Reforma educativa, renovado pacto federal y la escuela nueva

* En materia educativa Zacatecas no puede quedar secuestrada en las mafias y las resistencias

* La agitación profesional y la intolerancia no son salidas ante los problemas educativos

* La convocatoria al diálogo de Aurelio Nuño que por ningún concepto se debe rechazar

MANUEL IBARRA SANTOS

Los temas educativos han hecho fuerte presencia en la agenda mediática de los últimos días, hasta saturarla. En ocasiones parece que se impondrá la racionalidad y la civilidad. En otras, la sombra de la agitación profesional, de la intolerancia y la insurgencia hacen su aparición. Pero lo importante es que prevalezca el espíritu de respeto a la Ley.

El acuerdo Aguascalientes firmado recientemente (18/11/2015) con la participación comprometida de los gobernadores de la región occidente del país, entre los que estuvo el mandatario de Zacatecas, perfiló un nuevo pacto federal para impulsar con determinación todas las vertientes de la reforma educativa nacional, que hoy es mandato legal.

Ese acontecimiento de relevancia indujo <obligó, hay que decirlo> al mismo gobernador Miguel Alonso Reyes a redefinir  su posición pública en relación a la reforma educativa, al extremo de tener que expresar él personalmente su aval a las disposiciones legales de la evaluación al desempeño docente y ordenar los apoyos logísticos  indispensables para su realización, que en mucho superaron la acción de las dependencias del sector, desbordadas por la resistencia de un sector muy focalizado del magisterio.

En la reunión con los mandatarios de la región occidente, El Secretario de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño formuló  las directrices de esta reforma, tal vez la más importante de todas en el país, y puso en el centro el compromiso  de promover la creación de una nueva escuela, con autonomía de gestión, para convertirla en el pivote de la enseñanza de calidad.

Abrevando en las fuentes de la historia y quizá retomando el pensamiento de José Vasconcelos, quien promovió los valores de la educación rural mexicana a inicios del siglo XX, Aurelio Nuño convocó ahora a gobernadores,  docentes,  investigadores,  sindicatos,  padres de familia y a la sociedad  a contribuir a la fundación de una escuela nueva que sea espacio para la transformación económica, política y social de la nación.

Pero cómo hacerlo, si por olvido y abdicación del propio Estado Mexicano, la escuela por su inadecuada organización pedagógica y administrativa (por la falta de apoyos),  es parte del sonado traumático fracaso educativo que vive México.

Condiciones de las escuelas en México y en  Zacatecas:

En la República el sistema educativo tiene más de 240 mil planteles y en Zacatecas asciende aproximadamente a 5 mil 300 y de ellos,  en promedio el 70 por ciento están en condiciones físicas de deterioro; adicionalmente en la entidad más del 50 por ciento de las escuelas primarias no cuentan con la conectividad para aprovechar el uso de las tecnologías de la información y conocimiento, que son un puente de transición entre marginalidad y progreso.

Pero para que una escuela funcione no sólo requiere de infraestructura y equipo; necesita también de planes y programas con contenidos significativos y relevantes. Existe otro componente para que la institución escolar trabaje bien, que es su alma y motor: profesores disciplinaria y profesionalmente bien formados, comprometidos con el aprendizaje  de niños y jóvenes, pero además que sean reconocidos, respetados y dignificados en su trato por el estado y la Sociedad.

A Aurelio Nuño le ha faltado precisar en términos concretos el perfil de nueva escuela que él y el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, demandan  para forjar una  mejor nación. Tal vez aquí es donde tiene  relevancia la convocatoria que el funcionario federal ha hecho para emprender un amplio diálogo por una educación de calidad, que nadie por intolerancia, por obcecación y menos por mezquindad política puede rechazar.

Zacatecas no puede quedarse en la línea de la agitación y de las resistencias absurdas

Existe otro tema preocupante en la materia: mientras en otras entidades de la República se ha aprovechado la coyuntura de la reforma educativa para avanzar por el camino del acuerdo y la negociación de mayores apoyos presupuestales,  en Zacatecas se ha optado, en un sector marginal del magisterio, por la línea de la resistencia y el choque. Y en esa práctica nos podemos quedar entrampados, sin avanzar, lo cual sería  peligroso para la sociedad.

Es verdad que por razones legales y de legitimidad política se debe escuchar la pluralidad de todas las voces, pero también es cierto que la sociedad no puede quedar paralizada por la dinámica de la agitación, y menos cuando el porvenir de Zacatecas depende de una oferta de educación de calidad.

Por lo pronto Zacatecas se ha quedado en el contexto nacional en la ruta de las resistencias, al no procesarse con racionalidad las vertientes de la reforma educativa, en tanto otras entidades ganan terreno y ventajas estratégicas al negociar apoyos y presupuestos extraordinarios. Qué nos ha faltado: ¿será acaso información, sensibilización y proyecto, para hacer de esta una oportunidad y superar los fuertes problemas educativos de Zacatecas?

Hay que evitar por lo tanto que la educación quede secuestrada por la agitación, de grupos y mafias, lo que mucho nos dañaría, y reconocer que en la entidad urge un gran pacto plural por una enseñanza de calidad en todos los niveles.

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