Retos del 2020
OSVALDO ÁVILA TISCAREÑO
El primer mes del año ha concluido, creo por tanto conveniente hacer algunas reflexiones sobre las vicisitudes que vivimos y sobre los retos de este naciente 2020. Sin duda el año pasado fue complicado, el que se vislumbraba como el del cambio con el arribo al gobierno del auto llamada 4T resultó más de lo mismo. A la natural inexperiencia en el ejercicio gubernamental, que se experimenta de manera lógica al arranque de una nueva administración sexenal, se sumaron las acciones viscerales e irracionales que amparados en el combate a la corrupción ha promovido el actual gobierno y que han resultado un auténtico desastre en perjuicio de las mayorías.
La realidad no admite ninguna duda y aunque se empeñan en afirmar que constituyen campañas difamatorias o repetir una y otra vez “yo tengo otros datos”, lo cierto es que la situación es complicada en exceso y prueba de ello es el descenso sostenido en la aprobación del titular del ejecutivo.
El 2019 lo iniciamos con terribles e irracionales recortes a programas como las estancias infantiles, pueblos mágicos, la desaparición del ramo 23 para la construcción de infraestructura, la eliminación de programas para la edificación de viviendas; con tan sólo esto ya se vislumbraba un tétrico panorama para la gente con menores ingresos, a lo que se sumó el incremento sostenido de los índices delictivos que generaron más de 36 mil homicidios, seguimos con la recesión económica y concluimos el año con la eliminación del Seguro Popular, por consiguiente con la instauración de un nuevo esquema de salud denominado Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), que ha resultado francamente desastroso.
Lo anterior es la terrible realidad que aqueja a los mexicanos que comprobamos día a día que las promesas de campaña quedaron atrás y que a la inexperiencia gubernamental se suman los caprichos presidenciales movidos por ocurrencias o visiones unipersonales que no admiten divergencias.
Y para los antorchistas la situación no ha sido diferente, a los males anteriores debemos sumarle una feroz campaña aniquiladora emprendida por el propio Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México, sin embargo el llamado oportuno a cerrar filas y hermanarnos más por parte de nuestro dirigente nacional el Maestro Aquiles Córdova Moran, ha permitido sortear las adversidades y avanzar a paso firme en nuestra tarea.
Las concentraciones del 45 aniversario que congregaron a más de medio millón de organizados en nuestro movimiento y resultaron auténticas fiestas populares que demostraron a todo México una sólida organización de masas con gran arraigo popular, son prueba de que quienes nos atacan equivocaron el camino y que a pesar de la feroz campaña mediática, los antorchistas no hemos dudado ni un solo momento sobre lo certero de nuestra acción colectiva para resolver a futuro los grandes males de la patria.
Otra prueba de nuestra firmeza de convicciones la constituyó la lucha que dimos durante más de 12 días a las afueras del palacio legislativo y a pesar de no haber logrado se etiquetaron recursos para obras y servicios, lo más importante fue desenmascarar a los ahora morenistas quienes se dicen defensores del pueblo pero que en la práctica se negaron a demostrarlo con acciones que reditúen en mejoras para pueblos y colonias.
No hay duda, la situación es bastante complicada para la mayoría de los mexicanos, va quedando claro que la única vía para enfrentar la adversidad es la unión y la lucha, por ello resulta necesario que cada uno de los activistas, de los dirigentes de grupo, de que los antorchistas en general nos dispongamos a cerrar filas, a multiplicar nuestro número y convocar a todo aquel que nos quiera oír a trabajar unidos sabedores que solo de la entraña del pueblo surgirá el gigante social que desenmascare a los falsos redentores y ponga en su lugar a los verdaderos representantes del pueblo, por tanto manos a la obra. ¡No olvidemos el que persevera alcanza!