Un paquete económico con vocación social
DAVID MONREAL ÁVILA
El pasado 8 de septiembre de 2016, el Ejecutivo Federal envió al Congreso de la Unión las Iniciativas que componen el Paquete Económico 2017, mismo que deberá estar listo a más tardar el 15 de noviembre del año en curso.
Llama poderosamente la atención el clima de desinformación que hay en este tema tan importante para la Nación, sobre todo porque se pretende generar la sensación, entre la población, de que será un presupuesto austero, que no hay recursos y que por tanto los recortes son inminentes.
Los datos hablan por sí solos:
El presupuesto total del país se incrementó, de 4 billones 763 mil 874 millones de pesos (mdp) en 2016, pasará a 4 billones 837 mil 512.3 mdp para el 2017. Lo que representa un aumento de 73 mil 638.3 mdp.
Los ingresos del Gobierno Federal en 2016 fueron de 3 billones 102 mil 440.3 mdp, para 2017 se propone que sean de 3 billones 219 mil 818.1 mdp, incrementándose en 117 mil 377.8 mdp.
Los impuestos en 2016 fueron de 2 billones 407 mil 716.7 mdp, y para 2017 se propone que sean de 2 billones 729 mil 347.9 mdp, incrementándose en 321 mil 631.2 mdp.
Es importante señalar que si bien no habrá más impuestos sí habrá un incremento de los ya existentes, por ejemplo, en 2016 el ISR obtuvo ingresos por 1 billón 249 mil 299.5 mdp, para 2017 se pretende que sean éstos por 1 billones 419 mil 377.3 mdp, incrementándose en 170 mil 077.8 mdp.
El IVA, en 2016 obtuvo ingresos por 741 mil 988.7 mdp, y en 2017 se pretende que sean de 794 mil 059.7 mdp, incrementándose en 52 mil 071.0 mdp.
Los IEPS, en 2016 obtuvieron ingresos por 348 mil 945.2 mdp, y para 2017 se espera que se obtenga por este concepto 433 mil 890.4 mdp, incrementándose en 84 mil 945.2 mdp.
El ISAN, en 2016 tuvo ingresos por 7 mil 299.1 mdp, y para 2017 se espera que obtenga 8 mil 710 mdp, incrementándose en 1 mil 410.9 mdp.
Lo más dramático es que las dependencias siguen mostrando una vocación al derroche y de poca sensibilidad a las demandas y exigencias de la sociedad, pues incrementa el gasto corriente. Por ejemplo, en 2016 el programa de gasto público del Gobierno Federal fue de 4 billones 763 mil 874 mdp, y para 2017 se propone que sea de 4 billones 837 mil 512.3 mdp, lo que representa un incremento de 73 mil 638.3 mdp.
El Poder Legislativo pasará de 14 mil 101.6 mdp a 15 mil 088.5 mdp, incrementándose en 986.9 mdp, destacándose los siguientes rubros del gasto: La Cámara de Senadores pasará de 4 mil 422 mdp a 4 mil 761.7 mdp, incrementándose en 339.8 mdp; la Cámara de Diputados pasará de 7 mil 559.4 mdp a 8 mil 051 mdp, incrementándose en 491.6 mdp; y la Auditoría Superior de la Federación pasará de 2 mil 120.2 mdp a 2 mil 275.8 mdp, incrementándose en 155.66 mdp.
El Poder Judicial pasará de 63 mil 616.3 mdp a 75 mil 477.2 mdp, incrementándose en 11 mil 860.9 mdp.
En cambio, ramos administrativos tan sensibles se reducen, por ejemplo, educación pasó de 302 mil 986.6 mdp a 265 mil 704.2 mdp, reduciéndose en 37 mil 282.4 mdp; Salud pasó de 132 mil 216.9 mdp a 121 mil 817.5 mdp, reduciéndose en 10 mil 399.3 mdp; Desarrollo Social pasó de 109 mil 371.9 mdp a 105 mil 287.4 mdp, reduciéndose en 4 mil 084.5 mdp; y Comunicaciones y Transportes pasó de 105 mil 217.7 mdp a 77 mil 723.3 mdp, reduciéndose en 27 mil 494.4 mdp.
En el análisis, discusión y aprobación del paquete económico que mandó el titular del Ejecutivo Federal, los legisladores de MORENA en la Cámara de Diputados, y del PT en el Senado de la República, lucharemos para que el «apretón del cinturón» sea para una obesa e ineficaz burocracia, al reducirle el gasto en privilegios y lujos innecesarios, como viáticos, seguro de gastos médicos mayores, bonos y prestaciones discrecionales. De esta manera liberaremos recursos que se destinen a inversiones públicas y gasto social.
Las necesidades y demandas más sentidas de la gente como educación, salud, servicios públicos y seguridad, no tienen por qué ser sacrificadas por cálculos erróneos y carentes de sensibilidad social.
Se requiere una ley de ingresos que asfixie a la corrupción y a la discrecionalidad, no que ahonde en la deuda pública.
Se necesita un gobierno que priorice la racionalidad, no el derroche.
Pero sobre todo, urge un paquete económico con vocación social; que cierre las brechas de la desigualdad, no que las haga más grandes.