Reforma Electoral disminuirá costo de la democracia en México
CAMERINO ELEAZAR MÁRQUEZ MADRID
La democracia en México es 18 veces más cara que en promedio en el resto de los países de Latinoamérica y es urgente tomar medidas contundentes que ayuden a hacerla más barata.
La Reforma Electoral, que propone crear el Instituto Nacional de Elecciones (INE) y desaparecer a los institutos y tribunales estatales, no sólo significa la posibilidad de contar con elecciones independientes de los gobernadores y los congresos en los estados, también representa un ahorro importante para el Estado mexicano.
Actualmente existe un órgano nacional que conocemos como el Instituto Federal Electoral (IFE), en el que descansan las principales actividades electorales del país.
Entre las actividades que realiza el IFE están actualización y resguardo del padrón, expedición de credencial para votar, entrega de prerrogativas a los partidos, administración de tiempos en radio y televisión y franquicias postales.
Sin embargo, a pesar de que el Instituto Federal Electoral lleva a cabo de manera central estas actividades para elecciones locales y federales, las jornadas electorales en los estados son organizadas por institutos locales, lo que implicó en los últimos procesos electorales un gasto de 10 mil 526 millones 106 mil 553 pesos.
Ese gasto es igual al costo de los comicios federales, que ascendieron en 2012 a 10 mil 661 millones 413 mil 649 pesos, monto que resulta una duplicidad de gasto para el país si tomamos en cuenta que los estados cuentan con estructura electoral nacional y local, mismas que incluso comparten espacios en elecciones concurrentes, pero que cuestan de manera independiente.
Por otro lado, la Reforma Electoral plantea que no es necesario contar con Tribunales Estatales, actualmente el costo de operación de estos órganos jurisdiccionales suman $700 millones 359 mil 938 pesos, los cuales se podría ahorrar el Estado.
Una parte fundamental del nuevo modelo electoral de país será la obligación del Instituto Nacional de Elecciones de tener una administración eficiente, transparente y austera, ya que recientemente el Instituto Federal Electoral fue evidenciado por un estudio realizado por la empresa Deloitte de hacer diversos gastos que le implican un costo adicional de dos mil millones de pesos en seis años.
En su momento, esos gastos fueron denunciados por la Contraloría del Instituto Federal Electoral.
En América países federalistas como Brasil, Argentina, Canadá y Venezuela tiene autoridades únicas que organizan las elecciones, lo que implica un ahorro importante en la realización de las mismas.
En México tomando en cuenta los estudios mostrados por Deloitte y la Contraloría del IFE considero que con una administración eficiente del Instituto Nacional podríamos aspirar a ahorrar los más de 11 mil millones de pesos que gastan los institutos y los tribunales estatales en la organización de los procesos electorales locales.
En los últimos días hemos sido testigos de las múltiples manifestaciones en contra de la creación del INE que han sido vertidas por los presidentes de los órganos electorales en las entidades, inclusive por parte de gobernadores, entre ellos el de nuestro estado.
Los argumentos de los opositores al INE es que se vulneraría el federalismo, que se quitarían fuentes de empleo y que se desperdiciaría el conocimiento de quienes por años han trabajado en los órganos electorales. Yo no creo eso. Se trata de un pretexto para intentar mantener cotos de poder, manipulando resultados, y, por qué no decirlo así, hasta la preservación de sus trabajos.
El ahorro de más de 11 mil millones de pesos por la desaparición de institutos y tribunales electorales bien serviría para atender las necesidades urgentes de los millones de mexicanos que se encuentran en extrema pobreza.
Adelgazaría la nómina burocrática, que a lo largo de los años significaría miles de millones de pesos en ahorro de sueldos y supresión de cuantiosas prestaciones a las que sólo unos cuantos tienen derecho, mientras la mayoría del pueblo carece de lo más elemental.
La existencia de un órgano rector que organice todas las elecciones en el país es una fórmula probada, como ya lo mencioné líneas arriba, en otras naciones y si en ellas funciona, también en México.
Estoy convencido de que las fórmulas exitosas en otras naciones puede aplicarse en este país, claro, con las consecuentes adaptaciones a nuestras necesidades. No tenemos que inventar el hilo negro, tenemos que adaptarlo y mejorarlo.
Representante del PRD ante el IFE