Noche de adrenalina y tradición: el encierro ilumina la Jerezada 2025
Jerez, Zac.- Bajo la luz de la luna y entre un mar de emociones que se entremezclaban con la adrenalina y la euforia, la Jerezada 2025 siguió desplegando su magia en su tercer día de festividades. El tradicional encierro nocturno, ese ritual que convoca a valientes y espectadores por igual, se apoderó de las calles del Centro Histórico, transformándolas en un escenario donde la tradición y la fiesta se funden en un solo latido.
El presidente municipal, Rodrigo Ureño Bañuelos, junto a su esposa, Estefana Casas, presidenta honorífica del DIF, encabezaron el recorrido acompañados por las candidatas a reina de la Feria de la Primavera 2025: Anttziry, Angie y Jimena, quienes, con su elegancia y sonrisas, iluminaron la noche.
A su lado, la embajadora de la Jerezada, Alondra Soriano, completó el cuadro de una comitiva que guió a la multitud por el circuito trazado en las calles más emblemáticas de este Pueblo Mágico. Fue ahí, en ese laberinto de historia y fiesta, donde los primeros novillos del año marcaron el inicio de una tradición que no conoce de tiempo.
Cinco ejemplares, cortesía de la Peña Taurina de Jerez, fueron los protagonistas silenciosos de una hora llena de gritos, risas y aplausos. Los corredores, con sus corazones acelerados y sus pies ágiles, desafiaron la bravura de los animales, demostrando que en Jerez la valentía no es solo una palabra, sino un acto que se vive y se respira.
Pero no solo fue el encierro lo que robó miradas y suspiros. Cientos de familias, con sus niños en hombros y sus cámaras en mano, se congregaron para ser testigos de este espectáculo que, más que una tradición, es un legado que se transmite de generación en generación. Jerez, ese rincón mágico de México, volvió a demostrar por qué es el guardián de las costumbres más auténticas y alegres.
Y como si la noche no quisiera terminar, el talento local se apoderó del escenario. Antes y después del encierro, las notas de Saved, Ruta 23, Néctar, Viajero, Maykee (FONICA) y Beneno (FONICA) resonaron en el aire, llevando a los asistentes a un viaje musical que cerró con broche de oro una velada inolvidable.
Así es Jerez, así es su gente: un pueblo que sabe celebrar la vida con la misma intensidad con la que honra sus raíces. Y esta crónica, querido lector, es solo un reflejo de esa magia que, año tras año, nos recuerda por qué este lugar es, y será siempre, un santuario de tradición y alegría.
LNY/Redacción