Pésimo el último presupuesto de la 4T

MIGUEL TORRES ROSALES

La Transformación de Cuarta (T4) va como los cangrejos: para atrás. Empezó mal con la distribución de los presupuestos federales y terminará pésimo.

Si había una mínima esperanza de que en el último ejercicio presupuestario de Andrés Manuel López Obrador se atendieran las causas de la gente, esa pequeña luz se extinguió el viernes. Ese día en la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública el oficialismo, otra vez, aplicó su mayoría para pasar la propuesta presidencial prácticamente intacta.

El oficialismo olvidó la responsabilidad que en las urnas recibió para ser la voz de la gente en la Cámara de Diputados y en su lugar aprobó, con 32 votos, un dictamen de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2024 injusto, electorero, militarizado y que atenta contra los organismos autónomos, propuesta que la oposición rechazamos con 24 negativas.

Esta semana comenzamos en el Pleno de la Cámara de Diputados el análisis del decreto del PEF, que ayer votamos en lo general y quiero explicarles por qué es indignante lo que la transformación de cuarta planea hacer para cerrar su gestión.

Por venganza, estrangulará económicamente a los órganos autónomos que le son incómodos y defienden los derechos humanos. Al Poder Judicial le recorta 6 mil 465 millones, más 15 mil millones por la extinción de 13 fideicomisos; y al Instituto Nacional Electoral (INE) le quita 5 mil 33 millones, en el año que tendrá lugar la mayor elección de la historia.

Hablando de elecciones. AMLO sí destinará una gran parte de los 9 mil millones de pesos que proyecta gastar el próximo año en sus programas sociales electoreros y en sus mega obras, cuyos precios se elevaron en 300%. Otro dato importante: el 22% de los recursos previstos en el PEF provienen de deuda pública. Es decir, está empeñando el futuro de las próximas generaciones.

Por presupuesto militarizado me refiero a la decisión del Presidente de asignar a las Fuerzas Armadas la construcción, manejo y administración de obras de gran envergadura, vías de comunicación e instalaciones portuarias y aeroportuarias.

La principal demanda de la gente es la seguridad pública. Para el 2024 el Gobierno Federal destinará la irrisoria cantidad de mil millones de pesos para atender a 800 municipios. Para visibilizar la realidad: en el 2020 se tuvo el último FORTASEG, con 4 mil millones para 286 municipalidades. AMLO no quiere combatir la inseguridad. Le propongo que el próximo año a este renglón se otorguen 10 mil millones de pesos.

Los estados y municipios recibirán menos recursos por la disminución en las participaciones de 4 mil 800 millones de pesos y de mil 492 millones, en las aportaciones. Es un mal augurio. La propuesta que hacemos en el PRD es replantear el gasto federalizado para dotarles de presupuesto.

La gota que derrama el vaso y que demuestra que a AMLO no le interesan los pobres ni los necesitados, es la asignación en el dictamen, de cero pesos para la reconstrucción de Guerrero tras los graves daños causados por Otis. Sin tener soporte en el presupuesto, sólo prevén un plan de acción por 60 mil millones de pesos, que apenas representan el 20% de las pérdidas calculadas. Nuestra sugerencia es que de los fideicomisos que maneja el Presidente se destine el 15%, unos 80 mil millones, a la reconstrucción de Acapulco.

En ese sentido será la defensa del PRD en el análisis presupuestario, para que se incluyan las necesidades urgentes de la población.