Violación a los derechos humanos: mal endémico de nuestra sociedad
Desafortunadamente, ahora que estamos a punto de finalizar el 2011, el balance respecto al ejercicio de los derechos humanos en México es bastante negativo: apenas hace una semana nos enteramos de que por segundo año consecutivo, somos el país “más peligroso” para ejercer el periodismo, según lo reveló el informe anual publicado por Campaña Emblema de Prensa (CEP). Previamente, en el balance anual de Reporteros Sin Fronteras del año 2010, se registraron 57 asesinatos de periodistas, de los cuales siete ocurrieron en nuestro país, al igual que en Irak y sólo superados por Pakistán, con 11. En el presente año, a la fecha han sido 12 los asesinados en México y la CEP relaciona estos crímenes con “la guerra entre el Ejército y los carteles de la droga en el norte del país”. En lo que concierne a las personas que día a día trabajan por la defensa de los derechos humanos, su actividad conlleva un alto riesgo; frecuentemente tiene como resultado el encarcelamiento y en casos extremos la muerte.
Por otro lado, a principios de este año, la ONU exigió al Gobierno de México informes sobre la situación de niños reclutados de forma ilegal por grupos traficantes, para integrarlos a sus grupos delictivos. Ello, debido a una serie de denuncias que recibió el Comité de los Derechos del Niño de la ONU, en las que se asegura que entre 25 mil y 30 mil adolescentes han sido forzados a trabajar con los carteles de la droga: “hemos detectado que el esfuerzo de los cárteles se está focalizando en los menores”, asegura el presidente de la Red de Protección de la Infancia en México, Juan Martín Pérez García, “porque no importan a nadie, porque no tienen nada, les salen mucho más baratos que los adultos y saben que si les hacen algo quedarán absolutamente impunes. Los usan, los explotan y se deshacen de ellos. Por eso ya se les llama, como ocurrió en Colombia, los desechables”.
Respecto a la trata de personas, la Oficina de las Naciones Unidas para el Control de las Drogas y la Prevención del Delito (ONUDD) y el Reporte de Trata de Personas del Departamento de Estado de Estados Unidos de América, han catalogado a nuestro país como fuente, tránsito y destino para este delito. En este sentido, Marian González del Castillo, de la Dirección General contra la Trata de Personas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), señaló que “la trata de personas se mezcla con la migración y México es un país de origen, tránsito y destino, esto quiere decir que los mexicanos somos víctimas con altos índices de vulnerabilidad ante la trata de personas y somos fácilmente captados para ser trasladados para otros países, incluso en nuestro propio país, para ser explotados”.
Cabe recordar que, aproximadamente, 41 niños desaparecen cada día en México y de los 75 mil perdidos de 2006 a la fecha, sólo han sido rescatados 30 mil; es decir, un 40% del total. Los niños desaparecidos son vendidos a redes de tráfico sexual o reclutados por el narcotráfico. Además, el CONEVAL informó recientemente que de los 52 millones de mexicanos que viven en pobreza, 41% son menores de edad y tenemos 3,014,800 niños trabajadores de entre cinco y 17 años, que representan más del 10% de los menores; de ellos, 600,000 realizan tareas peligrosas.
Lo más preocupante, radica en que las mujeres y los niños son quienes más sufren de abusos y atrocidades: del total de personas sometidas a trabajos forzados como consecuencia de la trata, alrededor del 56% son mujeres y niñas y el 44% restante son hombres y niños, principalmente provenientes de países pobres. En el caso de trata con fines sexuales, una abrumadora mayoría del 98% es ocupada por mujeres y niñas, señala la Organización Internacional del Trabajo. Cabe recordar también, que este flagelo es el tercer “negocio” más redituable del crimen organizado, sólo detrás del narcotráfico y el tráfico de armas.
Hace un par de días, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) difundió los resultados del año 2010 de un estudio comparativo que realizó a nivel mundial, sobre mujeres que han sufrido violencia sexual; en el que nuestro país se ubicó en el deplorable primer lugar en agresión sexual contra las mujeres, con un 44%, le sigue Costa Rica con un 41%, República Checa con 35% y Dinamarca con 28%. Estas cifras arrojan que más de cuatro de cada diez mujeres mexicanas han padecido ataques, que incluyen comportamientos abusivos de diferente intensidad y consecuencias, desde “tocamientos” indeseados hasta violaciones.
