Radar Electoral 2018: La pelea por la capital de Zacatecas se reduce a dos opciones

GABRIEL CONTRERAS VELÁZQUEZ

La lucha por la capital de Zacatecas es entre dos frentes: Cuauhtémoc Calderón Galván y Ulises Mejía Haro. El debate organizado por la autoridad electoral el día de ayer, no dejó lugar a dudas. Con una sección de “preguntas de redes sociales” improvisada y compuesta por cuestionamientos que más bien parecía las acababan de inventar, el IEEZ por fin entregó el ejercicio de ideas.

Para quienes han seguido los encuentros entre candidatos, así como sus plataformas electrónicas, los aspirantes tuvieron la oportunidad de escuchar una vez más el contraste entre proyectos viables e ideas sacadas de la chistera. También atestiguamos, otra vez, la exagerada teatralidad de Rodrigo Román “El Ro”. En la elección se dedicó a buscar llamar la atención, con alocuciones retóricas, estridentes y llenas de buena fe.

Conocimos a Verónica Alejandra Bautista Valerio, abogada no litigante y maestra de inglés en la escuela de lenguas del Tecnológico de Monterrey. La aspirante de Nueva Alianza esperó su momento triunfal en la campaña para utilizar la conocida estrategia de desgaste de punteros. Y su jugada tuvo algo de lógica, ya que en la elección 2016 los turquesas apenas colectaron 950 votos en toda la capital. Les urge captar votos, aunque no expusieran propuesta alguna.

No contaba la aliancista con la destreza política de Cuauhtémoc Calderón, su principal objetivo de ataque, pues en una réplica de minuto y medio o menos, el candidato del Verde Ecologista le recordó que actualmente su partido mantiene una coalición de facto con Andrés Manuel López Obrador, insinuando con ello que sus embestidas pudieran estar patrocinadas por Ulises Mejía, el muchacho al que no le gusta ensuciarse las manos y manda a otros a hacer el trabajo sucio.

Fue entonces cuando Verónica modificó el discurso y abrió fuego ahora en contra de Ulises. Entonces el cachorro de David Monreal aprovechó para subrayar que más bien la estrategia de desgaste surgía precisamente desde el partido de Julio César Nava, a quien también se le notó desesperado, molesto, agazapado y traicionado.

Desde su esquina, el que un día fue incondicional de Simón Pedro de León, dedicó buena parte de sus intervenciones a lamentarse por la más reciente desincorporación de su estructura de voto. Víctor Miranda, gimoteó Julio, es un traidor listo para vender la lealtad que juró a Ulises, pues si en poco tiempo cambio de bando del PRI al Verde, del Verde al PRI, y del PRI a Morena lo más normal era que vendiera su fidelidad en otro espacio.

Como si Julio mismo no hubiera traicionado anteriormente, el priista entró a la guerra sucia. Con ello mostró que no estaba a la altura del reto pues tuvo pegar para restar, ya que las sumas en su partido son nulas.

Se le olvida que apenas antes de ser ungido candidato tricolor, Julio ya trabajaba con Miguel Alonso un frente de resistencia a las decisiones políticas de Alejandro Tello como primer priista de Zacatecas, las cuales calificaban –y califican- ambos como traiciones. Mala memoria.

De esa manera, Julio reduce de una vez sus posibilidades de jugar un papel protagónico en la contienda por el ayuntamiento capitalino. Escuchó el ruidoso canto de las sirenas y, dolido de orgullo por la reciente traición de Víctor Miranda, prefirió mostrar una imagen semejante a esa parte negativa de la marca PRI, que tanto resienten hoy los ciudadanos con el voto de castigo. Así concluye su aventura electoral.

A catorce días de la elección, Cuauhtémoc ha mostrado la campaña más sólida. Su equipo ha sido el mejor aliado en todo momento. Decidió construir con personajes destacados por su trabajo, cada uno desde sus trincheras. Su imagen y sus discursos no dejan duda de ello.

Como se advirtió aquí hace unas semanas, a Calderón Galván le tocaba desactivar bombas en este debate, y Verónica Bautista se encargó de lo que el aspirante Verde sabía de antemano. Con ello confirma que Cuauhtémoc es un objetivo a vencer.

Ulises, en su curiosa sonrisa fingida, vuelve a ofrecer ideas abstractas y algunas obviedades. De ahí que exponerse al debate organizado por universitarios sólo le abonaría al deterioro de su imagen. Su ausencia buscó evitar más golpes a su imagen abollada.

Con propuestas más factibles en materia de turismo y vialidad se le vio a Alejandro “Lato” Carrera, del Partido del Pueblo que al propio cachorro monrealista. Lato Carrera se estrena como candidato en un momento difícil ya que, sin dinero para la campaña por la ineptitud de la autoridad electoral apenas ha tenido oportunidad de pulir su discurso en actos proselitistas.

Pero incluso así, hubo momentos en que el del Partido del Pueblo superó en propuestas a Mejía Haro, quien se dedica a repetir insistentemente la palabra “esperanza”, “corrupción”, “honestidad”, tratando de asemejarse a Andrés Manuel López Obrador, su única ancla para un triunfo que ahora ya no se ve tan cercano.

Por cierto, quien le haya dado la bendita idea a Mejía Haro de proyectar publicidad electoral desde su restaurante de alitas a un edificio aledaño, en el primer cuadro del Centro Histórico, lo metió en buen borlote. Campaña de espontaneidades al fin.

Ulises carece de un perfil gobernante, y no es poca la prensa que, en corto, ya lo identifica algo “alzado”, petulante. ¡Imagínelo ganador… probablemente insoportable!

¿Alguna información en su radar? Con gusto la recibimos en el correo [email protected]

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