¿Panorama favorable para el abstencionismo?

GABRIEL CONTRERAS VELÁZQUEZ

En un ambiente de excepcionalidad -un tanto ajena- se desarrollan veinte días de campañas extraordinarias en la capital del estado. La prioridad para los partidos políticos redefine su naturaleza: mantener un estrecho vínculo con sus estructuras de voto duro.

No hay en el aire propuestas, argumentos, posturas, convicciones. Únicamente el testimonio de la visita a las colonias de la ciudad, donde los partidos refrendan sus compromisos –desconocemos en muchos casos cuáles sean estos- con sus votantes tradicionales.

La reticencia y el desencanto en propias filas, lo sufre en buena medida la coalición PRI-PVEM-PANAL. Distintos operadores y líderes de colonias acuden a su llamado con una actitud desafiante más que de colaboración. No son pocos los testimonios de militantes y simpatizantes que afirman que durante el proceso ordinario mantuvieron fidelidad con estos institutos, sin embargo, han atestiguado que distintos promotores de partidos de oposición –específicamente Morena- son quienes han visto mayores beneficios –ingresos y promociones en la nómina oficial- con la llegada de Tello.

Dicha paradoja conduce a la duda y cuestionamiento de los compromisos del partido con la ciudadanía que puso en el triunfo al nuevo gobernador. Tello estaba al tanto de estas irregularidades. En una entrevista con un medio local (“Nunca coartaré la libertad de expresión: Tello”, Diario NTR, 5 de octubre de 2016) el mandatario admitió las condiciones adversas anidadas en el resentimiento ciudadano. Sin embargo, el Revolucionario Institucional nuevamente se decantó por Judith Guerrero. Los discursos y señales que venían desde el gobierno estatal parecían entonces un tanto contradictorias.

Mientras, en la coalición PAN-PRD-PT los acuerdos llegaron derrapando. El registro de la candidatura de Lupita Medina a última hora recordaba la sensación de abandono con que acudieron, durante la elección ordinaria, a registrar una coalición de tintes testimoniales más que de competencia.

La incorporación del Partido del Trabajo en esta breve aventura permitirá a la candidata tener un segundo apoyo de mayor estabilidad para concluir los 15 días de campaña restantes, debido a que en el Partido de la Revolución Democrática la cesión de la candidatura a la propuesta del “Niño Maravilla”, Ricardo Anaya, desincentivó la participación de una buena parte de la izquierda del Sol Azteca.

Frente a este escenario de inmovilismo en las plataformas de los partidos, es donde los candidatos independientes podrían sumar adeptos. Claro, si es que de aquí al 30 de noviembre en algún momento presentan en concreto propuestas por las que la ciudadanía debería voltear a verse las caras, como manifiesta Emilia Pesci, y decidirse por una nueva oferta política.

Lamentablemente, el espacio de alternancia que representan los independientes no ha dado paso, en Zacatecas, a un momento de reflexión y de construcción de una candidatura sólida. Lo que hoy ponen en la mesa los independientes son críticas a la partidocracia que en nada abonan a nueva agenda ciudadana.

Ya durante la elección ordinaria Rodolfo Navarro había cuestionado las condiciones de inequidad en que participan los independientes: menos recursos públicos, menos espacios de publicidad en radio, televisión y espectaculares, topes de gastos de campaña reducidos, etcétera.

Por segunda ocasión, ahora en boca de la candidata Emilia Pesci, escuchamos el discurso de la inequidad y, por ende, de supuestas condiciones de discriminación en la etapa de proselitismo. Una crítica que se conforma con la victimización antes que la oportunidad para hacer campañas “austeras y colectivas” como lo fue la exitosa experiencia de Pedro Kumamoto en el distrito electoral de Zapopan (al que se le suma una parte del municipio de Tlaquepaque), en el estado de Jalisco, quien con 17 mil pesos de recurso público pudo realizar una campaña innovadora para lograr un asiento en la legislatura local.

Del lado contrario, Emilia se contenta con evidenciar lo que es ahora indudable: las condiciones de inequidad nacen del diseño y ejecución del maco legal de las candidaturas independientes en manos del monopolio de la partidocracia. Y esas mismas condiciones no van a modificarse hasta que poco a poco los independientes pasen del discurso de la victimización a proyectos singulares de hacer política para modificar las normas del juego electoral.

De nada sirve arrogarse la narrativa de la falta de “piso parejo” por parte de Emilia cuando en realidad participa para encabezar un ayuntamiento, no para llevar y liderar propuestas legislativas que ayuden a generar una ley electoral más adecuada para los candidatos independientes.

Luego, si el Tribunal Electoral Federal le abrió la puerta para realizar campaña y a la vez obtener el apoyo ciudadano correspondiente, ¿podría la aspirante pedir que se realicen tres debates en los próximos 15 días y participar en ellos sin un registro formal como candidata ante la autoridad electoral? ¿No fue por la misma razón de fondo –hacer campaña sin registro- que el Tribunal decidió echar abajo el triunfo de Soledad Luévano?

Twitter: @GabrielConV

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