Obispo
Aguascalientes, Ags.- Van en aumento en Aguascalientes las solicitudes para anular matrimonios por la Iglesia Católica, toda vez que durante los últimos 4 años se ha llegado a cuadruplicar su número. Actualmente se encuentran en proceso 210 casos, de los cuales se espera llegar a anular hasta un 75 por ciento de ellos, dio a conocer ayer en rueda informativa el titular del Tribunal Eclesiástico, presbítero Antonio Verdín Delgado.
Acompañado del Obispo José María de la Torre Martín, el Juez Eclesiástico explicó que este proceso se lleva a cabo en dos fases. La primera es mediante solicitud a la propia Diócesis de Aguascalientes y la segunda etapa en el Tribunal Superior Regional con sede en la ciudad de Guadalajara, instancia que determina en definitiva la anulación del sacramento del matrimonio.
Sobre si son pocas o muchas las solicitudes que hay para anular el matrimonio por la vía eclesiástica, dijo que «históricamente este número es elevado y se ha dado en los últimos 4 años, anteriormente se recibían 10 ó 12 por año, en estos últimos 4 años hemos estado recibiendo entre 35 y 40 casos».
El Juez eclesiástico detalló las principales causas por las cuales las parejas llegan a solicitar la anulación del matrimonio por la Iglesia, la cual no es lo equivalente al divorcio en la legislación civil, puso de manifiesto.
«En el divorcio el vínculo existió y simplemente se quebró, la nulidad es que delante de Dios nunca existió el vínculo, estuvieron conviviendo dos personas, pero ese sacramento no se concretó, hablamos de incapacidades físicas, incapacidades psicológicas, inmadurez, alguna psicopatología o alguna enfermedad».
Verdín Delgado dijo que el proceso de anulación matrimonial representa un costo económico, equivalente a una suma aproximada de siete mil pesos, pero en varios de los casos se tiene el apoyo financiero de la propia Diócesis de Aguascalientes.
«Si no tiene dinero, porque es una persona de bajos recursos, le pide al señor Obispo un patrocinio gratuito y así se estudia; cualquier persona tiene la oportunidad de acceder a justicia canónica en materia matrimonial», refirió.
El sacerdote agregó que de acuerdo a los dictámenes emitidos por el Tribunal Eclesiástico, la Iglesia puede impedir que una persona vuelva a contraer matrimonio, restricción que sólo puede ser retirada en caso de que se cumplan con lo solicitado por la autoridad religiosa.
«Podemos prohibir a alguna de las partes el volver a casarse, aunque el matrimonio es un derecho natural, muchas veces lo podemos limitar, si es una persona que es inmadura, estamos hablando de una adolescencia prolongada y no se trata psicológicamente, entonces falló un matrimonio y muy posiblemente va a fallar otro», indicó el Titular del Tribunal Eclesiástico.
Es enseñanza constante de la Iglesia que el matrimonio esta ordenando por Dios al bien de los cónyuges, a la manifestación del amor y la ayuda mutua; así como a la generación y educación de los hijos. El matrimonio es indisoluble, es decir, «lo que Dios une no lo separa el hombre», por lo tanto, la Iglesia no acepta el divorcio, o lo que es lo mismo, la disolución del vínculo matrimonial.
Pero para que Dios una el vínculo de los esposos mediante el sacramento del matrimonio, se necesita de ambas partes: El amor, la libertad, la madurez, la sinceridad, el conocimiento de sus obligaciones y derechos; la capacidad de asumir las obligaciones esenciales; no excluir ningún elemento esencial como son la unidad, la fidelidad, la indisolubilidad, no excluir el bien de los hijos, ni la paternidad responsable.
Asimismo, no tener ningún impedimento dirimente, ni nada que sea un obstáculo para la celebración valida del matrimonio. Por lo tanto, la Iglesia declara nulo, es decir, invalido el matrimonio religioso celebrado, cuando comprueba que desde el principio no existió verdadero vínculo matrimonial.