Rendición de cuentas debe constituirse en verdadero ejercicio republicano: MC
Zacatecas, Zac.- El Poder Legislativo inicia hoy la glosa del primer informe de gobierno de Miguel Alonso Reyes, pero ante las prácticas retrógradas, antidemocráticas y excluyentes que se presentan en esta Legislatura, impulsadas perversamente desde otro poder, que impidieron que Movimiento Ciudadano (antes Convergencia), pudiera ejercer su derecho de hacer uso de la Tribuna para expresar libre y democráticamente su postura, tratando de acallar a esta corriente ideológica legitimada por la voluntad popular, la diputada María de la Luz Domínguez Campos presenta ante el pueblo de Zacatecas a través de los medios de comunicación la siguiente postura:
La rendición de cuentas debe constituirse en un verdadero ejercicio republicano donde prevalezca el diálogo democrático, directo y transparente entre los integrantes del Poder Legislativo y el titular del Poder Ejecutivo. Debe dejarse de simular y temer al debate parlamentario franco. Por lo tanto, son necesarias las reformas constitucionales para obligar al encuentro republicano y democrático entre gobernador y diputados.
Toda obra de gobierno descansa en el trabajo realizado por gobiernos anteriores y miles de zacatecanos. Entre una y otro existe un mismo hilo de conducción histórica, de tal modo que la obra realizada con antelación constituye la base indispensable del trabajo actual. Por lo tanto, justo es reconocer que antes de nosotros hubo generaciones de zacatecanos y gobiernos que se esforzaron, cada uno en su tiempo y en sus circunstancias, por labrar la grandeza de nuestra entidad federativa.
Nada más contrastante con el espíritu republicano del que fue tan respetuoso Don Benito Juárez, que la actitud soberbia e insultante del gobernante que atribuye todo avance, sólo a su excepcional talento e inteligencia superior, y todo error, fracaso u omisión, al gobierno precedente o la carencia de recursos.
En tiempos de dificultades como las que hoy experimenta nuestro pueblo, se requiere de quién lleva sobre sus espaldas la responsabilidad de conducir por buen sendero la vida de los zacatecanos, una actitud prudente, inteligente y mesurada, ajena a los falsos protagonismos, a la ilusa vanidad y el culto desorbitado a la persona.
Y ésto es lo que no ha ocurrido en este primer año de gobierno. Se perciben en la sustancia y el estilo del gobernante protagonismo exacerbado, recurrencia a una publicidad que exalta hechos no comprobables, y una peligrosa tendencia al autoritarismo y la exclusión del adversario, cuando los complejos tiempos urgen al acuerdo en lo fundamental de todos los actores políticos y a la acción concertada de gobierno y sociedad.
En los dos asuntos que fueron acertadamente presentados durante la campaña electoral por el hoy titular del Poder Ejecutivo, como los más importantes compromisos a atender: Freno a la inseguridad y generación de empleo, es donde menos resultados positivos se registran. Zacatecas ha pasado de ser el estado considerado en la década de los noventas, como el más seguro del país, a uno de los más peligrosos para sus habitantes y quienes nos visitan. Gobiernos extranjeros recomiendan a sus connacionales no transitar por nuestro territorio. La bizarra capital del Estado es señalada por especialistas como la número trece en inseguridad, de entre un total de 130. Jalisco y Zacatecas son calificados hoy, como sinónimo de violencia extrema, el campo de batalla predilecto de bandas delincuenciales confrontadas.
La paz es un bien ausente en nuestra patria chica. No existe en las calles, tampoco en los hogares y menos aún en las conciencias. Constituimos una sociedad bloqueada por el miedo y por la incertidumbre.
