Reflexión del voto
CAMERINO ELEAZAR MÁRQUEZ MADRID
Cada vez están más cerca los procesos electorales 2015 y en este contexto es necesario analizar la situación que vive actualmente México, caracterizada por una profunda crisis económica, política, social y de seguridad que nos arrastra hacia un laberinto.
Hago referencia a esta crisis porque en sólo cuatro meses, el 7 de junio, la ciudadanía deberá elegir a quienes serán sus representantes en la Cámara de Diputados.
Además, en fechas diversas se renovarán nueve gubernaturas, 16 congresos locales, 887 alcaldías y 16 delegaciones de la capital del país.
Así que ahora es el momento preciso para llamar e invitar al electorado para analice los resultados del gobierno federal priista y al salir a las urnas emita un voto reflexivo y razonado.
El fracaso del gobierno que encabeza Enrique Peña Nieto es evidente. Las mentiras que contó en campaña hoy se desenmascaran y vemos el incumplimiento de sus compromisos firmados ante notario público.
Tenemos que recordar también que hace dos años él “ganó” las elecciones federales realizando una campaña de dádivas, comprando el voto y repartiendo despensas y electrodomésticos.
Se vio envuelto en escándalos por la utilización de recursos públicos y de origen poco claro en su campaña; además, no olvidemos el reparto de las tarjetas Monex y de Soriana.
Su llegada a Los Pinos se da sin la legitimación requerida y, peor aún, ya en la Presidencia de la República nuevamente se ve envuelto en escándalos, ahora por la posesión de millonarias residencias que, se sospecha, fueron obtenidas a cambio de favores a empresarios por la asignación de obra pública de altos costos. Es decir, promueve y fomenta la corrupción.
Otro fracaso de Peña Nieto es no haber alcanzado la transformación de México que tanto prometió, desaprovechando la oportunidad de oro que tuvo en sus manos cuando los partidos políticos le brindaron su apoyo para llevar a cabo las reformas estructurales en materia político-electoral, energética, financiera, de telecomunicaciones, fiscal y de seguridad social y pública.
Esas reformas que para muchos representaban una panacea para México fueron desperdiciadas y en cambio se convirtieron en un botín político para unos, y un punto de confrontación para otros. Como ejemplo baste mencionar la Reforma Energética, con la que entregó los hidrocarburos, nuestro patrimonio, a la iniciativa privada extranjera, consolidando con ello el despojo de la nación.
La Reforma Fiscal fue otro de sus declives, pues lejos de incentivar el pago de impuestos y ampliar la base tributaria, acosa a los mismos y pocos contribuyentes.
Con las decisiones tomadas por Peña Nieto y con los casos de corrupción descubiertos recientemente comprobamos que él sigue representando al sistema dinosaurio del PRI, en el que los intereses de unos cuantos prevalecen sobre los de todo el pueblo.
En seguridad pública la situación empeora. No sólo por los 43 normalistas desaparecidos, cuyo caso traspasó las fronteras, sino porque ya son más de 22 mil las personas desaparecidas.
Las mujeres y hombres que viven en pobreza y pobreza extrema no han registrado ninguna mejoría, la juventud sigue sin oportunidades y los grupos en condiciones de vulnerabilidad continúan igual.
En la macroeconomía nuestra situación empeora con la caída en los precios del petróleo y los metales, a lo que se suma el alza en el dólar, que a finales de diciembre superó la barrera de los 15 pesos.
Todos y cada uno de los factores arriba mencionados deberán ser tomados en cuenta por los votantes al momento de sufragar, pues con su decisión determinarán un cambio en el rumbo del país, porque es insostenible continuar por la misma ruta, que nos llevará directo al fracaso.
En ese contexto, la izquierda mexicana se alza como una opción real para el electorado, pero es necesario reconocer que las y los votantes apostarán por una izquierda unida, democrática y consolidada.
En el Partido de la Revolución Democrática debemos continuar trabajando para ganarnos la confianza de la población, abanderar sus demandas y necesidades; así como fomentar la diversidad de las ideas para encontrar soluciones a los grandes conflictos que sufre el país.
En la medida en que logremos este cambio al interior del Sol Azteca también alcanzaremos la confianza y el voto ciudadano.
El tiempo se acorta y el trabajo se intensifica, pero estoy seguro que vamos por el camino correcto y que obtendremos el sufragio del electorado, para ser sus representantes populares y gobernantes.
*Consejero Nacional del PRD