Superar trabajo del IFE, reto del nuevo INE
CAMERINO ELEAZAR MÁRQUEZ MADRID
Por fin, tras meses de intenso trabajo, negociaciones y acuerdos entre los partidos políticos y representantes populares, el pasado viernes 4 de abril nació formalmente el Instituto Nacional de Elecciones (INE), como una esperanza para contar en México con un órgano verdaderamente ciudadano, que garantice la transparencia y equidad de los procesos electorales.
Pero sobre todo, el objetivo es que termine con la corrupción electoral, como las dádivas, el rebase de topes de campaña, haya una mejor y eficiente fiscalización de los recursos públicos y que acabe con los cotos de poder que tienen los gobernadores en sus entidades.
La creación del INE es resultado de la recién aprobada reforma constitucional en materia político-electoral y con su nacimiento concluyen 23 años de trabajo del Instituto Federal Electoral (IFE); esfuerzo que no en todo fue malo y no todo fue bueno.
La semana pasada y tras la revisión de varias propuestas de personas capaces de integrarse al INE, la Cámara de diputados designó a los 11 integrantes de su Consejo General, de los cuales uno será presidente y 10 consejeros. El número de éstos crece en relación a los nueve que tenía el IFE.
El Consejo General del INE está integrado por Lorenzo Córdoba Vianello, como presidente; y por los consejeros Adriana Margarita Favela Herrera, José Roberto Ruiz Saldaña y Ciro Murayama Rendón, elegidos para un periodo de nueve años.
Además, fueron designados consejeros por un lapso de seis años: Marco Antonio Baños Martínez, Enrique Andrade González, Alejandra Pamela San Martín Ríos y Valles y Benito Nacif Hernández.
Integrarán el Consejo General del INE durante tres años como consejeros Beatriz Eugenia Galindo Centeno, Arturo Sánchez Gutiérrez y Javier Santiago Castillo.
Esas 11 personas que se suman al nuevo instituto, junto con sus trabajadores, tendrán un gran reto: no sólo asumirán las funciones del IFE, sino que deberán mejorar su trabajo y demostrar que la reforma político-electoral aprobada en febrero será una realidad.
El IFE a lo largo de su vida tuvo importantes avances en materia electoral, pero llegó su fin, como tenía que ser y ahora comienza la historia de un nuevo órgano, uno que tiene mayores facultades y atribuciones, que será el responsable de homologar las elecciones en las entidades y nombrar a los consejeros electorales en los estados.
Esta autoridad electoral nacional que es el INE cuenta con nuevas herramientas para garantizar la democracia mexicana, como lo es la creación del Servicio Profesional Electoral Nacional (SPEN).
No sólo eso, ahora el INE tendrá la obligación de designar a las y los consejeros de los órganos electorales locales, acabando así con los compromisos que pudieran existir con gobernantes o partidos políticos, como fue el caso de Zacatecas, donde el Congreso del Estado nombró como consejeros a personas íntimamente relacionados con los partidos políticos, olvidándose de la ciudadanización e imparcialidad que debía existir.
También el instituto deberá actualizar y depurar el padrón electoral, dar la capacitación en la materia, emitir reglamentos o realizar encuestas, entre muchas otras tareas que están pendientes.
A fin de evitar que se presente lo que sucedió en la elección federal presidencial del 2012, en la que el priista Enrique Peña Nieto gastó “carretadas” de dinero sin que se pudiera comprobar su origen, ahora el INE deberá fiscalizar los ingresos y egresos de los partidos políticos y candidatos.
Un punto más a su favor es que podrá regular las candidaturas independientes, administrará los tiempos del Estado en la radio y televisión y garantizará el acceso de los partidos y candidatos a ellos (área que ha generado especial conflicto entre los institutos partidistas) y a petición de los partidos políticos podrá organizar las elecciones de sus dirigencias.
Un aspecto que desde que me designaron representante del PRD ante el IFE he exigido incansablemente es la aplicación de nuevas causales de nulidad de elección y que el instituto ya podrá aplicar cuando se rebasen los topes de campaña, accedan ilegalmente a la radio y televisión o se apliquen en las campañas políticas recursos de dudosa procedencia.
Así, entonces la tarea del INE no es fácil y al contrario tiene mucho que hacer este órgano electoral nacional que apenas tiene cinco días de nacido y que tendremos que esperar a que cumpla con responsabilidad y eficiencia cada una de las funciones y trabajos que le fueron encomendados.
En este cambio coyuntural y de trascendencia para México, un servidor continuará con la representación del Partido de la Revolución Democrática ante el INE, por lo que deseo aprovechar esta oportunidad para reiterar que continuaré vigilando y exigiendo que la democracia en México sea una realidad en todos los aspectos.
*Representante del PRD ante el INE