Otra vez Monreal
JUAN GÓMEZ *
El pasado jueves Ricardo Monreal hizo su primera aparición en una conferencia de prensa, luego de que el 12 de septiembre de 2004 le entregara la estafeta a su sucesora, Amalia García en el congreso de Zacatecas, durante la ceremonia de cambio de poderes.
Monreal tiene un plan concreto en Zacatecas: Mantener su hegemonía política en Fresnillo y meterle presión al gobernador Miguel Alonso, quien se empieza a correr más hacia la banda del presidente Enrique Peña Nieto.
El ex gobernador no está dispuesto a soltar prenda. Sabe que después del fallido atentado en su contra, el Gobierno de la República pondrá más presión sobre sus espaldas, pero no está dispuesto a perder su último reducto: Zacatecas.
Monreal Ávila es el único ex mandatario estatal que en los últimos años ha tenido un protagonismo abierto en la vida política zacatecana, y que ha roto con la tradición de la política doméstica de no intervenir en las decisiones del sucesor.
Sin embargo, los ex gobernadores de manera marginal criticaban las actuaciones de sus sucesores.
El fresnillense no critica, opera, tiende redes en los partidos políticos y, sobre todo, en los liderazgos locales para generar aliados y fortalecer su influencia en las decisiones internas o bien, para sumar adeptos a su equipo, para generar aliados a su grupo político.
La perredista Amalia García le impidió entrometerse en su administración –aunque cedió en algunas excepciones aceptar o respetar sus cuadros políticos– y por ello fue el rompimiento, además del famoso “boquete financiero” que abrió la confrontación entre ambos políticos y que duró todo el sexenio pasado con el resultado que ya conocemos.
Durante la conferencia de prensa, el ex mandatario pudo constatar que aún siguen vigentes en el colectivo popular, algunos de sus ex colaboradores y miembros de su primer círculo político que hoy forman parte del equipo de primer nivel del gobernador Miguel Alonso Reyes.
Irónico y evasivo, Monreal Ávila se deslindó de todos, menos de uno, del procurador general de Justicia, Arturo Nahle García, con quien admitió tener comunicación personal. “Es el único”, dijo ante la prensa congregada en un conocido café del Centro Histórico.
Textualmente dijo lo siguiente: “Me deslindo de cualquier funcionario. Uno en la formación política tienes buenos y malos. No tengo ninguna relación con el gobierno ni oriento ninguna parte del gobierno. No tengo conversación ni con Huizar ni con Le Roy Barragán. Con Nahle es el único con el que tengo relación de respeto y amistad”. Pero con nadie más, ni con Miguel Alonso, ni con nadie. Así como formé a ellos formé a otros muchos”.
Es un deslinde poco creíble.
En la conferencia de prensa, Monreal Ávila estuvo acompañado por Salvador Llamas, Verónica Ivette López de Lara, Edgar Rivera Cornejo, Jorge Álvarez Máynez, candidatos de Zacatecas y Guadalupe, respectivamente y quienes no tuvieron ninguna intervención.
En su presencia política local, Ricardo Monreal se encuentra en una situación difícil, porque la migración del Partido del Trabajo a Movimiento Ciudadano debilita la presencia de ambos partidos en la contienda electoral.
Si bien es cierto ambos están bajo la férula política del actual coordinador de la fracción parlamentaria de Movimiento Ciudadano en el congreso federal, sendos están en la esfera de la indefinición a pesar de que los dos sean instrumentos de su acción política.
Prueba de ello es que los liderazgos de ambos partidos son débiles y carentes de experiencia en la operación de campañas electorales, además de que están diezmados en sus finanzas públicas a causa de las irregularidades en la constitución de sus representantes ante el Instituto Electoral del Estado de Zacatecas (IEEZ), y por las multas de los que ha sido objeto, en este caso, el Partido del Trabajo.
La presencia de Monreal en el escenario zacatecano obedece en este contexto a dos razones: La primera tiene que ver con su irrefrenable protagonismo político, pero la otra es, sin duda, la defensa de su último reducto sin el cual, su carrera política irá decayendo progresivamente bajo la presión del gobierno de Enrique Peña Nieto, en donde se operan las acciones que desde 1998 lo han vinculado a actividades ilícitas que hasta el momento no se han consolidado por la vía penal.
Monreal contraataca en Zacatecas, en donde todavía tiene aliados e interlocutores en la actual administración, de donde ha recibido un trato también respetuoso a pesar de las críticas que ha lanzado en su contra. Se ha dado el lujo de no recibir respuesta agresiva de quien creció en su administración y logró la secretaría particular, la alcaldía de la capital, la Secretaría de Turismo y la diputación local.
Pero el escenario nacional se ha movido frenéticamente y en el activismo electoral y postelectoral, Monreal Ávila se ha confrontado con el grupo de Enrique Peña Nieto, por las denuncias que interpuso en su momento por el presunto fraude electoral en la elección presidencial pasada. También se ha significado como un duro crítico del actual gobierno federal.
Esto último es el contexto que se da en la información que el Cisen (Centro de Investigación y Seguridad Nacional) le proporciona cuando lo alerta que se fragua un atentado en su contra y de su hermano, el senador David Monreal Ávila, pero que revive las viejas denuncias y sospechas ilícitas en su contra.
Los análisis y comentarios que se dan en diversas columnas que se publican en medios de comunicación de la ciudad de México, alimentan la sospecha de que en los próximos días, quizá meses, pudiera generarse un escándalo que modificará su actual estatus político y la injerencia en la vida política doméstica.
Mientras tanto, Ricardo Monreal lleva de la mano a los candidatos que estima más redituables en la dirigencia naciente de Movimiento Ciudadano en Zacatecas, pero sin dejar de la mano a su hermano Saúl, en el vecino municipio de Fresnillo, en donde por cierto el apellido Monreal ya no influye tanto como en años anteriores.
Al tiempo.