Violencia y nuevos migrantes mexicanos
RAÚL MANDUJANO SERRANO
Mire Usted –refiere el hacedor de los editoriales profanos-, hoy es normal ver y escuchar sobre las terribles condiciones que viven los migrantes en esas masivas caravanas para llegar a los Estados Unidos, pero que ¡ojo! Lo hacen por su propio riesgo, pero bueno, cheque estas cifras: en este 2021, el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza estadunidense, detuvo, arrestó y deportó, óigalo bien, a México, a 1.7 millones de personas ilegales provenientes, 350 mil provenientes de Honduras; 300 mil, de Guatemala; y 100 mil salvadoreños, además, de casi 900 mil haitianos, venezolanos, cubanos, de Nicaragua y si, de México.
Mire, el gobierno puso el “foco” de la atención mediática en esas constantes y masivas caravanas, que evidencian la crisis de inseguridad en esos países, y que van desde la ingobernabilidad con mandatarios ruines, olas de violencia, catástrofes ambientales y pobreza, que bueno, las en todas las naciones tercermundistas, pero, sabía usted que ¿cerca de 700 mil de esos ilegales son mexicanos? Le hablo del doble de los detenidos y deportados. Y le diré algo más, la violencia, como una causa por las que huyen los centroamericanos, es, incluso, más grave en México, aunque bien manipulada por este gobierno.
Le doy estos datos que confirman esta aseveración, en la zona serrana de Jalisco, Nayarit, Durango y Zacatecas, la gente abandona sus hogares, por la guerra entre los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, y no sólo por sus enfrentamientos, sino porque reclutan a sus hijos e hijas, ellos, para hacerlos parte del crimen organizado, y a ellas, para ser tristemente prostituidas, incluso, muchas poblaciones son utilizadas como bases de operaciones criminales, por lo que sus habitantes son desplazados.
Lo mismo ocurre en las serranías de Guerrero, Michoacán, Morelos, la Ciudad de México, Veracruz, Yucatán, el estado de México, además de Tamaulipas, Sinaloa, Sonora, Tijuana. El mapa criminal mexicano identifica pueblos fantasmas y nuevos migrantes mexicanos por la presencia de carteles como, el de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, del Golfo, la Familia Michoacana, Santa Rosa de Lima o la Unión Tepito. Se trata de grupos criminales que se apoderaron violentamente de casi todo el país para la elaboración de anfetaminas, la distribución de drogas, secuestros, cobro de rentas, pero que, curiosamente, de esto, de las nuevas causas de la migración mexicana, no se habla, o se habla poco.
Así que, cuando vemos la ira de miles de migrantes, habría que recordar que hay mexicanos también, y que ahora dejan a su país no para alcanzar el sueño americano, sino para huir de la violencia. Le recordaré algo, en febrero de 2019, en una de esas “mañaneras”, el presidente dijo que se garantizaría la seguridad pública y sentenció: “no hay guerra, oficialmente ya no hay guerra contra el narco. Abrazos, no balazos” pero, mire, entre diciembre de 2018 y septiembre de este 2021, se registró la etapa más violenta en el país, con más de 100 mil 300 asesinatos en los que está implicado el crimen organizado… Caray, a veces quisiéramos que existiera esa guerra –con un ejército y su guardia nacional, sería lo esperado-, al menos para sentir y creer que nos estamos defendiendo…
Colofón. – Tultepec, a bajarle las cortinas
Mientras degusta de una pechuga al horno, aderezada con crema de espárragos, el creador de estas irreverencias piensa que Tultepec, al menos su artesanal elaboración de artículos pirotécnicos debe terminar. Cada año es lo mismo y la encrucijada queda en un Instituto de la Pirotecnia que no sirve, o pobladores que les vale. Hasta otro Sótano.
Twitter: @raulmanduj