Sánchez Guevara, oídos sordos en el Tejocote
*Colofón: Los agentes de tránsito de Lerma; La del estribo: Sacudida en el gabinete: De remate: Macedo en la piscina
RAÚL MANDUJANO SERRANO
David Sánchez Guevara, oídos sordos en el Tejocote.- El caso del Tejocote II no es de alguna película. Se trata de una colonia de Naucalpan que dada su condición de miseria y posición política, es víctima de un raro contubernio entre una tal Eulalia Herrera Blas y Jorge Martínez Contreras, director de desarrollo social del municipio. Lo extraño radica en saber si el edil David Sánchez Guevara sabe de este tema y si es cierta la denuncia, conocer su opinión, opina el hacedor de las crónicas mandujanescas.
De qué se trata, bueno, a la tal Eulalia y al tal Jorge Martínez se les hizo chiras el cerebro con las matemáticas y de un cobro por instalación de luz, de 875 mil pesitos, que debían aportar 300 familias, los sujetos de marras les cobran 5 mil 500 por familia. A buen juicio de Pitágoras y los tejocotistas, esa suma multiplicada por 300 da un monto superior a un millón 650 mil pesos, es decir, el doble del costo.
Alguien se quiere pasar de lanza y embolsarse 800 mil pesos sólo con el pequeño esfuerzo de cobrar y amenazar a los vecinos, porque para variar, han aparecido golpeadores y mensajes anónimos de amenaza en caso de continuar las quejas de los afectados.
El trovador de los pasillos editoriales tiene la convicción de suponer que hoy, en este siglo, la corrupción no es alternativa y menos en municipios tan grandes como Naucalpan. Si el hacedor se equivoca, que se lo hagan saber, y si la gente tiene la razón, que se les haga justicia y a los otros no les caería mal un curso en el Conamat, para mejorar sus matemáticas…
Colofón: Los agentes de tránsito de Lerma
Mientras degusta de un par de tacos de barbacoa de Capulhuác, bañados en una salsa de chile pasilla, limón y sal, el creador de las fábulas sotaneras ha decidido pasar lo menos posible por el municipio de Lerma. Su policía, más que prever acciones criminales o delictivas, anda acompañando a mujeres del tránsito para detener automóviles, inventar infracciones y sobornar automovilistas.
Al parecer las ilícitas actividades de los pseudo servidores públicos no son recientes. Varios ciudadanos han denunciado a los uniformados de las huestes de Erick Sevilla y le han exigido al alcalde cese al director de seguridad pública, dado que éste podría ser el orquestador de este modus operandi.
De qué se trata. Bueno, en fines de semana, los policías municipales, en sus patrullas, se hacen acompañar de agentes femeninas de tránsito, las del uniforme con hombreras anaranjadas, (así justifican su actuación porque no pueden poner infracciones) para detener automóviles. Al inventarles alguna irregularidad en su vehículo, lo advierten de trasladarlo al corralón pero, por ser fin de semana, podrá sólo liberarlo hasta el lunes o martes.
La propuesta de estos insensatos es darles “la atención” con un “quinientón” y evitarse molestias, Pues qué pinches atentos ¿no?
Ahora que este no es un chisme. Al amanuense le ocurrió y el argumento era que tenía placas de otra entidad vencidas y su plan era la extorsión. No les dio nada el periodista y una vez que se identificó los tipos se fueron… Así que don Erick, a ponerle fin a esto que no lo deja nada bien.
La del estribo: Sacudida en el gabinete
Se susurra que los cambios en el gabinete anunciados por el gobernador responden a una instrucción federal. Al amanuense no le parece así, más bien, como en toda selección, a veces los cambios de jugadores mejoran la estrategia y descansan a quienes hicieron un buen papel. Felicitaciones por el trabajo a don Efrén Rojas, Miguel Ángel Contreras y Caritina Sáenz.
De remate: Macedo en la piscina
Sergio Macedo, agreste antropólogo con anhelos de periodista, platica que durante su infancia, en cierta ocasión, le dijo a su mamá: mamá, mamá ¿Puedo ir a la piscina? Ok, ve –le contestó- 15 minutos después regresó con el brazo roto. Una vez sanado fue con su mamá y le pidió ir otra vez a la piscina: anda mamá por favor. Ok, pero con cuidado –le respondió la abnegada-. Minutos más tarde regresó con la cabeza descalabrada. Una vez sanado fue otra vez con su progenitora: déjame ir anda ¿sí? –No, nada más te andas golpeando- por favor, insistía Macedo, hoy le van a poner el agua a la alberca anda… Hasta otro Sótano.
Twitter: @raulmanduj [email protected]