Rincón Guadalupano y el derecho a la vivienda

OSVALDO ÁVILA TISCAREÑO

El artículo 4 de la Constitución Politica de los Estados Unidos Mexicanos a la letra dice: “Toda familia tiene derecho a disfrutar de una vivienda digna y decorosa. La ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar los objetivos necesarios”.

Eso dice la Carta Magna que rige a los mexicanos, pero como tantos otros “derechos de papel”, la realidad no corresponde con lo que vive día a día la población. A cuenta de lo anterior podríamos traer muchos ejemplos, pero hoy quiero ocuparme de las vicisitudes de quienes habitan en el fraccionamiento Rincón Guadalupano, esto en la cabecera municipal de Guadalupe. Veamos.

Desde hace más de 12 años, producto del esfuerzo y ahorro en sus respectivos empleos, 274 familias materializaron el anhelado deseo de contar con un pedacito de patria donde pudieran habitar con sus familias;  provenientes  de distintos puntos de la geografía estatal, ingresos diversos, metas de todo tipo, pero unidos por un objetivo común: resolver el patrimonio de sus familias y constituir un hogar digno y reconfortante para que crecieran  ahí sus hijos.

Pero sus anhelos se vinieron abajo con rapidez, una vez entregadas las viviendas por  el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit) y que fueron construidas por  la empresa Ormigon SA de CV, empezó un verdadero calvario al ponerse de manifiesto los llamados “vicios ocultos”, la calidad de las mismas era muy mala, los materiales utilizados de pésima calidad, los servicios básicos rápidamente se deterioraron y lo más grave; aparecieron fisuras, cuarteaduras e incluso graves fragmentaciones estructurales en la mayorías de las viviendas.

De inmediato se exigió, la atención por parte del Infonavit y se logró la aplicación de la garantía en algunas de las casas, pero esto implicó sólo reparaciones menores que no resolvían el problema. El estudio para determinar las condiciones del subsuelo  determinó  que las viviendas están asentadas sobre arcilla expansiva con capas de tepetate blando que cruzan por arroyos y manantiales, es decir las condiciones son impropias para construir casas habitación.

Doce años después  pareciera que sólo hay dos alternativas: o se promueve una reubicación o se cancelan los créditos para que cada familia se haga cargo de la reparación de sus viviendas.

Me he mantenido e informado acerca del problema y junto con los vecinos  recorrí distintas instancias gubernamentales, — no es un asunto coyuntural como lo afirman dolosamente  aquellos que lo descalifican todo, pero nada hacen por la gente – y en conjunto  acordamos solicitar la intervención de la 62 Legislatura del estado,  a efecto de hacerlos participes de la solución del problema.

Por ello ante el pleno del Congreso presenté un punto de acuerdo el pasado 3 de noviembre, el punto fue  votado por unanimidad con 29 votos del total de los asistentes a la sesión. El respaldo mayoritario, las manifestaciones de adhesión y la solidaridad unánime de los Diputados,  es una muestra clara de cómo los intereses comunes se anteponen a los colores partidarios, pero da cuenta también de la justeza de las demandas. El documento en cuestión era solamente una descripción somera del problema y la solicitud expresa para estudiar el caso y considerar la posibilidad de condonar los adeudos de los habitantes de Rincón Guadalupano a efecto de dar lugar a la posibilidad de que cada uno se haga cargo de la reparación de sus viviendas.

            Pero la respuesta no se hizo esperar,  como si se tratara de la representante de la empresa, ignorando en absoluto que se trata de la solicitud de uno de los tres poderes del estado que la conmina analizar la situación y haciendo gala de un menosprecio absoluto al sentir y problemática de los quejosos, Gabriela Rojo Medina,  delegada de Infonavit,   salió presurosa a decir que la solicitud es improcedente, pues las construcciones tienen varios años y no es un problema general de los pobladores, entre otras lindezas por el estilo.

Es muy lamentable el actuar de una funcionaria que ignora que vivimos en un país de leyes en donde los representantes populares tenemos la posibilidad de llamar la atención de las autoridades, aún y cuando se trate de funcionarios federales, por ello convendría hacernos algunas preguntas: ¿Cómo le hizo para determinar y responder a la situación, si ni siquiera ha recibido la solicitud de la legislatura? ¿Tendrá acaso una bolita de cristal para adivinar el contenido de la solicitud?, ¿Acaso le importa un soberano cacahuate la solicitud de uno de los poderes del estado? ¿Alguien la habrá declarado Reyna del Infonavit, en donde solo su juicio importa?, ¿Cuántas veces ha estado la delegada en el domicilio de los afectados, para opinar sobre las viviendas?

Estamos ante un caso típico de indolencia y deslumbramiento del poder, pues Rojo Medina,  no sólo hace gala de soberbia y desconocimiento, sino que se muestra insensible ante un problema tan grave, no queda otra que hacer valer la ley y amparados en otro derecho constitucional (el de manifestación), exigir que se haga realidad el derecho a una vivienda digna y en ese anhelo los habitantes de Rincón Guadalupano, no están solos,  contaran con todo el respaldo del antorchismo  hasta obtener una respuesta satisfactoria, pues en este país los derechos constitucionales deben dejar de ser solo letra muerta y los antorchistas pugnaremos siempre por ello. Que conste.

* Diputado local y dirigente del Movimiento Antorchista de Zacatecas

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