Tello y los preparativos del nuevo gobierno

JUAN GÓMEZ 

Alejandro Tello Cristerna, gobernador electo del estado de Zacatecas, firmó el bando solemne que lo promueve como el mandatario de Zacatecas, una costumbre ancestral con la que los zacatecanos conocían y festejaban a su nuevo  gobernante, dejando el pasado atrás como parte de la historia y del juicio popular.

En la 61 legislatura del estado la diputada panista, Guadalupe Medina Padilla, leyó el bando solemne que está basado en el artículo 65 de la constitución local, en el que se informa que Alejandro Tello Cristerna, es el gobernador electo del estado de Zacatecas.

Ciertamente es parte de los usos y costumbres de Zacatecas pero basado en la legalidad constitucional, con lo cual se da cumplimiento a una tradición republicana de raigambre en el estado.

Pero más allá de los “usos y costumbres” en el estado, Alejandro Tello prepara en estos momentos su equipo de trabajo que le acompañará durante su administración, pero también, analiza la estructura funcional de cada una de las dependencias que podrían sufrir algún cambio para un mejor funcionamiento.

Vamos por partes. En distintos medios de comunicación se han manejado algunos nombres de quienes podrían integrar la próxima administración, ante lo cual, el gobernador electo se ha encargado de reiterar que será hasta el 12 de septiembre cuando después de que rinda protesta, de a conocer los nombres de los nuevos funcionarios.

Tello Cristerna ha tenido que tomar estas precauciones por una razón: no quiere que el gobernador en funciones, Miguel Alonso Reyes, influya en su decisión para el nombramiento de los próximos secretarios de despacho.

Y es que el gobernador Alonso Reyes ha cometido un grave error: pretende someter a su ejercicio personal del poder, al gobernador electo.

El mes pasado por ejemplo se organizó una reunión de trabajo con los presidentes municipales electos en el balneario Paraíso Caxcán, a la que llegó con afanes protagónicos el mandatario estatal. Encabezó el inicio de los trabajos cuando no tenía que hacer absolutamente nada en aquel lugar, pero su presencia significó un rasgo de su afán de mostrar que todavía es él quien manda en el estado.

Semanas anteriores encabezó una reunión en su oficina con la Junta de Coordinación gubernamental en materia de seguridad, a la que obligó prácticamente al gobernador electo, Alejandro Tello, sentarse a la mesa de la sesión cuando todavía no se integraba la comisión de entrega-recepción, la cual se dio a conocer hasta después de la lectura de su VI informe de gobierno, por un capricho del mandatario en turno.

Hasta el momento Alejandro Tello ha dado muestras no solo de institucionalidad sino de sensibilidad para evitar una ruptura, o en el peor de los casos, confrontación con la administración saliente, que ha abusado de la mesura del gobernador electo.

Miguel Alonso Reyes se encarga de ejercer el poder que por 22 días aún conserva y se esfuerza por dejar a su administración como “el mejor gobierno de todos los tiempos en Zacatecas”, intensificando su actividad en el estado e incrementando su promoción personal en los medios de comunicación social.

Está en su derecho. Pero en ese afán de trascender unipersonalmente, atropella no solo a la imagen de su sucesor, sino que abona a la figura que rechazan tanto políticos como sociedad en general: “la sombra del caudillo”.

Las acciones que en los últimos momentos proyecta es la de un gobernador que manda y que pretende seguir haciéndolo, en demérito de la independencia y autonomía de su sucesor.

La nostalgia por el ejercicio del poder estatal empieza a atormentar a un gobernante que se niega reiterarse.

No proyecta la figura del mandatario maduro que está conciente que su etapa ha terminado y que debe dejarle el espacio a quien gobernará en los próximos cinco años, pese a ser su amigo y su hacedor en la vida pública.

No entiende que entre más se empecina en dejar el poder más se aleja de la sociedad que le dio su confianza en el año 2010 y que además, lo confronta con la próxima administración que tomará la batuta a partir del 12 de septiembre, cuando se realice la ceremonia de cambio de poderes en el congreso del estado.

Lo hecho, hecho está y cuando abandone el poder local, la investidura que ejerció durante seis años en el estado, será cuando empiece el juicio de la sociedad y su ubicación en la historia de Zacatecas, basada en la expectativa que generó, en los compromisos que contrajo, y en los resultados de su mandato.

Es por ello que Alejandro Tello ha sido prudente en la organización de su equipo de trabajo y en el diseño de lo que será la próxima administración estatal, la cual resentirá algunas reformas sustanciales para una mejor operatividad.

Por ejemplo, la reforma administrativa que realizó el actual régimen registrará cambios en su estructura y para ello, se prepara una iniciativa que la modifique para regresarle algunas de las funciones que tuvo. Por ejemplo, la Secretaría de Infraestructura, cuya característica es la centralización de acciones que, lejos de darle un dinamismo en su quehacer, la ha convertido en un órgano controlador del mandatario en turno que ha fomentado la inoperatividad y la corrupción.

Otro tema trascendente es, sin duda, el de seguridad. Al respecto, Alejandro Tello se entrevistó en días pasados con el Secretario de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos, para definir si continúa un militar al frente de la Secretaría de Seguridad Pública o bien, si este criterio es modificado pero con el acompañamiento y apoyo del sector castrense nacional y local.

¿Caras nuevas en el gabinete? Probablemente las haya, algunas con experiencia y otras con una nueva incursión en la administración pública, pero todos, absolutamente todos, estarán obligados a presentar públicamente su declaración 3de3, lo que representa un avance en la transparencia pero también, dejar de lado la simulación en el ejercicio de la administración pública.

Existe también la intención de llevar al terreno de los hechos modificaciones en cuanto a la transparencia de las percepciones económicas de los legisladores. Y es que en la actualidad, el Poder Legislativo, es uno de los que acusan una mayor opacidad en cuanto al ingreso de los diputados zacatecanos.

Se pretende poner fin a esa simulación que engaña a la sociedad, puesto que la dieta legislativa se incrementan de manera abusiva con otros conceptos que  no son declarados públicamente por su discrecionalidad.

Así que en los próximos días quizá veamos una iniciativa que establecerá un salario fijo para los diputados que será su salario real, único, sin que aumente con otro tipo de percepción.

Es parte de la visión que en este momento impera en torno a quien encabezará la próxima administración estatal.

Al tiempo.

* Director general de Pórtico Online

@juangomezac

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