El empleo digno, productivo y bien remunerado para tanto joven que lo necesita, no aparece por ningún lado. Resulta patética la publicidad gubernamental que promociona el establecimiento de exclusivos almacenes comerciales, cuyas mercancías solamente podrá adquirir una minoría de consumidores, como alivio al extendido problema de la desocupación, cuando lo que provocarán es lo contrario, la quiebra de pequeños y medianos comerciantes y empresarios, incapaces por razones obvias de hacer frente a la competencia desleal.
Nada más alejado de nuestra intención que tratar de sacar ventajas políticas de una situación que agravia a nuestro pueblo. No, lo que pretendemos es llamar la atención sobre estos graves problemas de Zacatecas, para enfrentarlos con altura de miras y una clara voluntad de cooperación entre todos. Siempre hemos sido partidarios del diálogo y no de la confrontación inútil.
En una declaración conjuntamente elaborada por los partidos de la Revolución Democrática, del Trabajo, Movimiento Ciudadano y respetables organizaciones sociales y de ciudadanos pertenecientes a distintos sectores de la sociedad, y recientemente dada a conocer, se hace una certera alusión al problema de la inseguridad, que es conveniente reproducir en esta ocasión:
“…Consideramos –se expresa en el documento- que ha llegado la hora de dar a la lucha contra la delincuencia organizada, específicamente en su modalidad de producción, distribución y venta de estupefacientes, un giro radical. Aceptando, por principio, que se trata de un fenómeno complejo cuya solución o atenuación no se logrará solamente con la persecución y represión de los delincuentes por las fuerzas del orden, sino trabajando sobre las causas que lo originan o por lo menos lo favorecen:
La ausencia de políticas que promuevan empleo, bienestar e iguales oportunidades y seguridades para todos…profundos desequilibrios sociales e inadmisible concentración del ingreso…repetición de hechos delictivos que han quedado impunes…debilitamiento de las instituciones de justicia…declive del estado de Derecho…indiferencia del sistema educativo que, no obstante la magnitud de la tragedia, no cumple con su obligación elemental de educar e infundir sanos valores para la convivencia…una subcultura que exalta la delincuencia y la promueve como paradigma…la criminalización, estigmatización y marginalización de los consumidores de estupefacientes, dando a éstos un trato de delincuentes y no de pacientes…”
Se requiere de una nueva y correcta percepción del fenómeno de la delincuencia organizada y de sus repercusiones en la vida colectiva que reconozca su integralidad y, a partir de este reconocimiento, propicie el diseño y la puesta en marcha de nuevos y más eficaces mecanismos que atenúen sus efectos perniciosos.
Es necesario, como lo proponen los partidos y organizaciones declarantes, que los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, convoquen a un examen serio, responsable e incluyente, del fenómeno de la inseguridad y la violencia, del cual surjan conclusiones válidas y concretos compromisos para combatirla.
Por lo que se refiere al tema del empleo, es preciso reconocer que no existe en nuestra entidad federativa oferta suficiente de trabajo, ocupando el 5° lugar con mayor desocupación de la población económicamente activa y la poca que se ofrece no cumple con lo que ordena el artículo 123 de la Constitución. Recordemos que cada día se pierden en el país 6,000 empleos y, como consecuencia, crece el número de jóvenes frustrados que son cooptados por la delincuencia.
Urge, por tanto, la elaboración de una política de Estado dirigida a generar trabajo digno, socialmente útil y justamente retribuido. Urge poner en tensión todas las fuerzas para enfrentar retos y construir futuro.
Solamente con la unión sincera de todas las fuerzas políticas y sociales que actúan en el Estado y con la firme voluntad de los ciudadanos que en verdad aman a Zacatecas, será posible poner un alto a los problemas y limitaciones que obstaculizan la marcha de nuestra entidad federativa hacia niveles más elevados de progreso. Invito a todos los legisladores a que hagamos una pausa en nuestras diferencias y realicemos, todos juntos, sin egoísmo, con genuino sentido de solidaridad, un gran esfuerzo para propulsar a Zacatecas a un nuevo y mejor estadio de su desarrollo.