Tenemos un presidente patriota: Miguel Rivera
Zacatecas, Zac.- Y la clase política salió del letargo del puente del Día de Muertos para revivir viejas amistades, viejos compromisos y abrazarse al estilo priista ante un nuevo futuro.
La toma de protesta de Miguel Rivera Sánchez convocó no solo a todo el gabinete gubernamental en el Salón de Recepciones. No faltó nadie. También a dos de los senadores zacatecanos: Alejandro Tello Cristerna (PRI), y Carlos Puente Salas (PVEM). Suspirantes de primera fila.
Obviamente también llegaron algunos delegados federales para darle la bienvenida al grupo a Rivera Sánchez, en su estreno como cabeza en Zacatecas de la Secretaría de Gobernación (Segob). Ni más, ni menos.
La cita fue a las 10:30 horas, pero adictos a la puntualidad zacatecana el acto inició a las 10:58 horas, cuando una débil Marcha de Zacatecas se escuchó anunciando la entrada del gobernador Miguel Alonso Reyes. En el salón no cabía ya ni un alfiler.
En el presídium el secretario de gobierno, Francisco Escobedo; Salvador Rizo Ayala, coordinador de la región occidente de la Segob, y también los alcaldes de Zacatecas y Guadalupe, Carlos Peña Badillo y Roberto Luévano Ruiz.
Luis Javier de la Rocha Zazueta, delegado saliente, y ahora director general adjunto de la zona noroeste, se fue duro y a la cabeza: Cuando llegué me encontré con una delegación «destrozada políticamente, sin actuar, nula, de liderazgo limitado, inexistente, con oficinas indignas, con problemas que venían arrastrando incluso desde hace 30 años.
Reconoció a los partidos políticos con quienes dijo, «caminamos democráticamente, logramos elecciones si escándalos ni participación federal».
Hizo gala de conocer a sus ahora ex compañeros delegados, a quienes llamó por su nombre de pila y con un proyecto o programa de la mano. Saludó a Alejandro Tello, omitió a Carlos Puente.
Antes de despedirse dejó en claro que entregaba 52 delegados coordinados y trabajando para «mover a México».
Antes de despedirse dio «Gracias a Dios» por haber conocido a Pablo Reimers, de quien dijo, fue su guía. «Me mostró el camino».
En su momento, Salvador Rizo llamó a Miguel Rivera a cumplir con el Plan Nacional de Desarrollo y los compromisos de Enrique Peña Nieto. Y de paso agradeció el trabajo de Luis de la Rocha, quien según dijo, coadyuvó a traer la paz social a Zacatecas.
Tocó el turno de Rivera Sánchez, funcionario que a lo largo de su carrera política ha cosechado amistades, como pocos.
Ya en su papel de funcionario federal, dijo que llegaba a «mover a México por convicción y compromiso», y después, sin empacho lanzó la frase del día: «Tenemos un presidente patriota con visión de estadista».
Pero ahí no quedó, dejó en claro que «las cosas de la Nación son lo primero», que «Zacatecas vive en completa gobernabilidad», además que «Miguel Alonso es un gobernador diligente».
Y luego el calambre a los 52 delegados federales en Zacatecas, a los cuales desde hoy coordina. Los citaré a una reunión en unas horas, porque el trabajo no espera».
Prometió diálogo sin intermediarios, además de ser un puente para la solución de problemas y, un trato directo. Y la advertencia: «Seré estricto en el cumplimiento del plan de trabajo».
Miguel Rivera, acompañado de su esposa Leticia, dijo que se ceñiría a un actuar con integridad, tolerancia, solidaridad, rendición de cuentas, respeto, honradez, justicia y transparencia. Un decálogo impuesto a todos los funcionarios, que no todos siguen y otros tantos ni conocen.
Para concluir la concurrida ceremonia, el gobernador Miguel Alonso Reyes, se limitó a agradecer al anterior delegado, felicitar al nuevo y recordar que en Zacatecas se vive un ambiente de trabajo y coordinación enfrentar rezagos estructurales.
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