Radar Electoral 2018: Verónica Trujillo evidenciaría triunfo arreglado en el Distrito 2
GABRIEL CONTRERAS VELÁZQUEZ
“Los candidatos de mi distrito no están haciendo campaña. No los conocen, la gente no sabe quiénes son”. Contundente, como es, Verónica Trujillo pone el cascabel en el gato: “¿Qué están esperando? ¿Ya negociaron? ¿Ya le pusieron un precio [al voto de la gente]?”.
La aspirante del Frente PAN-PRD-MC al Distrito 2 (Zacatecas, Morelos y Calera), ha vivido una campaña en el desamparo del partido que la arropó. Y es que los albiazules, acostumbrados a las etiquetas de grupo y la exclusión, nunca quisieron apostar por su candidatura pues pensaron que esa diputación nacía perdida.
A días de la visita de Amalia García al estado que gobernó del 2004 al 2010, Verónica vive momentos de traición. En la reunión donde la ex gobernadora hizo extensivo su apoyo a los cachorros con que un día gobernó (Nicolás Castañeda y Javier Calzada), con sorpresa la candidata panista conoció que el partido utilizó sus estructuras de voto para alimentar el evento de Morena.
Un golpe fuerte al trabajo y la presencia que Verónica le ha inyectado al Distrito segundo, donde Juan Francisco del Real intenta venderse como el triunfador único apadrinado por el partido en el gobierno. Juan Francisco nunca ha sabido disimular las formas y, descuidado, evidencia en público y en privado que “el gobernador se la debe y tiene todo amarrado”.
Pese a ello, su candidatura simplemente no genera un acercamiento real con los votantes. Las encuestas optimistas lo ponen apenas a 3 puntos encima de Morena, y a 4 puntos de Verónica. En términos concretos a eso se le llama empate técnico. No debería cantar victoria tan temprano.
Su triunfo entonces estaría “amarrado” con alfileres, y la estructura priista en Morelos lo sabe porque apenas hace unos días Juan Francisco buscó acordar con Alejandro Menchaca, un empresario vinculado a Ricardo Monreal hasta antes de la campaña, y que tuvo que huir de Morena porque el delegado de la Cuauhtémoc lo hizo a un lado en la designación de candidatos.
El ex jefe de la Oficina del Gobernador vio en el PAZ de Nacho Fraire, una posibilidad de darle viabilidad a su triunfo. Los tricolores en Morelos reprobaron a su propio candidato pues, dicen, traicionaría al mismo gobernador con tal de asegurar su futuro político en la Legislatura del estado. De otra manera, la derrota lo dejaría en el olvido y en algún puesto de medio pelo.
Verónica funda sus sospechas además en el cambio de actitud de la oposición. Durante la precampaña Alfredo Femat y David Monreal gritaron a los cuatro vientos (sin pruebas, como siempre) que el gobernador Alejandro Tello tenía las manos metidas en el proceso electoral.
Ahora, en entrevista con un noticiero local, Ricardo aseguró que Tello no interviene en la elección (y confirma que a este día no tienen evidencia de lo contrario), como sí lo hizo en su momento Miguel Alonso. De ahí que la aguerrida candidata comience a detectar indicadores de comportamientos atípicos. Hasta ahora, esos indicadores apuntan a que el triunfador del Distrito 2 buscarían salga por consenso, no por los votos.
El silencio sepulcral de Noemí Luna Ayala, Arturo Ortiz y Felipe Álvarez, hace parte en el probable juego de traiciones. Pero llama la atención particularmente la postura de la panista que no asume su propio liderazgo, y como en política los vacíos se llenan, Pepe Pasteles se ha fortalecido de la ausencia de Noemí.
En próximos días sabremos hacia dónde apunta la brújula de Amalia. Ya intentó negociar en Morena preferencia de trato para Rafa Medina Briones, su primo y ex secretario particular en la administración que encabezó, pero de manera infructuosa.
Ahora con Javier Calzada ¿buscará nuevamente el consenso con Ricardo Monreal o escucharía lo que tiene que decir Juan Francisco del Real? Lo que es seguro es que Verónica no guardará el silencio que ellos preferirían tener para que los consensos aterricen con tranquilidad. El Distrito 2 se pone bastante interesante.
Lolo con paso firme al triunfo
En tiempos de apertura, diálogo, periodismo de investigación y análisis, uno esperaría que los políticos asumieran una postura menos autoritaria. Aquellos tiempos de “ni los veo, ni los oigo” de Carlos Salinas, o del “yo no leo periódicos porque me deprimen” de Fox, uno esperaría que quedaran en el pasado.
Sin embargo, políticos como el priísta Víctor Armas Zagoya, que prefiere mutar las voces críticas y hacer como si no existieran, demuestra que la vena autoritaria sigue presente en nuestro país.
Pero mientras el nervioso candidato bloquea en Twitter a quienes no piensan como él, y a quienes demuestran su actuar fuera de la legalidad, evidenciado su intolerancia, el aspirante del PT en el Distrito 3, Lolo Hernández, lanza un llamado al respeto a la libertad de opinión y de expresión.
Aquí se dijo, desde el inicio de la campaña, que Lolo Hernández privilegiaría el toque de puertas y las reuniones vecinales, pues aprendió de su experiencia pasada que las campañas no se ganan en los eventos llenos de propaganda, sino convenciendo de voz en voz.
Y si algo deja ver el trabajo del petista es que la gente está convencida del cambio en el municipio de Guadalupe. Hay expresiones de júbilo y confianza, la gente se muestra empática con el candidato, y el ingeniero les responde con compromisos y la seguridad de que en la Legislatura todos los guadalupenses tendrán cabida.
El mismo Ricardo Monreal se siente cómodo en la presencia del candidato. Y nadie le cuenta al fresnillense, pues en los mítines la gente reconoce a Lolo con quien anteriormente han platicado en las colonias y barrios del municipio.
Lolo no ha necesitado cargar su discurso a los jóvenes. En cambio Víctor Armas insiste en conquistar el sufragio de los nuevos votantes, pues ese sector es el que menos negativos tiene de su imagen, ya que no recuerdan el chueco andar del priista ex verde en la política zacatecana.
Al petista, en cambio, se le ve interactuando con los jóvenes, las madres de familia, los adultos mayores, los atletas, los futbolistas, e incluso con algunos indecisos que encontraron en Lolo la opción de cambio que quieren ver en Guadalupe. El PT estaría a días de meter al congreso a uno de sus diputados de mayoría relativa. La irritabilidad de Víctor Armas confirma el panorama.
Twitter: @GabrielConV