La Secretaría de Salud estima que en el país ocurren alrededor de 120 mil violaciones al año; es decir, una cada cuatro minutos. Sin embargo, nos encontramos con el problema de que no se brinda una atención integral a las víctimas, ya no se da seguimiento efectivo a estos casos. Sumado a ello, sólo el 15% de los delitos son registrados por las autoridades; y de éstos, un 5% se pone a disposición de un juez. Esta situación no es privativa de México: en América Latina, uno de cada diez casos de violencia sexual contra mujeres es castigado por la justicia, según cifras de la Oficina Regional del Fondo de Población de las Naciones Unidas. Además, en México no existen estadísticas exactas que permitan tener un panorama más claro, por lo que estos casos podrían ser aún mucho mayores que los registrados; aunque es innegable que existen aproximaciones a partir de las encuestas, como la que realiza el Instituto de Salud Pública.
En febrero de 2007, se promulgó en México la Ley General de Acceso a una Vida Libre de Violencia y se incorporó la Plataforma de Acción de la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer, la cual compromete a los gobiernos del mundo a construir programas y acciones para la incorporación de la perspectiva de género en las políticas públicas. También ratificamos la Convención Interamericana de Belem do Pará, que otorga obligaciones a los Estados para erradicar la violencia de género. Sin embargo, en México de poco han servido estas proclamas y elevación de derechos; la realidad nos muestra que el nivel de violencia contra las mujeres se ha venido incrementando de manera alarmante. Pese a que desde el año 2010, el Comité de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), lamentó el incremento de este flagelo e instó al Estado mexicano a intensificar sus esfuerzos para garantizar que se respeten los derechos de las mujeres; como observamos, no sólo no ha mejorado sino que ha empeorado. Paralelamente, en conferencia de prensa efectuada a principios de octubre en la sede de la ONU, Silvia Pimentel, directora del Comité Para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra las Mujeres (CEDAW), exhortó a los gobiernos del mundo no sólo a aprobar leyes que protejan los derechos de las mujeres y eliminen la discriminación de género sino a implementarlas a fondo.
En cuanto a Zacatecas, los últimos años habíamos venido conseguido avances significativos en materia de equidad de género, en los que no podemos dar marcha atrás; desde todos los órdenes de gobierno, debemos trabajar por brindar servicios sociales y promover la igualdad entre hombres y mujeres, como prioridades puestas en garantizar la salud y el bienestar universal a través del goce de igualdad de oportunidades. Hasta ahora, no hemos podido cumplir con este gran objetivo: la violencia contra las mujeres perdura en la vida cotidiana; como un lastre que arrastramos en el país y en nuestro estado en pleno siglo XXI.
Cabe mencionar que en el Congreso del Estado, hemos hecho esfuerzos importantes para fortalecer el ejercicio de los Derechos Humanos, como prueba de ello, el 13 de diciembre del 2010 las y los diputados, presentamos el Proyecto de Decreto mediante el cual, se reforman y adicionan diversos artículos de la Ley de la Comisiones de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas, con el fin de actualizar el Reglamento de Derechos Humanos que inició en 1993, conforme a las necesidades actuales de la sociedad zacatecana. También presentamos la Iniciativa de Reformas a la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para el Estado de Zacatecas y a la Ley de Justicia Alternativa de la Entidad, suscrita por diputados del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, el 07 de marzo de 2011, entre otras Iniciativas y Leyes.
Finalmente, vale la pena recordar y atender las palabras de Kofi Annan, ex-secretario general de la ONU, cuando manifestó que: “no existe un solo modelo de democracia, o de los derechos humanos, o de la expresión cultural para todo el mundo. Pero para todo el mundo, tiene que haber democracia, derechos humanos y una libre expresión cultural. La igualdad de las mujeres debe ser un componente central en cualquier intento para resolver los problemas sociales, económicos y políticos”.