Mujeres invisibles

SARA LOVERA

El monitoreo realizado por el Instituto Nacional Electoral (INE) de la precampaña política en marcha deja en claro que las mujeres son invisibles en los medios de comunicación, a pesar que vivimos tiempos de paridad.

Digo esto, porque el reporte es revelador. Se trata de un monitoreo de tres días de la precampaña, donde los dichos y la discusión partidaria ocuparon 18 horas, 20 minutos y 13 segundos. El análisis se hizo en los 63 noticiarios y 10 programas de revista o espectáculos más importantes.

La discusión es política y neutra, se diría, y centrada en intereses electorales entre partidos, en un proceso en que se disputan más de 21 mil puestos, cuyas candidaturas se ajustarán a lo que marca la ley: 50 por ciento de hombres y 50 por ciento de mujeres. Además, los partidos están obligados a proponer, cada uno, a siete mujeres y ocho hombres en las candidaturas a las gubernaturas que se renovarán en 15 estados.

Es tiempo de empezar a escuchar las propuestas de las precandidatas en todos los puestos, desde el más pequeño de los municipios hasta las gubernaturas. El monitoreo de prueba del INE, con el apoyo de la UNAM, encontró 20 menciones para mujeres, con un registro difundido de 21 minutos y nueve segundos; 136 fueron para hombres difundidos en cuatro horas, 13 minutos, ocho segundos. En la mayor parte –790– no se especificó el sexo, por tratarse de informes de instituciones, partidos o autoridades electorales. Esto son casi 14 de las 18 horas en tres días.

Un ejercicio revelador: las trabajadoras y los trabajadores de los medios no acuden a las mujeres como fuente. Se dirá que eso sucede, porque son hombres la totalidad de quienes presiden los partidos políticos. Es una verdad relativa, pues en cada partido hay mujeres destacadas con altas responsabilidades y acciones, pero no las ven.

Es lo que se llama ginopia, donde hay ceguera absoluta. Aunque ahí estén las mujeres, no se ven. Son invisibles. Esto sucede a pesar del avance jurídico para la paridad electoral y la participación creciente de las mujeres. A pesar de que, en 2020 en las elecciones de Coahuila e Hidalgo, hubo más candidatas mujeres que hombres.

No hay progreso; por ejemplo, de acuerdo con el Monitoreo Global de Medios (GMMP), en 1995 la presencia de las mujeres en las noticias era del 17 por ciento. 20 años después, en 2015, alcanzó el 24 por ciento. En promedio, apenas 0.35 por ciento por año.

Las mujeres encabezarán hoy las listas plurinominales y darán batallas infinitas por los lugares donde las colocarán los partidos en las listas de municipios. Estarán, como nunca, en la formulación de las plataformas electorales, en el discurso y la contienda ¿No las verán?

Con honrosas excepciones, los medios ocultan la palabra y la experiencia de las mujeres. Los monitoreos promovidos por las feministas, por décadas, muestran que todavía existe discriminación en los medios y ocultamiento de su pensamiento, para colocarlas como víctimas de la violencia con enfoques o de revictimización o de estadística, incluidos giros que reafirman estereotipos, pero no como actoras ni protagonistas de hechos, propuestas o cambios.

Hay en la cultura machista un temor soterrado, cotidiano, evidente que lastimará un proceso que ahora es irreversible. Las mujeres están levantando la mano, en todo el país, en todas las acciones y los procesos de elección democrática. Veremos.