Viva la lucha del pueblo organizado
JACOBO CRUZ
Luchar por la justicia social en México no es nada sencillo, ya que la desigualdad es consecuencia del sistema capitalista que basa su existencia en la propiedad privada de los medios de producción, lo que provoca la lucha de clases que se manifiesta de distintas formas, pero que hace ganadores a unos cuantos y perdedores a otros.
El enfrentamiento entre poseedores y desposeídos trae consecuencias que van desde desprestigio, pasando por amenazas a la persona y familia del luchador social, de tal forma que encarar al poderoso ha cobrado víctimas en la historia pasada y presente, porque todo está bien hasta que los primeros ven en riesgo su ganancia al presentarse algún movimiento de resistencia a su explotación.
A su vez, es algo conocido que la lucha por demandas económicas inmediatas moviliza a las masas, pero una vez que estas son atendidas, los mexicanos antes combativos consideran que ya no existe razón para seguir organizados, de tal forma que se deshacen sus agrupaciones al ya no tener motivos de unidad. También pasa que los otrora distinguidos dirigentes sociales son cooptados por el gobierno en turno, lo que aplica para el caso de la administración pública pero también en la empresa privada.
En este sentido, permanecer al lado de los explotados por más de 50 años, es una proeza del antorchismo nacional, es decir, en cada una de las entidades federativas. Desde luego que los antorchistas de Zacatecas hemos hecho lo propio, y la gestión en los tres niveles de gobierno produjo centenas de acciones de beneficio social, sin embargo, nos queda claro que el problema fundamental que causa la desigualdad sigue presente, pero no desistimos en nuestro sueño de ver una sociedad distinta.
Por eso, desde el inicio del gobierno de David Monreal Ávila en el 2021, presentamos un modesto pliego petitorio que incluía demandas educativas, enarbolaba el anhelo de centenas de familias para adquirir un lote donde construir el techo para sus hijos o para el mejoramiento de sus sencillas viviendas, entre otras solicitudes, que forman parte de los programas oficiales. Con el objetivo de obtener una respuesta positiva por parte de la autoridad, Antorcha inició una serie de movilizaciones que requerían la intervención del mandatario estatal a fin de plantearle las necesidades prioritarias de forma personal, petición que hasta el día de hoy ha sido ignorada.
Es de reconocer que con la llegada de Rodrigo Reyes a la Secretaría General de Gobierno, se resolvió parcialmente el tema educativo y se encaminó lo referente a la regularización de terrenos en colonias populares; pero no se ha logrado la materialización de estas peticiones, por lo que los solicitantes no han abandonado la lucha por derechos que están contemplados en las leyes de México.
Este tema cobra vigencia porque en estas dos últimas semanas se han vivido importantes movilizaciones ciudadanas, siendo la protesta más numerosa la del 24 de febrero cuando en la capital se registró la participación de alrededor de 35 mil personas (según los convocantes y algunos medios de comunicación), previo al paro de labores de miles de maestros encabezados por los agremiados a las secciones 34 y 58 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y del sindicato de Telesecundarias, que según acusaron, el gobierno del estado no les quiso pagar becas para sus hijos, pero también reclaman el pago de salarios y prestaciones que les corresponden por ley.
La manifestación multitudinaria inició por los problemas denunciados por los maestros, pero logró la solidaridad y participación de otras organizaciones civiles que también se dicen indignadas por el trato injusto y la falta de soluciones. El gremio magisterial dice que se siente ofendido e ignorado por el gobernador, porque no los ha querido recibir para exponerle personalmente los problemas educativos en la entidad.
Otra agrupación que hizo acto de presencia es de los comerciantes, ciudadanos y académicos que se oponen a la construcción del segundo piso del bulevar metropolitano, obra que consideran innecesaria y cara, pues afirman que se estarían malgastando tres mil 600 millones de pesos en un tramo de 3.5 kilómetros, dinero que puede usarse en la reparación de carreteras o en apoyos al campo.
Creo que hay coincidencia en que los problemas expuestos a la autoridad tienen solución parcial o de plano son ignorados, esto pasa porque a los colectivos se les ve como enemigos y no como coadyuvantes para alcanzar la armonía y la paz tan necesaria en Zacatecas.
Pese a lo anterior, los antorchistas tampoco renunciamos a la lucha del pueblo organizado de Zacatecas para lograr la justicia social que no se alcanza a pesar de que la federación destina la mayor parte del erario a los programas de entrega monetaria que causan conformismo, confusión y división entre la gente, cuando hay tantos problemas que requieren de la unidad para la solución de la problemática de otros mexicanos que también tienen derechos. Por eso, que viva la lucha del pueblo organizado en Zacatecas.