Transparencia en actos de entrega-recepción

JULIETA DEL RÍO VENEGAS

No olvidemos que los políticos no son el centro de la ecuación, es la sociedad. El combate a la corrupción empieza cuando la sociedad demanda transparencia y rendición de cuentas; la entrega-recepción es un paso para ello.

Los procesos de entrega-recepción forman parte de un mecanismo de rendición de cuentas. Con ello se transfieren bienes muebles e inmuebles, recursos materiales, financieros y humanos, todo ello sustentado en archivos electrónicos y aún en papel. Lo anterior es fundamental e indispensable para garantizar no solo una transición ordenada que mantenga la eficiencia y eficacia de los servicios públicos, sino también la transparencia de la vida pública.

En sesión de Pleno del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) del pasado 21 de agosto, resolví un caso relativo a este tema. Una persona solicitó al Tribunal Superior Agrario las observaciones del Órgano Interno de Control (OIC) a las Actas de Entrega-Recepción de servidores públicos presentadas en marzo y abril de este año.

Dado que la respuesta del Tribunal Superior Agrario fue incompleta, el solicitante ingresó una queja en el INAI. Después de un análisis realizado por la Ponencia a mi cargo, determinamos darle la razón al ciudadano, pues el OIC de la autoridad correspondiente no entregó lo requerido, a pesar de haber identificado los documentos en cuestión.

La normatividad en transparencia es muy clara: las autoridades deben otorgar acceso a los documentos que se encuentren en sus archivos o que estén obligados a documentar de acuerdo con sus facultades, competencias o funciones.

Es clave que la sociedad conozca cómo transcurren los procesos de entrega-recepción, pues sirven para compulsar que lo entregado corresponda con lo informado en el trimestre correspondiente y conocer información sobre el estado que guarda una administración.

Como comisionada del INAI, y como integrante de la Comisión de Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción del Sistema Nacional de Transparencia, impulsé una reforma para que la entrega-recepción sea parte de las obligaciones de transparencia y así todas las actas puedan ser consultadas por la sociedad en todo momento.

La fiscalización y rendición de cuentas son fundamentales en el ejercicio gubernamental. Por ello, se debe trabajar en todo momento con profesionalismo y con apego a los métodos diseñados para la fiscalización y revisión de los recursos públicos.

De igual manera, este asunto nos recuerda las funciones de un Órgano Interno de Control. Un OIC se encarga, entre otras cosas: de sustanciar procedimientos de responsabilidad administrativa; de recibir y dar trámite a las denuncias que se formulen en contra de personas servidoras públicas; además de intervenir en el proceso de entrega-recepción con motivo de la separación del cargo de las personas servidoras públicas (a partir de cierto nivel jerárquico).

Un OIC debe transparentar sus acciones y conducirse apegado a derecho. Como lo manifestado públicamente en los últimos meses, mi persona, y las direcciones que coordino en el INAI, hemos sido víctimas de persecución política y acoso por parte del OIC de este Instituto. Por eso reitero mi llamado a que, si existen irregularidades, vayamos directo a la Auditoría Superior de la Federación.

X: @JulietDelrio