Violencia en el corredor Fresnillo-Zacatecas- Guadalupe
JUAN GÓMEZ
Hace 15 días escuché directamente las palabras “vamos a armarnos”, cuando un profesionista saludó a un amigo mientras cargaba gasolina, en una estación de servicio.
Vi en su mirada la seguridad de su expresión, sobre todo cuando escuché su argumentación: “nos están matando como a corderos y el gobierno no hace nada”.
En los días postreros a esa conversación pasaron muchas cosas y muchos asesinatos. Uno de ellos impactó fuertemente a la sociedad zacatecana: el crimen de una joven empleada de una zapatería ubicada en el mercado más popular de la capital zacatecana, El Arroyo de la Plata, y por lo tanto el más concurrido.
Nada importó a los hombres que llegaron armados al establecimiento, asesinaron a la jovencita de apenas 17 años de edad, y se llevaron a la dueña del pequeño comercio ante la mirada atónita y desconcertada de los clientes.
El corredor Fresnillo-Zacatecas-Guadalupe se ha vuelto uno de los más violentos en el estado de Zacatecas. En esta demarcación se han generado, en los últimos días, el mayor número de secuestros y asesinatos.
El pasado miércoles 13 de septiembre el procurador de Justicia, Francisco Murillo Ruiseco, dio algunos datos a la prensa local, que muestran la actividad que los criminales han tenido en Zacatecas:
En lo que va de la presente administración gubernamental se han generado 46 secuestros y cometido 853 homicidios, de los cuales 497 son dolosos y 356 culposos, lo que ya coloca al presente período gubernamental como el de mayor incidencia delictiva en este género, en la historia criminalística estatal.
Lo preocupante ya no son los enfrentamientos que se dan de manera espectacular entre los bandos criminales, o las ejecuciones entre presuntos miembros de cárteles o bandas delictivas, sino el escalamiento de la violencia que se ha manifestado durante las ejecuciones de los actos de impacto.
En este escenario de ejecuciones que trascienden algunas a los medios de comunicación formales y en las redes digitales, lo mismo se asesina a jóvenes universitarios que pasaron a comprar unas cervezas a una tienda de conveniencia, que a un empresario de carnicerías que opuso resistencia a ser secuestrado.
Esta tarde del domingo, por ejemplo, en Fresnillo se amanece con tres ejecuciones, dos que aparentemente corresponden a adolescentes de 13 y 14 años de edad, de acuerdo a lo que se reporta en redes sociales informativas.
La Secretaría de Seguridad Pública y la Procuraduría General de Justicia del Estado han realizado acciones coordinadas con el Ejército Mexicano y la Policía Federal Preventiva, para tratar de contener esta escalada que lastima y golpea la seguridad e integridad física de los zacatecanos, pero hasta el momento han sido insuficientes.
El gobernador del estado Alejandro Tello Cristerna ha realizado también algunas acciones como el cambio de mando en la Secretaría de Seguridad Pública, en donde fue removido el General Froylán Carlos Cruz, el pasado 14 de junio del año en curso.
Un día más tarde, el 15 de junio, asumió el cargo el ex comisario de la Policía Federal Preventiva en San Luis Potosí, Ismael Camberos Hernández, pero su llegada no ha podido contener la ola de violencia que se vive en Zacatecas. Dos meses después de su arribo, agosto fue el mes con el mayor número de asesinatos dolosos con 84, al que le antecedió enero con 73.
¿Cómo cerrará septiembre? Tan solo del 1 al 11 de este mes, de acuerdo a la PGJE, se habían registrado 26 homicidios dolosos, oficialmente.
Al respecto hay que tomar en cuenta que la llamada cifra negra siempre rebasa sustancialmente a los datos que proporciona la autoridad.
Cabe mencionar que la denominada cifra negra existe, entre otras razones, por: la desconfianza en las autoridades; por la pérdida de tiempo que implica formular una denuncia; por la connivencia que se da muchas veces entre el crimen organizado y algunas instancias de procuración de justicia; por temor a venganzas o represalias de sus agresores; por el ocultamiento de información a los medios de comunicación, etcétera.
Aunque el gobernador Alejandro Tello ha reiterado en múltiples ocasiones que su administración no ocultará información sobre los hechos delictivos, la realidad es que la sociedad zacatecana continúa desconfiando de las autoridades, debido a que muchos hechos de impacto o ejecuciones, no trascienden a la opinión pública.
En la estrategia de combate a la violencia el procurador Murillo Ruiseco ha dado a conocer que el gobierno estatal utilizará drones de vigilancia aérea en algunas zonas de mayor incidencia delictiva, así como nuevas tecnologías de teléfonos móviles, geolocalización, instalación de cámaras de videovigilancia urbana, entre otras medidas.
Las autoridades estatales se olvidan que el pasado martes 21 de marzo dieron a conocer la Estrategia Estatal de Prevención Social a la Violencia y la Delincuencia con Participación Ciudadana que, como plan piloto iniciaría en la Colonia Lázaro Cárdenas de la capital zacatecana, y que se extendería a polígonos con problemas de marginación y delincuencia similares en los municipios de Guadalupe y Fresnillo.
También se dijo en aquella ocasión que a través de 30 dependencias de los gobiernos estatal y municipal se harían inversiones importantes para reencarpetar calles, realizar jornadas de limpieza, instalación de luminarias, retiro de vehículos chatarra, dignificación de vivienda, recuperación de fincas y lotes abandonados, instalación de comedor comunitario; ejecución de talleres de orientación sexual, de capacitación; otorgamiento de becas y una bolsa de trabajo en las colonias involucradas y un largo etcétera cuyos resultados serían evaluados cada tres meses.
Hasta el momento no hay ninguna evaluación y los resultados están a la vista: aumenta la violencia en el corredor Fresnillo-Zacatecas-Guadalupe y algunos ciudadanos ya piensan en la autodefensa.
Al tiempo.