¿Quién vigilará a los vigilantes?
OMAR REYES
La protección de los datos personales es un asunto de interés público generalizado en cada uno de los que habitamos y somos partícipes de las actividades de una sociedad. ¿Por qué? Porque el control de la información que damos a conocer es un derecho de cada individuo, así como la certeza de cómo se maneja esta misma cuando es entregada a terceros.
Cada que se celebra un contrato por algún servicio o se efectúa una operación de compra-venta, inequívocamente se hace entrega de información, la cual puede llegar a ser sensible. Datos tales como el domicilio, claves de elector, RFC, CURP, números de cuentas bancarias, información laboral entre otros; que de caer en manos equivocadas podrían ocasionar un enorme dolor de cabeza.
Es por eso que desde 2010 el Congreso de la Unión en México aprobó la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares, la cual busca ser un instrumento que brinde certeza y protección a las personas que por cualesquiera que sean los motivos hacen entrega de información sensible; que a través de un marco normativo provee de lineamientos a obedecer y de sanciones a las cuales se vuelven acreedores quienes no las cumplen.
¿Les suena lo del “Aviso de Privacidad”? Es una de las varias obligaciones que deben cumplir quienes manejan este tipo de información. Es un instrumento más que genere confianza y tranquilidad (o al menos eso pretende) a quienes se ven inmersos en esta dinámica de transmisión de información personal o sensible.
Es de verse con buenos ojos que la autoridad genere los instrumentos que permitan velar por la seguridad de la información personal en manos de particulares pero… ¿Qué sucede cuando la falla está del otro lado? ¿Quién tira la primera piedra?
Transcurría el gobierno de Ernesto Zedillo cuando éste buscaba tener un arma que le permitiera combatir de una manera más eficaz el entonces disparado robo de vehículos, así como la desmedida entrada al país de éstos de forma ilegal. Entonces surgió la brillante idea de generar un padrón (sí, uno más) que contara con la información detallada de cada coche fabricado, importado y vendido en el país; así como de sus propietarios. Así nació el RENAVE o Registro Nacional de Vehículos.
Sin embargo no pasó mucho tiempo antes de que se supiera que la información contenida en dicho padrón había caído en manos de las bandas organizadas al robo de vehículos, las cuales ahora ya sabían con lujo de detalle quiénes tenían y en dónde estaban los mejores vehículos en México. Si no fuera eso suficiente su mismo director (Miguel Ángel Cavallo) fungía como tal con un nombre falso y era buscado en el extranjero por delitos que iban desde el fraude y la malversación hasta el terrorismo y genocidio. El RENAVE no vivió mucho después de eso.
Pero como en este país nunca aprendemos la lección, varios años después y ante el alarmante crecimiento de las llamadas de extorsión y amenazas telefónicas, se propuso la creación de un nuevo padrón. Este nuevo listado contendría toda la información de los teléfonos móviles del país y de sus propietarios. Así nació el RENAUT o Registró Nacional de Usuarios de Telefonía.
Como podrán imaginarse extrañamente no pasó mucho tiempo antes de que este padrón cayera en manos de la delincuencia organizada, la cual ahora ya tenía un registro fidedigno de a quién extorsionar y a dónde llamarle. Dicha lista podía conseguirse hasta en los puestos callejeros donde venden películas y software pirata, así de manera instantánea también empresas dedicadas al mercadeo y publicidades telefónicas entre otros ya tenían una jugosa arma para acosar a personas desprevenidas para vender insospechados productos. El RENAUT no duraría mucho después de eso. Incluso se hizo un acto donde supuestamente se destruyó dicha base de datos… ¿Se habrán destruido mágicamente también todas las copias vendidas en las calles y en manos de la delincuencia?
El más reciente tropiezo en este lastimoso historial de irresponsabilidad viene cortesía del IFE. No es nuevo que se lucre de forma indebida con el Padrón Electoral, que esté en manos de los partidos para su operación política o que se venda por las calles y hasta en la Internet. Aquí mismo en Zacatecas en 2010 se detuvo a alguien que comerciaba con él en sitios de subastas en línea. Pero siempre hay alguien que va más allá…
La semana pasa el IFE anunció que presentó una denuncia ante la FEPADE (Fiscalía Especializada para Delitos Electorales) de la PGR en contra de los autores y operadores de un sitio web el cual permite realizar búsquedas de personas y obtener toda su información detallada, la cual presumiblemente viene de la base de datos del mismo IFE, así como de algunas cuantas otras.
Así de maravillosa es ahora la tecnología que con sólo teclear el nombre de cualquiera en este país uno puede obtener el número de su credencial del IFE, la CURP, edad, domicilio, RFC y demás información que evidentemente nada tendría que estar haciendo en la web en manos de cualquiera a quien se le ocurra buscar.
Tristemente este sitio no era de reciente creación. Desde hace meses mucha gente lo denunciaba en diversos foros en línea preguntando con tono angustiado cómo podrían borrar sus datos de dicho sitio. Evidentemente esto no era posible. No se sabe por qué alguna autoridad actúa hasta ahora. Ni tampoco se queda claro por qué el IFE y no el IFAI es quien empieza a mover la maquinaria. ¿Estará en la atribución de la FEPADE perseguir y sancionar estas acciones? ¿Es este un delito electoral acaso? ¿Y podrán hacer algo contra los creadores de tal portal que ni siquiera están en México?
Por si esto fuera poco hacen lo mismo con la información de otros países como Argentina, Chile y Paraguay. Pero lo más genial de todo es que en la página puede leerse un Aviso de Privacidaden donde entre muchas cosas habla sobre la responsabilidad con la que ellos (los creadores del sitio) manejan la información, y de la misma responsabilidad con la que deben actuar sus visitantes. ¿Qué tal? Seguramente con eso ya están cumpliendo la ley y no tendrán ningún problema. Este Aviso de Privacidad seguramente es total garantía como la ley lo demanda de que toda nuestra información está a salvo y en excelentes manos.