No hay que repetir errores
CAMERINO ELEAZAR MÁRQUEZ MADRID *
El registro de Andrés Manuel López Obrador como candidato a la Presidencia de la República ante el Instituto Federal Electoral fue el mejor momento para pedirle a ese órgano electoral que no se repitan los errores del pasado, que no se ponga en riesgo la estabilidad del país y que se respete la voluntad popular.
Hoy no son los mismos tiempos de hace seis años, porque tenemos una sociedad más consciente, caracterizada por el hartazgo de tanta corrupción y de promesas incumplidas, sumida en su mayoría en la pobreza extrema.
Seis años han pasado desde los comicios en que al perredista Andrés Manuel López Obrador se le robó el triunfo electoral por una supuesta diferencia de votos del 0.56 por ciento frente al panista Felipe Calderón, hoy presidente saliente, quien deja un país peor que el que recibió, con 15 millones de personas en pobreza, con un alto índice de delincuencia, sin la generación de empleos y con falta de oportunidades para las y los jóvenes.
Claro que en su registro ante el IFE, López Obrador tenía que recordar lo sucedido en 2006, claro que tenía que solicitar, y lo respaldamos, que esa situación no se vuelva a repetir y claro que tenía que exigir la vigilancia estricta en la aplicación de los recursos y la utilización de los medios electrónicos, principalmente de la televisión, que quiere fabricar e imponer un candidato.
Somos millones de mexicanas y mexicanos los que trabajamos para que AMLO sea el próximo presidente de la nación, porque confiamos en su proyecto y en su propuesta de 10 puntos para cambiar el rumbo de este país.
Pero para que se respete la voluntad popular, el IFE debe cumplir la alta responsabilidad que tiene de ser garante de los resultados, vigilar el proceso, lograr la equidad en los medios electrónicos, evitar la compra del voto, no permitir la fabricación de candidatos y combatir la corrupción en los comicios. La tarea no es fácil, pero tiene que hacerla.
Casi un sexenio después del anterior error, el órgano electoral hoy tiene nuevamente la oportunidad de corregirlo, de ganarse la confianza del pueblo y de garantizar la voluntad popular.
Hoy termina el rompimiento que se dio entre López Obrador y el IFE tras aquel hurto infame de las elecciones. Los tiempos son otros y nuestro aspirante presidencial, como él mismo lo ha manifestado, es más maduro, tiene más conocimiento de México y busca una reunificación del país, donde no hay cabida para los rencores ni en contra del IFE ni en contra de Felipe Calderón, por eso aprovechemos la oportunidad que tenemos para consolidar la República Amorosa que promueve la Coalición Movimiento Progresista.
La ciudadanía ya no queremos más de lo mismo: un PRI que durante 70 años arraigó la corrupción, promovió el enriquecimiento ilícito de sus políticos y grupo de allegados, encubrió a delincuentes, creó sindicatos charros y corporativizó el sufragio, compró con dádivas el voto ciudadano y ahora, fingiendo Alzheimer, pretende olvidar que él es el responsable de lo que hoy estamos viviendo en México por todos los problemas que nos heredó.
Tampoco queremos un PAN que en sus 12 años en el poder no aprendió a gobernar, que no pudo cambiar las actitudes ineficientes de la burocracia y que no combatió la corrupción, al contrario, permitió que ambos males lo invadieran como un cáncer hasta matar las, quizá, “buenas intenciones que tenía” y al final de cuentas deja un país sin empleo, sumido en la pobreza, lleno de violencia, con la primacía de la delincuencia organizada y sin oportunidades para nadie.
Estamos a tiempo de buscar un nuevo camino para México, el de la reconciliación, el de una nueva forma de gobernar, en de la igualdad para todas y todos, el de la prosperidad y el respeto a los derechos humanos. Vamos por ese camino.
*Representante del PRD ante el IFE.
