Violencia en la escuela y educación en jaque

* La incapacidad sistémica para enfrentar la violencia en la escuela; la más brutal de las violencias, es la pobreza en que viven los niños; la violencia en la escuela es consecuencia de la violencia social

MANUEL IBARRA SANTOS

Como si algo le faltara a la enseñanza pública, luego de meses de profundos debates cuestionadores, las recientes experiencias de acoso escolar registradas en el Estado – sólo como una expresión de la punta del iceberg de un fenómeno muy complejo-, nos revela el rostro de una sociedad y un sistema educativo atrapado por la violencia, con una escuela en jaque y colocada en el banquillo de los acusados, fenómeno no procesado con seriedad y abordado, si, con una supina mediocridad.

Nadie puede negar que la violencia naturalizada que aqueja como una enfermedad endémica a la educación, es incuestionablemente una consecuencia y reflejo de la violencia sistémica generalizada que vive la sociedad en su conjunto y, en parte, reproducida y multiplicada en sus efectos, por la acción de los medios masivos de comunicación.

Explicar la conflictividad de la escuela sin contemplar el componente de la violencia derivada del contexto social, puede resultar ingenuidad para algunos, insensatez para otros y estupidez para los demás, en razón de que posiciones de ese corte no ayudarán a enfrentar radicalmente ese problema, con criterio preventivo.

Y si no existe una plena racionalización de la dimensión de la violencia en la escuela, entonces, al menor atisbo, y con un solo caso de bullying,  como ya nos sucedió,- que no es cosa menor, sino de gran impacto- una sociedad como la zacatecana se ve sacudida, escandalizada y colapsada, en parte porque ha faltada capacidad para procesar ese problema.

El sistema educativo zacatecano y sus representantes, ante el caso reciente de lamentable violencia escolar, evidenciaron también, como nunca, limitaciones terribles, contradicciones impensables y grandes disparates, consecuencia de no encontrar explicaciones convincentes al fenómeno,  y se acudió, por ese motivo, a la argumentación reincidente del absurdo. La incapacidad se mostró como secuela de la improvisación.

La violencia se instaló desde hace tiempo en la escuela, pero para enfrentarla, procesarla, reducirla y/o superarla se requiere conocer el fenómeno. En Zacatecas se ha carecido de procesos investigativos y de estudio sobre la conflictividad en el sistema educativo, que aporten indicadores y categorías para su abordaje.

La violencia escolar, su dimensión y efectos:

En países como México, la violencia escolar afecta a más del 75 por ciento de los niños y niñas que cursan la educación básica, lo revela la UNICEF, institución que aporta otras cifras traumáticas: “se calcula que 150 millones de niñas y 72 millones de personas menores de 18 años, han experimentado en el planeta relaciones sexuales forzadas u otras formas de violencia sexual”.

La violencia no solamente le quita anualmente la vida a millones de niñas y niños, atenta asimismo contra sus derechos humanos fundamentales, obstruye la construcción de un horizonte saludable, obstaculiza los procesos armónicos de enseñanza aprendizaje, produje complejo y patologías en la personalidad de los futuros ciudadanos.

Nuevas herramientas contra la violencia escolar:

Para enfrentar con cierta racionalidad el problema, se necesita usar algunas herramientas epistemológicas y metodológicas específicas, a fin de impedir que se siga utilizando, como a la fecha, la improvisación, la mediocridad y la incapacidad. Amerita este fenómeno abordarlo, mínimo, desde la perspectiva de dos enfoques: (1) La violencia  en la escuela y (2) La violencia escolar.

La violencia en la escuela hace referencia a aquellos episodios que no son originados por los vínculos de las prácticas pedagógicas y se dan a consecuencia de un contexto social conflictivo, con pobreza, desigualdad, inequidad, olvido gubernamental, desintegración familiar, con violencia criminal e injusticias sociales severas.

En Zacatecas, por ejemplo, más del 50 por ciento de los niños y niñas viven en condiciones de pobreza y esa es la violencia sistémica más brutal que pueda existir; por otra parte, solamente 3 de cada 10 jóvenes en edad pueden cursar los estudios de educación superior; y uno de cada dos accede al bachillerato.

En cambio, la violencia escolar, es aquella que se produce en el marco de las relaciones propias de la comunidad educativa y de los procesos pedagógicos, en donde destaca la presencia de sistemas escolares tradicionalistas con maestros autoritarios, con tolerancia al castigo físico y psicológico como camino del aprendizaje.

Los requerimientos educativos contra la violencia:

Ante este escenario social y escolar caracterizado por la violencia sistémica, se hace necesaria la reconstitución de una escuela nueva, como lo planteó hace siglos Juan Jacobo Rousseau, quien sentenció que el ser humano  no es violento por naturaleza y eso depende, en buena medida, de una buena educación, de maestros de calidad y de instituciones públicas eficientes.

Ante el problema de la violencia en la escuela y la violencia escolar, urge atender algunas demandas: 1).-Estudiar e investigar con rigor científico este fenómeno; 2).-formar maestros en la cultura ética de la paz; 3).-Contar con autoridades sensibles y honestas; 4).-Crear instituciones eficaces que protejan los derechos de los niños y las niñas; 5).-Tener leyes modernas en la materia que previamente haya sido discutidas por la comunidad zacatecana y que no sea refritos insultantes de otras entidades; y 6).- Ser tutelados por un aparato de Estado que aliente los valores de la responsabilidad y no los antivalores de la corrupción y la simulación.

En nuestro Estado, la violencia en la escuela y la violencia escolar, con tendencias al crecimiento, plantean desafíos fuertes al gobierno y a la sociedad.

0 0 votes
Article Rating
Subscribe
Notify of
guest

0 Comments
Inline Feedbacks
View all comments
0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x