Unidad universitaria: defensa de autonomía y elecciones libres

MA. DE LA LUZ DOMÍNGUEZ CAMPOS

La Universidad Autónoma de Zacatecas es la institución educativa de carácter público más grande en el estado, que tiene como fines la impartición de educación, lo que representa que en la actualidad más de 40 mil estudiantes reciben servicios educativos en secundaria, preparatoria, licenciatura y postgrados, además de fomentar la investigación científica, humanística y tecnológica, así como divulgar la ciencia, tecnología, el arte y la cultura.

Así entonces, la Universidad a lo largo de 57 años de vida institucional se ha constituido en la “única oportunidad de estudio” para millones de estudiantes. Estos han podido formarse académicamente y cambiar sus vidas, a partir de una preparación como profesionista, técnico, investigador o catedrático universitario.

De las filas universitarias han egresado grandes profesionistas de las áreas de medicina, enfermería, derecho, filosofía, matemáticas, ciencias químicas, ingeniería, desarrollo y gestión pública, entre otras y ello ha sido posible gracias a la plena autonomía académica y administrativa que la ley le otorga y al esfuerzo de miles de docentes y administrativos, así como a padres y madres de familias que han depositado su confianza en esta noble institución.

Un punto clave en el funcionamiento institucional de la comunidad universitaria es la autonomía universitaria, entendida como la facultad de las universitarias y universitarios para a) organizar y designar su propio gobierno con criterios prioritariamente académicos, b) decidir sobre la mejor manera de cumplir sus obligaciones con la sociedad; c) definir la estructura académica más adecuada a sus propósitos, y d) determinar el uso más adecuado de los recursos públicos de que dispone.

La autonomía universitaria significa el ejercicio de sus actividades a través de métodos con la mas amplia democracia, haciendo descansar la responsabilidad del funcionamiento institucional en la comunidad académica, que no acepta intromisiones del estado o de otros entes con intereses distintos a los académicos y sociales.

En este marco, la autonomía universitaria no solo es una ocurrencia o un capricho, sino una disposición constitucional que debe ser respetada por los gobiernos, autoridades y otros actores, a efecto de evitar lesionar el desarrollo cotidiano de las actividades y el patrimonio de la institución.

Precisamente en estos momentos de crisis en donde denuncias y procesos penales de dos principales actores universitarios pretende ser utilizado, por intereses oscuros para guiar el proceso electoral universitario, debilitar la credibilidad institucional, crear caos, repudio social y justificar la injerencia externa, la respuesta debe ser: la unidad de la comunidad universitaria.

Al margen de intereses y grupos, la comunidad universitaria debe defender con toda su fuerza, el respeto a la autonomía universitaria y garantizar la realización del proceso electoral universitario, porque al parecer hay personas interesadas en que el proceso sea suspendido y con ello impedir el ejercicio del derecho que tienen los universitarios de elegir a sus propias autoridades y justificar una nefasta injerencia.

Hoy el reto para toda la comunidad universitaria es que todos y todas contribuyan a la realización de un proceso electoral ejemplar, en el cual se permita con toda libertad que cada estudiante, docente o administrativo acudan a las urnas electorales y depositen su voto y su confianza por la opción que mejor consideren, sin presiones o amenazas. Lo fundamental es garantizar un proceso electoral universitario democrático, porque en éste descansa el futuro de la máxima casas de estudios.

La Universidad Autónoma de Zacatecas es un pilar de la vida académica, social, económica, cultural y política de nuestro estado y está por encima de personas, cargos, autoridades y gobiernos. Nadie se puede apropiar o apoderar de una institución que es de todas y todos las zacatecanos.