Trancoso: Construyamos un gobierno popular
DONATO MÁRQUEZ
Trancoso necesita conocer la Historia, no sólo tener memoria. La gran lección del mundo antiguo es que nada dura para siempre. La historia de Roma nos demuestra que ningún imperio es eterno. Por ello no había ninguna razón para pensar entonces que un “mini-imperio” que se había instaurado en este pueblo zacatecano debía prolongarse a perpetuidad, como destino fatal de sus habitantes. Los pueblos han buscado siempre una salida a los problemas económicos, políticos y sociales que enfrentan y en esta ocasión, la única salida, la auténtica alternativa que tenía Trancoso era y es, el Movimiento Antorchista.
No obstante, los vientos de cambio que llegaron a ese municipio no son fortuitos. Era necesario asegurar una nueva clase de políticos en el poder municipal y así sucedió. Movilizar y organizar al mayor número de trancoseños era la consigna y fue posible gracias a la capacidad, inteligencia y entusiasmo de los antorchistas y el PRI que, valga la excepción, tuvo en ese rincón zacatecano la atinada decisión de escuchar a sus bases. Es así como la filosofía de la unión, fraternidad y lucha de los antorchistas en particular, se convirtió en el gran motor de este primer paso. Los trancoseños no deben equivocarse y deben reflexionar al respecto, convencerse de que la proeza de haber echado su suerte con los humildes, con los trabajadores de Trancoso hacia el triunfo electoral es solo el asidero de un largo camino hacia el progreso.
Tantas murrias abaten a Trancoso, pero ha encontrado al fin, granos de esperanza. Los que antes ignoraban el mensaje de Antorcha, ahora, se acercan a esa fuerza social con gran interés. –¿Qué hacemos? Me preguntaba recientemente una antorchista. –Recibirla en nuestras filas, contesté. Sí, Antorcha es la gigantesca barca donde se reúnen, organizan y educan los más desprotegidos de nuestra patria para emprender la lucha por un país más justo y equitativo, tal como ya lo han hecho más de 2 millones de mexicanos sumados a este movimiento político.
Hay que barrer definitivamente las viejas prácticas para establecer el nuevo orden con el cual deberá regirse el Nuevo Trancoso. No es posible imaginarse una forma más cabal y consecuente que la de la participación activa de los ciudadanos trancoseños, pero no basta con querer hacerlo. Todo aquel que desee sinceramente un cambio debe saber que ahora exige sumarse al proyecto político que encabeza el antorchismo zacatecano, organizarse y educarse para que resista los primeros soplos de peligro o no se arrojen a los cantos de sirena de políticos oportunistas que están y estarán cada vez más al acecho del incipiente gobierno popular.
El gobierno antorchista que en los próximos días asumirá su papel histórico en una fecha histórica (15 de septiembre) sabe que no puede echar por la borda los planteamientos y necesidades que los habitantes le han confiado. El enorme reto de hacer un gobierno para el pueblo e impulsar la solución de sus históricas carencias exige mucho trabajo, porque en su plan de acción no están contenidas propuestas surgidas de otras corrientes políticas, sino un conocimiento profundo de los problemas y por lo tanto de las soluciones y las medidas que exige en el corto y largo plazo. Por ello será muy valioso compartir la experiencia de nuestra cuna, Tecomatlán, o Chimalhuacán si de municipios urbanos se trata, ambos pueden darnos una guía acertada hacia nuestra meta y como buenos alumnos hay que aprender. A lo largo de 44 años, el Movimiento Antorchista Nacional ha sido una organización que siempre ha expresado su brazo dispuesto para emprender la lucha de los más pobres, ante quien tenga que darla y con la intensidad que exija esa lucha, no debemos dudar.
Es necesario hacerlo cuanto antes y se está trabajando para ello. Trancoso se convertirá en modelo de desarrollo para los municipios de Zacatecas, el cambio ya inició, su fuerza radica en la organización y en que cada trancoseño asuma como suya la formidable tarea de construir un nuevo municipio. Los líderes antorchistas ahí están, los antorchistas trancoseños y amigos de nuestra organización también están ahí, pero habrá que luchar juntos, organizados, para que un Trancoso justo para todos sea una realidad. Muy atrevido ¿no? Sí, sin duda, pero estrictamente necesario.
Tuve la oportunidad de estar algunos meses en la tierra del “asado de boda”. La Hacienda es tema de enorme herida que no ha podido cerrarse. Son muchos los agravios innegablemente, pero vamos empezando por rescatar la identidad del pueblo trancoseño y recuperarla será tarea de todos. Debe florecer la cultura, el deporte y la educación. La infraestructura tendrá que desarrollarse, los servicios deben mejorar, para lo que habrá que dar una batalla intensa ante el gobierno estatal y federal.
Este 15 de septiembre, el Movimiento Antorchista empezará a escribir una nueva página en la historia de Trancoso, y cada capítulo lo habrán de conocer los hijos de campesinos nobles, obreros, amas de casa, colonos y estudiantes, es decir, de la clase trabajadora. Y cuando los dioses pregunten un día enfurecidos ¿quién ha escrito esto? Los antorchistas responderán: nosotros lo hemos hecho; y no bajarán la cabeza, ya que es una historia que se escribe no con la punta de la pluma, sino con la punta de la lanza de la historia, esa que ha visto nuestro viaje, siempre al lado de los pobres de esta patria.