Tello II
JAIME ENRÍQUEZ FÉLIX
Heredero de un prominente apellido -tal vez del nombre del Secretario de Relaciones Exteriores de México más importante del siglo pasado quien también fuera Senador de la República por el Estado de Zacatecas que tuvo otros espacios internacionales, representando a nuestro país siempre con dignidad y prosapia- llega al poder el sucesor de Miguel Alonso.
El ascenso de este nuevo Tello a la candidatura a gobernador de Zacatecas no fue sorpresa alguna; se veía venir desde que este sexenio mágico inició. Miguel Alonso arriba a candidato sin partido, tocando las puertas de todos porque el de la Revolución Democrática no lo quiso cobijar. Su tibio perfil no daba para mucho: era un chico bueno… pero hasta ahí. Sin embargo, gracias al abrigo de los Monreales, llegó a ser candidato de uno de los partidos opositores: lo fue por el PRI, que había sido derrotado durante dos sexenios seguidos. Su resultado, claramente inesperado pues derrumbó todos los estándares del voto e inició con encanto su gestión.
Errores, inexperiencias y sobre todo corrupción es el sello que marcará su gobierno, a pesar de tan destellante inicio. Dejó en serio riesgo el advenimiento de Alejandro Tello como su sucesor. Con grandes dificultades arrancó su contienda electoral y en el principio pocos pensaban que el PRI se alzaría con el triunfo otra vez. Realizó una campaña seria, sin confrontaciones, con un historial de rectitud y proveniente de un árbol genealógico que lo respaldaba: venció con el tercio mayor de sus contrincantes. La distancia no es mucha pero llegó a 10 por ciento: suficiente para darle credibilidad a su futuro gobierno y para protegerlo de impugnaciones que están elaboradas sobre la cantidad de votos obtenida, que siempre puede ser cuestionada.
Alejandro Tello llegará con un presupuesto altamente endeudado para reemplazar a uno de los peores gobiernos al fin de un sexenio, quizá solamente comparado con el de Arturo Romo Gutiérrez. No tiene mucho espacio para malgastar su capital político: podrá tener lealtades personales con su antecesor, pero el próximo gobierno es de él: no necesita de nanas para presidirlo, él puede solo.
Por ello la reunión de Paraíso Caxcan tiene dos lecturas: una actitud democrática de pactar y acordar con antelación con quieres gobernarán los municipio, y por otro lado, la presencia de Miguel Alonso para ensuciar el patrimonio político de Tello antes de que inicie su régimen.
Miguel Alonso, como la Reina Isabel, reina pero no gobierna. Fueron los juniors zacatecanos que sin éxito profesional buscaron este espacio para hinchar sus economías. Una confrontación con el actual gobierno tampoco es necesaria, pero sí una legítima distancia que dé al nuevo gobernador el espacio suficiente para hacer uso de la luna de miel que le ha otorgado la campaña, a fin de que los nuevos meses de dificultades naturales, se conviertan en una pista de arranque para empezar el trabajo con el confort necesario que se precisa.