligionarios han olvidado que también exigieron libre expresión, respeto a la libertad y democracia verdadera.
Y en la nueva campaña no tienen nada nuevo qué ofrecer más que seguir con los programas sociales centrados en las transferencias monetarias, seguirán culpando al pasado por la incapacidad manifiesta de gobernar, porque en los cinco años del sexenio todo ha empeorado, de tal manera que ahora son mayores los problemas de inseguridad, sigue la falta de medicamentos en hospitales, la gasolina y otros combustibles, así como los alimentos son inalcanzables para las familias, quedando claro que la democracia y alternancia de partidos no es la solución a los problemas del país.
Los ricos de México son quienes verdaderamente ponen y quitan a quienes cuidan sus intereses, por eso se han aliado con la clase gobernante de la 4taT, tal y como era antes, para decidir también las políticas económicas a seguir para asegurar sus negocios y el crecimiento de las fortunas.
Carlos Slim es muestra de que los ricos tienen muchas facilidades con Morena, pues mediante la explotación a sus miles de trabajadores, logró colarse como la onceava persona más rica del mundo; tan solo en un año su riqueza aumentó 35 mil millones de dólares, cerrando el año 2023 en 105 mil millones de dólares.
¿Qué ha traído Morena a los mexicanos? Más allá de los programas del bienestar, que incluyen a alrededor de 35 millones de personas que reciben dinero, se ha creado un nuevo grupo de ricos empresarios, que son muy cercanos al presidente, que era la demanda de quienes se sentían alejados de la política y sus beneficios.
Por eso, el pueblo de México debe politizarse para lograr ser capaz de descubrir las maniobras y la manipulación, que se han perfeccionado con la 4t, al mismo tiempo debe sumarse a la creación de una gran fuerza social que encabece un partido de nuevo tiempo, con la participación real del pueblo, que no se limite a participar sólo el día de la elección.
Esto es una tarea impostergable, porque el dinero mantiene cegados a muchos mexicanos y la propaganda diaria desde la mañanera, más la que hacen casa por casa los servidores de la nación son para adiestrar a la gente para votar por Claudia Sheimbaum, pero eso es todo y nada más.