Soltarán cien perritos llaneros en el semidesierto
Junto con el berrendo, también en extinción, el perrito llanero o perrito de la pradera urgen ser salvados, aunque en el primer caso, la reintroducción es costosa, debido a lo complicado de su captura, así pues es complicado tratar con esta clase de animales.
Pero en el caso del perrito llanero, las cosas cambian, ya que no necesita un cuidado específico como el del berrendo, ya que éste se cría en diferentes ejidos del estado, desde hace 10 años.
Sin embargo, la situación de esta especie es preocupante, ya que han perdido el 65 por ciento de su hábitat y ya se considera desaparecido de Zacatecas, estado que representaba el 10 por ciento de su área de distribución original.
San Luis de Potosí representa un 25 por ciento de su área original amenazada por la conversión a terreno para la agricultura y por la extracción de agua que ha secado muchos suelos y pastizales
Por ello, ahora, recuperar el ecosistema de pastizal en Zacatecas se ha convertido en una prioridad para el Instituto Estatal del Medio Ambiente de Zacatecas (IEMAZ) y la delegación de la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa), por ello emprendieron el Proyecto de Reintroducción del perrito llanero (Cynomys mexicanus).
Como inicio, se liberarán cien especies del perrito llanero en el ejido Tanque Nuevo, en el municipio de El Salvador, buscando reintroducir esta especie animal extinta desde la década de los 40’s.
La finalidad es comenzar a recuperar los suelos del semidesierto, dado que el perrito llanero crea túneles por los que se puede verter el agua de lluvia y almacenar humedad, la que a su vez servirá para regenerar los pastos.
Esta actividad forma parte del Programa Nacional de Especies Prioritarias, mediante el cual se integran los esfuerzos de las instituciones al cuidado del medio ambiente, proyectos entre los cuales también está la recuperación del águila real, gorrión de wortten, coyote y tlalcoyote, entre otros.
El Programa de Conservación de Especies en Riesgo (Procer) se enfoca únicamente a especies en riesgo de extinción en México, aunque considera también algunas listas rojas internacionales. El Procer busca la recuperación de estas especies, así como de poblaciones de especies asociadas y del mismo hábitat.
Se seleccionaron especies “sombrilla” para que las acciones planteadas permitan, no sólo la recuperación de especies en riesgo, sino de aquellas que cumplen una función importante en el ecosistema
Para esta labor, se contó con el apoyo de Profauna, quien se encargó de realizar el trabajo operativo que permitió soltar a los cien especímenes en el semidesierto zacatecano.
Cabe destacar que el ejido Tanque Nuevo tiene una extensión de 270 hectáreas, ahí es donde el perrito llanero tendrá su primera evolución.
La Unidad de Medio Ambiente que efectuará los recorridos de supervisión de la especie la integran, además de personal calificado en el ámbito ambiental, los ejidatarios de la región, quienes por la cercanía con el estado de Coahuila compartirán experiencias en materia del cuidado de esta especie.
Entre los beneficios de la reintroducción del perrito llanero a Zacatecas están la recuperación de áreas de pastizales, que generarán un impacto positivo a la ganadería.
Es necesario recordar que México es reconocido históricamente como uno de los países más importantes por su biodiversidad con aproximadamente el 12 por ciento de las especies que existen en el planeta habitando parte de nuestro territorio.
Sin embargo, no sólo México es diverso en términos de especies, sino que cuenta con una riqueza sin igual en comunidades y ecosistemas, que van desde los pastizales subalpinos y cumbres glaciares, hasta los arrecifes de coral del Caribe, pasando por todo tipo de bosques, desiertos y matorrales, lo cual ha llevado a considerarlo como país megadiverso
Hoy los zacatecanos buscan no solo evitar la extinción de este pequeño animal –miden entre 28 y 33 centímetros y alcanzan hasta uno o 1.5 kilogramos–, sino de parte de su cultura.
Los perritos llaneros son animales diurnos que construyen madrigueras para vivir y protegerse de los depredadores. Las madrigueras son túneles que excavan y que se conectan unos con otros. Llegan a ser hasta de seis metros de largo y dos metros de profundidad.
Tienen una gran organización social y forman colonias (llamadas ciudades) con pequeñas unidades familiares que pueden llegar a abarcar más de cien hectáreas. Una familia incluye a un macho adulto, dos o tres hembras, algunos jóvenes y pequeños.
Son animales muy sociales que durante el día suelen permanecer a las entradas de sus madrigueras o en los alrededores aseándose unos a otros y vigilando y defendiendo los límites de su territorio.
Su color varía entre el pardo amarillento y pardo rojizo, salpicado con algunos pelos negros; el vientre es más claro y la parte terminal de la cola es negra.
La actividad de miles de individuos en las zonas donde habitan impide que las hierbas altas se regeneren, dando lugar a otras hierbas anuales más pequeñas y de crecimiento rápido. Éstas constituyen el alimento de los perritos y, además, permiten la visibilidad necesaria para advertir la presencia de posibles enemigos.
Además este mamífero está considerado como especie ecológicamente clave, ya que influyen en el medioambiente y por tanto son necesarios ya que al podar constantemente los pastos, cambian la composición de la vegetación y mejoran sus cualidades nutritivas, lo que beneficia también a los demás animales que pastan en estos lugares. Por lo tanto podemos decir que incrementan la heterogeneidad ambiental e inciden en la diversidad biológica.
Está perdiendo hábitat debido a la expansión de la agricultura y las ganaderías. De hecho, para deshacerse de estos roedores han llegado a exterminarse colonias enteras mediante veneno. Y es que a pesar del papel clave que tienen los perros llaneros en los pastizales, han sido víctimas de campañas de exterminio (no solo con veneno, sino también con trampas y mediante la caza).
Por Claudia G. Valdés Díaz